“En el ágora de los argivos hay un túmulo de tierras; dicen que en él está la cabeza de la Gorgona Medusa.” (Pausanias. La Descripción de Grecia. Libro II, 21, 5.)

El yacimiento principal está en el extremo suroeste de la ciudad mientras que el yacimiento de la Dírade se encuentra en el extremo noroeste. A éste se accede por la carretera que lleva al castillo de Lárisa en la salida de la ciudad con dirección a Corinto.

Argos era considerada por los griegos la ciudad más antigua de Grecia. Homero la llamaba ιππόβοτον, esto es, “criadora de caballos”. La zona tiene una elevación (Lárisa, hoy denominada Kastro) en la que se construyó la acrópolis principal, y la colina del profeta Elías que era la antigua Aspis (escudo), acrópolis secundaria, que fue asiento del templo de Hera Akraia (“de la colina”). En la zona están también los santuarios dedicados a Apolo Diradiotis y a Atenea Oxiderkés (“perspicaz”). Fue lugar de un importante asentamiento mesoheládico (en el Aspis) y de una población micénica (en Lárisa). Según Diodoro, Témeno, uno de los Heráclidas al que en el reparto de tierras le había tocado la Argólide, invadió con su ejército las tierras de sus enemigos; y en el curso de la larga guerra, no ascendió a sus hijos en el mando, sino que confió a Deifontes, el marido de su hija, las empresas de más lustre. Por esta razón, sus hijos, Ciso, Falces y Cérines intentaron matar a su padre, pero no lo consiguieron y huyeron. Los argivos también se levantaron contra él y tuvo que, finalmente, huir a Tegea. Desde el siglo VII a.C., en el que Argos obtiene la hegemonía en la Argólida con su rey Fidón, su historia política estuvo marcada por el constante enfrentamiento militar con Esparta, que sólo se interrumpió durante breves periodos de tregua. En época de su nieto, Meltas, los espartanos derrotaron a los argivos y arcadios y ocuparon parte de la Arcadia, cuyos habitantes se refugiaron en la Argólide; allí los acogió Meltas, pero el descontento de las clases populares originó una revuelta que le obligó a refugiarse en Tegea. Su destronamiento significó el final de los teménidas en Argos; el poder pasó a un arconte elegido que conservó el título de rey. Agotada por las guerras, y no queriendo luchar al lado de los espartanos, permaneció neutral en las guerras persas. Tras éstas, los argivos no toleraron tendencias “filolaconas” en toda la zona que rodeaba a Argos y castigaban a las ciudades insumisas. Así destruyeron en 468 a.C. Tirinto y Micenas. Después, para luchar eficientemente contra los espartanos, se alía con los atenienses (461 a.C.) y junto con ellos consigue la victoria de Inoi. Durante las guerras del Peloponeso, Argos intentó permanecer neutral pero poco después de la paz de Nicias se alió de nuevo con los atenienses y en 418 a.C. lucharon contra los espartanos en Mantinea siendo derrotados por éstos. La influencia de Atenas en Argos derivó en un cambio desde el régimen monárquico al democrático y llevó a la construcción de un ágora monumental. En el año 370 a.C., estalló una revolución en Argos debido a un intento de derribar la democracia. Entre los griegos esta revolución fue llamada σκυταλισμός (“apaleamiento”) por la forma en que tuvieron lugar las ejecuciones de los implicados en ella. Dicho intento se abortó al ejecutar el pueblo a todos los implicados. En 272 a.C. Pirro, el rey de Épiro, combatió cerca de Argos con el rey de Macedonia Antígono Gonatá y venció. Pero al perseguir a los derrotados a través de las calles de Argos fue muerto por una teja que le golpeó en la cabeza, tirada, según la tradición, por una mujer argiva. Su cadáver fue quemado en el centro del ágora y en el lugar de la pira se levantó un monumento sepulcral de mármol blanco en el que estaban esculpidos en relieve todo lo que utilizó Pirro para las batallas, incluso los elefantes. Sus huesos, sin embargo, estaban en el santuario de Deméter junto al cual le llegó la muerte. En 146 a.C. la ciudad pasó a manos de los romanos.

