“De Eléuteras quedan todavía restos de las murallas y también restos de casas.” (Pausanias. La Desripción de Grecia. Libro I, 38, 8-9)

El acceso al yacimiento puede hacerse a través de la PATHE. Antes de llegar a la unión de ésta con la ATTIKI un desvío a la derecha señala Magoula. Pasado Oinoi se llega a un restaurante que se llama Κάζα. Enfrente del restaurante y a mano derecha un camino de tierra sube hasta la fortaleza.

La fortaleza corona un pronunciado montículo rocoso situado al sur del paso de Drysokephalai (Κάζα). La vecindad de la fortaleza con la antigua villa de Eléuteras, de donde provenía Mirón, el escultor del Discóbolo, llevó a error a los antiguos historiadores quienes lo suponían natural de la fortaleza. Sin embargo, ésta se construyó en el siglo IV a.C. como un enclave independiente de carácter únicamente militar para controlar el eje Tebas-Platea-Eleusis. De acuerdo con la tradición, la ciudad fue fundada por Dionisos que había nacido aquí y de ahí el epónimo de Eléuteros con el que se le conoce. La ciudad de Eléuteras en unas ocasiones pertenecía a Beocia y en otras a Atenas. Parece probable que los atenienses controlaran la ciudad a finales del siglo VI a.C., en particular tras su victoria sobre Beocia el 506 a.C. A este mismo periodo se refiere el traslado del xóanon de Dionisio Eléuteros desde Eléuteras a Atenas por iniciativa de Pisístrato. Éste se encontraba en el santuario homónimo que había en la acrópolis de la ciudad. No es seguro si fue levantada por los tebanos o los atenienses, pero, en cualquier caso, fue utilizada durante las sucesivas guerras por los dos ejércitos. Más tarde se instaló dentro de la fortaleza un pequeño asentamiento. Cuando lo visitó Pausanias, tanto la fortaleza como el asentamiento estaban totalmente abandonados.

El río Asopo era el padre de Antíope, y una noche el rey de Sición se disfrazó de Lico, con quien ella estaba casada, y la sedujo. Como consecuencia Lico se divorció de Antíope y se casó con Dirce, dejando así a Zeus en libertad para cortejar a la solitaria Antíope y dejarla encinta. Dirce, sospechando que eso era obra de Lico, encerró a Antíope en un calabozo oscuro, del cual, no obstante, la sacó Zeus justo a tiempo para que diera a luz a Anfión y Zeto en el monte Citerón (en Eléuteras). Los mellizos se criaron entre los vaqueros con los que se había refugiado Antíope. Zeto se dedicó al pastoreo, mientras que Anfión, habiendo recibido como regalo de Hermes una lira, se ejercitó en la música. Cuando tuvieron bastante edad para comprender lo mal que había sido tratada su madre, ella les incitó a que la vengasen. Encontraron a Dirce vagando por las laderas del monte Citerón presa de un frenesí báquico, la ataron por el cabello a los cuernos de un toro bravo y cuando estuvo muerta arrojaron su cuerpo al suelo, donde surgió una fuente, llamada luego la Fuente Dircea. Pero Dioniso vengó la muerte de su adoradora; hizo que Antíope recorriese enfurecida toda Grecia hasta que por fin Foco, un nieto de Sísifo, la curó y se casó con ella en la Fócide. Según Graves, el nombre de Dirce («doble») se refiere a los cuernos de la luna y la imagen de la que está tomado el mito la mostraría, no atada al toro como castigo, sino casándose ritualmente con el rey-toro. Los hijos de Antíope son los mellizos familiares que daba a luz la diosa Luna: su rey sagrado y el sucesor de éste. El nombre «Anfión» («natural de dos países») explica que era ciudadano de Sición y Tebas.

A principios del siglo IV a.C., en este estratégico lugar se erigió un fortín de cinco estancias con gruesas paredes construidas de mampostería isódoma poligonal con los lados tallados. Algún tiempo más tarde, probablemente poco después del 370 a.C., se erigió un recinto apropiado que seguía el contorno de la colina y comprendía un área de 100 m de norte a sur por 300 m de este a oeste, con un perímetro de 860 m. Unas puertas bien construidas con antepatio se abrían hacia el noroeste y el sureste. En las primeras, unas inscripciones indicaban que conducían a Platea. La segunda, comunicaba la fortaleza con la ciudad de Eleutheras. Dos poternas en el muro septentrional y una en el meridional proporcionaban salidas adicionales. Esta fortaleza, aunque puede argüirse que es básicamente beocia, fue construida cuando Epaminondas condujo a los tebanos a la hegemonía de Grecia (371 – 362 a.C.). Los mejores ejemplos de mampostería trapezoidal, con grandes sillares de piedra caliza gris y lados trabajados en cantera, aparecen en Beocia y no en el Ática. Sin embargo, el muro septentrional, protegido por torres rectangulares cada 30 m aproximadamente, está encarado hacia Beocia, no hacia el Ática, y sus defensores podían disparar proyectiles contra los soldados enemigos que intentaran cruzar el paso. En cambio, el muro meridional sólo tiene tres torres. Todas las torres son cuadrangulares de 6,5 m de lado. La muralla se conserva en una altura de 4 a 6 m. Las torres 6 y 7 fueron la primera generación de torres de artillería. Estaban formadas por dos cámaras sobre una base sólida. La inferior no estaba diseñada para alojar catapultas – que se encontraban en la cámara superior con ventana – sino para los arqueros. Las torres 2 a 5 disponían de cámaras a nivel del suelo sin ventanas y otra cámara superior con abertura para el disparo de flechas. Así pues, no estaban diseñadas para alojar catapultas sino como puestos de batalla para arqueros. Además de la muralla norte, los otros dos lados estaban reforzados con un número menor de torres, que se conservan en una altura más baja, mientras que la sillería es poligonal e irregular. En el interior de la fortaleza están los restos de una construcción de dimensiones 16 x 11 m, construida con el sistema poligonal, que posiblemente fuera un lugar de reunión de las huestes.

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