Según el mito, el fundador de la ciudad fue Foroneo, hijo de la divinidad fluvial Ínaco. El rey Belo, que gobernaba en Quemis, de la Tebas egipcia, era hijo de Poseidón y Libia. Había establecido a sus hijos gemelos Egipto y Dánao en las tierras de Arabia y de Libia respectivamente. A la muerte de Belo, surge entre ellos una rivalidad por la herencia y como gesto conciliador Egipto propuso el casamiento de los cincuenta príncipes hijos de él con las cincuenta princesas hijas de Dánao. Dánao, sospechando un complot, no quería consentir en ello y, cuando un oráculo le confirmó sus temores de que Egipto se proponía matar a todas las Danaides, se dispuso a huir de Libia. Construye con la ayuda de Atenea una extraña nave de dos proas y embarca junto con sus cincuenta hijas rumbo a Argos, la tierra de su antepasada Ío. Desembarca en Lerna dispuesto a reclamar a Gelánor el trono de Argos. Los argivos le entregan el trono. A Argos llegan después los hijos de Egipto para reclamar a las Danaides como esposas, con órdenes expresas de asesinarlas en la noche de bodas. Dánao prepara con solemnidad las bodas de sus sobrinos con sus hijas. Entrega secretamente a cada una de ellas un alfiler y a media noche cada una de ellas clava el suyo en el corazón de su marido. Sólo Hipermnestra se niega a cometer el crimen porque había sido respetada su virginidad y deja huir esa noche a Linceo. A la mañana siguiente, Hipermnestra es juzgada por su acción, pero resulta absuelta y se reúne de nuevo con Linceo. Aunque Atenea y Hermes purificaron a las Danaides en el lago Ierneano con permiso de Zeus, los Jueces de los Muertos las condenaron a la tarea interminable de transportar agua en cántaros perforados como cedazos. Después del horrendo crimen, ninguno de los argivos deseaba tomar por esposa a una hija de Dánao. Éste decide entonces ofrecerlas en matrimonio sin pedir dote alguna y organiza entre los pretendientes que se presentan una carrera pedestre para que elijan esposa por orden de llegada. De este modo, tras sucesivas competiciones, consigue casarlas a todas. Linceo mató posteriormente a Dánao y reino en su lugar. Según Graves, este mito es el testimonio de la primitiva llegada a Grecia de colonos helenos provenientes de Palestina. Cincuenta sacerdotisas de la Luna constituían la dotación regular de un colegio. El hecho de que Dánao y Egipto fueran mellizos indica que en Argos existía un sistema monárquico en el que cada co-rey se casaba con una Suma Sacerdotisa y reinaba durante cincuenta meses lunares, o la mitad de un Gran Año. Las Sumas Sacerdotisas eran elegidas mediante una carrera pedestre (el origen de los Juegos Olímpicos) que se corría al final de los cincuenta meses, o de cuarenta y nueve en años alternos. Y otra carrera pedestre se corría por el reinado sagrado como en Argos. Un rey Sol debía ser rápido. Una sociedad posterior y monógama representaba a las Danaides con sus cántaros agujereados como castigo eterno por parricidio. Pero en la ilustración de la que se deriva esta fábula realizaban un encantamiento necesario: derramar agua en tierra para producir chaparrones mediante la magia simpatética. Desde Argos parte la expedición de los siete contra Tebas organizada por el rey Adrasto. Una de sus hijas estaba casada con el hijo de Edipo, Polinices. Abante, rey de Argólide y nieto de Dánao, tuvo dos hijos mellizos, Preto y Acrisio, a los que legó el reino y les ordenó que gobernaran alternativamente. Su disputa, que comenzó en las entrañas maternas, se hizo más enconada que nunca cuando Preto yació con Dánae, la hija de Acrisio, y apenas logró escapar con vida. Preto y Acrisio dividieron el reino entre ambos. Al primero le correspondió Argos y al segundo Tirinto, El templo de Hera (entonces parte de Micenas), Midea y la costa de Argólide. Acrisio no tenía hijos varones y al preguntar a un oráculo cómo podía conseguirlos recibió la siguiente respuesta: “No tendrás hijos varones y tu nieto te matará”. Para impedir que se cumpliera este pronóstico Acrisio encerró a Dánae en un calabozo con puertas de bronce, pero, a pesar de estas precauciones, Zeus se unió a ella en forma de lluvia dorada y Dánae dio a luz un hijo llamado Perseo. Cuando Acrisio se enteró del estado de Dánae la encerró a ella y al infante en un arca de madera y la arrojó al mar. Fueron salvados en la isla de Sérifos por un pescador que los llevó a la corte del rey Polidectes. Polidectes se siente atraído por Dánae y quiere apartar de ella a Perseo por lo que le envía a que le traiga la cabeza de la Gorgona Medusa. Ahora bien, ésta tenía serpientes por cabellos, grandes dientes, la lengua saliente y, en general, un rostro tan feo que quien lo miraba se convertía en piedra por el terror. La diosa Atenea, enojada de antiguo con Medusa por haber yacido con Poseidón en uno de sus templos, se muestra dispuesta a prestar ayuda a Perseo, advirtiéndole que no debía mirar directamente a la Gorgona, sino sólo a su reflejo, y le entrega un resplandeciente escudo de bronce pulimentado. Le da instrucciones de dirigirse a la morada de las tres Grayas, hermanas de la Gorgona, en los montes del Atlas. Viejas de nacimiento, tenían en común un solo ojo y un solo diente que utilizaban por turnos pasándoselos de una a otra. Perseo las sorprende en uno de los cambios y se apodera del ojo, obligando así a las tres Grayas a revelarle el paradero de ciertas Ninfas de quienes el héroe, siguiendo instrucciones de Atenea, habría de obtener unas sandalias aladas, el yelmo de Hades que le hacía invisible y un zurrón especial llamado “kíbisis” que le permitiría transportar en su interior la terrible cabeza de Medusa. Perseo cruza el Océano y llega al lugar donde moraba la Gorgona y sin mirarla directamente la mata y le corta la cabeza con una hoz de diamante que le había regalado Hermes. Para su sorpresa, de la sangre derramada nacieron el caballo alado Pegaso y el guerrero Crisaor que sujetaba una cimitarra de oro, que habían sido engendrados en ella por Poseidón. Se apresuró a guardar la cabeza en el zurrón y huyó. Regresa a Sérifos y encuentra a su madre refugiada como suplicante en un templo huyendo del acoso del rey Polidectes. Decidido a poner fin a tan humillante situación, el héroe se dirige a palacio y anuncia ante Polidectes que ha regresado a casa con el regalo prometido para las bodas reales. Recibido con una tormenta de insultos, Perseo extrae de la “kíbisis” la horrenda cabeza de Medusa y deja a todos los presentes convertidos en piedra. Luego entrega la cabeza a Atenea, quien la fijó en su égida. Hermes devuelve las sandalias, el zurrón y el yelmo a las ninfas estigias para que siguieran guardándolos. Perseo parte para su tierra natal Argos. Aquí, según la tradición local, fue enterrada por Perseo la cabeza de la Gorgona. En Lárisa, al participar en los juegos realizados en honor del padre del rey Tautámidas, da muerte a su abuelo, accidentalmente, tras un lanzamiento de disco. Según Graves, el mito de Acrisio y Preto registra la fundación de un reino doble argivo: en vez de que el rey muriera cada solsticio de verano y le sucediera su heredero durante el resto del año, cada uno de ellos reinaba por turno durante cuarenta y nueve o cincuenta meses, o sea, la mitad de un Gran Año. Este reino, según parece, fue dividido posteriormente en dos mitades, con co-reyes que gobernaban concurrentemente durante todo un Gran Año. La fecundación de Dánae por Zeus con una lluvia de oro tiene que referirse al casamiento ritual del sol con la luna del que nacía el rey del Año Nuevo. La muerte de Medusa se refiere a la usurpación por invasores helenos de los poderes de la diosa Luna. Esto aparece en la pintura de un ánfora beocia arcaica que representa a una yegua con cabeza de Gorgona. Esta yegua es la diosa Luna que porta la máscara profiláctica que se ponían las sacerdotisas para ahuyentar a los no iniciados y de las que les despojaron los helenos. Los elementos del zurrón el yelmo, la hoz y las sandalias aladas son interpretaciones erróneas de una ilustración en la que aparece Hermes con sus conocidos yelmo y sandalias aladas recibiendo un ojo que le entregan las Tres Parcas que simboliza el don de la percepción. La confusión entre él y Perseo puede haber surgido porque Hermes, como mensajero de la Muerte, también ha merecido el título de Pterseus, “el destructor”. A Argos se dirigió Dioniso con intención de implantar su culto y aquí se encontró con la firme oposición de Perseo que toma las armas y da muerte a muchas de las ménades. Como represalia, el dios hace que las mujeres argivas enloquezcan y comiencen a devorar a sus hijos lactantes. Perseo entonces reconoce su error y aplaca la ira del dios erigiéndole un templo.

Nuestro conocimiento de la topografía de la zona en la que había numerosos monumentos (Pausanias cita 18 templos) es sólo fragmentario. En general, fue la Escuela francesa de arqueología, al mando de C.W.Volgraff, la encargada de las excavaciones de Argos desde el 1904 hasta el 1930. Después de la Segunda Guerra Mundial, desde el 1952, la Escuela francesa trabajó con los compañeros griegos en las excavaciones. Entre los siglos VI a III a.C. está fechado el monumento al aire libre llamado Kriterion (7). Consiste en una terraza de 35 x 21 m a la que se llegaba a través de una escalera central. Su superficie fue parcialmente hundida en la roca y parcialmente apoyada en un relleno sostenido por un muro poligonal. Los relieves votivos hacen referencia a divinidades relacionadas con la justicia por lo que se piensa que el monumento pudo haber sido parte de un tribunal equivalente al Areópago de Atenas. Según Pausanias, aquí tuvo lugar el juicio de Hipermnestra. En el 320 a.C. se construyó un teatro (8) usado para concursos dramáticos durante los Juegos Nemeos y para las reuniones políticas. La orquesta era circular de 26 m de diámetro. Disponía de 81 filas de asientos con una capacidad para 20.000 espectadores. Se usaba para concursos dramáticos durante los Juegos Nemeos y para reuniones políticas. La sección central estaba tallada en la roca, mientras que las alas se construyeron en la cima de terraplenes. Se conservan bastante bien 67 gradas. Del edificio original del escenario sólo quedan los cimientos. Se construyó en el siglo II d.C. usando ladrillo hueco y revestimiento de mármol, con el frontón de la escena adornado con nichos. Hacia el 460 a.C. se erigió un teatro con gradas cortadas en la roca, que se usó para la asamblea del pueblo en la ciudad democrática. Las ruinas aún se distinguen en la parte superior de la sección corresponden a asientos del odeón (11) romano (s. II d.C.) Al sur del teatro se levantaba el santuario de Afrodita (12). En el siglo VI a.C.se levantó sobre una terraza un pequeño templo con una habitación cerrada. En el SE del templo 7 basas de columnas pertenecientes a una galería han salido a la luz. Son también del siglo VI a.C. y conformaban un espacio en el que estaba instalado un altar. Un templo “moderno”, cuyos cimientos se conservan, de dimensiones 13,4 x 6,2 m con dos columnas “in antis” en el pronaos, se construyó entre el 430 y 420 a.C. Se hallaron en él ofrendas de mujeres dedicadas a Afrodita y, por las cercanías, un pedestal grabado que representaba a una sacerdotisa de Afrodita; esta inscripción denomina a la zona del santuario “Pron” (promontorio). Frente a este edificio se erigió un altar en la segunda mitad del siglo IV a.C. del que aún se observa la base de los cimientos. El santuario estuvo en uso hasta finales del siglo IV d.C. El ágora (10) empezó a organizarse en el siglo VI a.C. al sur de la ciudad en una zona céntrica donde confluían las calles que venían del Heraion, de Corinto y de Tegea. Su programa urbanístico finalizó en el siglo IV a.C. Durante las épocas clásicas y helenística estaba limitada por stoas difíciles de ver hoy en día ya que fueron sepultadas por las sucesivas fases de construcción. El núcleo central del ágora era el santuario de Apolo Licio. Fue erigido por Dánao por el motivo siguiente. Cuando llegó a Argós disputó, como hemos visto, el poder con Gelánor. Ambos esgrimieron tantos argumentos que el pueblo tuvo que retrasar el juicio para el día siguiente. Al comenzar el día, un lobo cayó sobre un rebaño de bueyes que estaba pastando delante de las murallas y, atacándolo, luchó contra el jefe de la manada. Entonces, los argivos pensaron que Gelánor se parecía a éste y Dánao al lobo, porque ni este animal vive con los hombres ni Dánao vivía con ellos en aquel tiempo. Como el lobo venció al toro, Dánao obtuvo el poder, por lo que, considerando que Apolo había hecho venir al lobo contra el rebaño de bueyes erigió el santuario a Apolo Licio. El santuario tuvo un importante papel político como lugar en que se exhibían los documentos públicos de la ciudad. El templo no se ha identificado. Estaba emparejado en el centro de la plaza con el témenos de Zeus, dentro del cual, además del santuario de Zeus Nemeo, se alzaba un grupo funcionalmente unitario de edificios que puede vincularse a los juegos instituidos según la tradición por Dánao, rey de Argos, para los pretendientes de sus 50 hijas. Allí estaba la sala hipóstila, el pórtico sur, con un gimnasio –palestra, el dromos, el heroon, el teatro del ágora y el ninfeo. En el ágora, también, se alzaba un túmulo de tierra dentro del cual decían que estaba enterrada la cabeza de la Górgona Medusa. El llamado teatro del ágora, una plataforma en forma de herradura, se construyó en el siglo IV a.C. Estaba compuesto por dos gradas y cabían en él hasta 80 personas. En el centro había un altar fechado en torno al 450 – 400 a.C. Se supone que esta área se utilizaba para reuniones públicas y ritos. Al final del siglo II d.C. la construcción se convirtió en una cisterna. El pórtico sur se levantó entre el 450 y el 425 a.C. Era un edificio en forma de Π con tres galerías: norte, este y oeste. La galería norte (83 x 5,6 m) estaba constituida por 40 columnas dóricas. La galería este tenía 11 columnas mientras que la galería oeste no se ha excavado todavía. En el siglo I d.C. dentro del edificio se construyó la palestra. La sala hipóstila (A) era cuadrada (32,75 x 32,75 m) y estaba dividida en tres naves por dos filas de columnas. Es el monumento más antiguo del ágora que se ha excavado hasta hoy (450 a 435 a.C.) y está relacionado con el establecimiento de la democracia en Argos. Se utilizaba como Bouleuterion en donde se celebraban las reuniones públicas de la ciudad. Posiblemente se utilizaron materiales del templo de Apolo Licio en su construcción. La entrada estaba decorada con 15 columnas dóricas mientras que el interior tenía 16 columnas jónicas que sujetaban el techo que más bien tenía la forma de una pirámide. Fue ocupado, en parte, durante el siglo III d.C. por la construcción de las termas. Durante la época romana tuvo lugar una transformación progresiva del ágora lo que produjo un cambio radical en su uso. En la cima de la colina de Lárisa, lugar donde estaba situada la acrópolis principal de Argos (1), se alza un fuerte del siglo X dentro del cual están los cimientos de dos templos dedicados, según Pausanias, a Zeus Larisaios y Atenea Polias. En la colina del Profeta Elías se hallaba la segunda acrópolis de Argos. Comunicaba con la principal a través de una vaguada que en la antigüedad se llamaba la Dírade (2) (“sierra”). En ella pueden verse las ruinas de fortificaciones poligonales (5) (siglo IV a.C.). Según Pausanias, la colina fue asiento del templo de Hera Akraia (6) (“de la colina”). En el extremo occidental de la vaguada y antes de comenzar la subida a la colina del Profeta Elías se forma un área anfiteatral, adecuada para la geometría de un estadio (2a). Se supone que aquí se hallaba el estadio de Argos en donde se celebraban, en la edad histórica tardía, los Juegos durante las fiestas en honor de Hera. También los Juegos Nemeos cuando los argivos se encargaron de la organización de los mismos en vez de la ciudad de Kleonai. En la Dírade se excavaron dos santuarios importantes para los argivos: el de Apolo Diradiotis y el de Atenea Oxiderkes (“de mirada penetrante”). El santuario de Apolo (3) cubría dos terrazas. En la inferior estaba el altar de Apolo que se conserva bien porque está tallado por entero en la roca. Estaba recubierto originalmente de mármol. Se pueden ver también vestigios de bases de altares usados para ofrendas votivas. El altar principal mide 75 cm de alto, 14,32 m de largo y 3,21 m de ancho. Apoya en un podio de 16 m de longitud que también está tallado en la roca. En el lado norte están las ruinas de un edificio porticado que fue probablemente un propileo. Detrás de él, y también tallada en la roca, había una escalera de diez escalones cuya anchura llega a los 27 m. Los escalones servían de asientos para los que atendían a los sacrificios y otros ritos que se celebraban alrededor del altar grande. Conducía a la segunda terraza, en la que estaba el templo y el oráculo (una construcción cuadrada hecha con ladrillo en un plinto de piedra). Varias inscripciones demuestran que el templo de Apolo se restauró sobre el 300 a.C. La imagen que vio Pausanias era de bronce y mostraba al dios de pie. Su arte oracular funcionaba de esta manera: la mujer que profetizaba tenía prohibido acostarse con varón; cada mes se sacrificaba una oveja de noche, y la mujer, después de probar la sangre, era poseída por el dios. Al este había dos terrazas más, las del santuario de Atenea, donde quedan restos de un edificio demolido para la construcción de una cisterna hipóstila y un tholos. El templo de Atenea Oxiderkés (3) fue erigido por Diomedes porque cuando luchaba en otro tiempo en Ilión, la diosa le había quitado la nube de sus ojos. El culto en este lugar esta constatado desde principios del siglo VI a.C. pero la mayoría de los monumentos conservados pertenecen al siglo IV a.C. Las excavaciones fueron realizadas por la Escuela Francesa de Arqueología a principios de siglo.

En el museo se exponen hallazgos procedentes de las excavaciones del ágora, del teatro, del cementerio micénico de la Dírada y de Lerna. El complejo arquitectónico está constituido por un edificio clasificado, el “Καλλέργειον” y una nueva ala. El “Καλλέργειον” es un edificio neoclásico que se construyó en 1830 como vivienda del general Δημήτρις Καλλέργης, y que fue utilizado durante un periodo de tiempo como Palacio del Gobierno por Kapodistrias. En 1932 fue donado al municipio de Argos por los herederos de Δημήτρις Καλλέργης, y el municipio lo cedió al Estado en 1955 para que se convirtiera en museo. El museo lo puso en marcha la Escuela de Arqueología Francesa con fondos del Estado francés. Fue entonces cuando se construyó la nueva ala del museo por el arquitecto ruso Fómin. El museo Καλλέργειον se inauguró en 1957 y la nueva ala en 1961. La colección está expuesta en tres salas. En la Sala 2, que es la principal, se exponen hallazgos que van desde el periodo mesoheládico (1900 – 1600 a.C.) hasta el periodo clásico. Se encuentra en la planta baja de la nueva ala del museo. Destacan los vasos del periodo geométrico (900 – 700 a.C.) en el que Argos sobresalía entre todas las ciudades de Grecia. Al fondo de la sala, en una vitrina encastrada (3) en la pared, destaca la crátera con la escena de Ulises y sus compañeros cegando al cíclope Polifemo (s.VII a.C.) Las piezas de Lerna se muestran en la planta baja del “Καλλέργειον” (Sala 5). Destaca una estatuilla femenina neolítica del 3.000 a.C. y un hogar protoheládico. En el piso superior del “Καλλέργειον” (Sala 6) se exponen copias romanas de obras de los periodos clásico y geométrico.

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