“En torno a Mesenia hay una muralla, y su circuito todo está hecho de piedra y en él están construidas torres y almenas.” (Pausanias. Descripción de Grecia. Libro IV, 31, 5).

DESDE KALAMATA) Una vez pasado el aeródromo de Kalamata, desde la actual Messini tomamos la carretera que nos lleva a Eva. Desde aquí cogemos la carretera con dirección Valira y, antes de llegar a la citada localidad, una nueva carretera, que sale a nuestra izquierda, nos conduce al yacimiento.

El nombre de la región de Mesenia se debe a su primera reina mítica, Mesenia, hija del rey Tríopa de Argos y mujer de Policaón. A ella se le atribuye la fundación del santuario de Zeus Ithómata en la cima del monte Itome. Mesenia se convirtió en una de las principales divinidades de la ciudad, junto con Zeus Ithómata, en los tiempos helenísticos cuando se construyó el Asclepeion, donde recibía culto junto con Asclepio. Varias generaciones después de Policaón, fue rey de Mesenia Perieres, hijo de Eolo, quien tuvo de Gorgófone a Afareo y Leucipo, que heredaron el reino cuando murió su padre. Pero Afareo tuvo más poder. De los hijos de Afareo el mayor era Idas y el más joven Linceo. Tras la muerte de Idas y Linceo a resultas de su enfrentamiento con los Dioscuros, la casa de Afareo queda sin descendencia masculina, pasando así a manos de Néstor todo el reino de Mesenia, con excepción de la parte que gobernaban los hijos de Asclepio. Se dice que Néstor recibió el reino de manos de Heracles como compensación por la ayuda que le prestó en la toma de Pilos. Al terminar la guerra contra Ilión y morir Néstor después de regresar a casa, los dorios, dos generaciones más tarde, al mando de Cresfontes expulsaron de Mesenia a los descendientes de Neleo. Sin embargo, el pueblo de los antiguos mesenios no fue expulsado por los dorios, sino que accedieron a tener como rey a Cresfontes y a repartir su tierra con aquéllos. En tiempos históricos, en el monte Itome que domina la ciudad, estaba la acrópolis amurallada de la ciudad mesenia del mismo nombre que estuvo enfrentada durante tres siglos a Esparta sin que nunca pudiera derrotarla. La primera guerra mesenia empezó en el 743 a.C. Al mando de los lacedemonios estaba su rey Alcámenes y al de los mesenios su rey Eufaes. En el transcurso de la guerra murió en una de las batallas el rey mesenio. Para sustituirle, y dado que Eufaes no tenía hijos, los mesenios eligieron a Aristodemo. En el quinto año del reinado de Aristodemo tiene lugar la batalla de Itome en la que fueron derrotados los lacedemonios al mando de Teopompo y Polidoro, pues Alcámenes ya no vivía. Pero al año siguiente los lacedemonios pusieron cerco a Itome, Aristodemo se suicido y los lacedemonios acabaron con la resistencia de los mesenios poniendo fin a una guerra que duró 20 años. Gran parte de los mesenios emigró y los lacedemonios destruyeron Itome hasta sus cimientos. En el año 685 a.C. se vuelven a rebelar los mesenios al mando de Aristómenes empezando la segunda guerra mesenia. Esta guerra acabó en el 668 a.C., siendo reyes de Esparta Anaxandro y Anaxidamo, y llevó al sometimiento completo de los habitantes de la región, que fueron conducidos a la condición de ilotas, con la excepción de algunas poblaciones. Algunos mesenios rehusaron plegarse a la dominación espartana; un gran grupo huyó a Italia, refundando la colonia calcidia de Zancle a la que llamó Messane, la moderna Mesina en Sicilia, y otro grupo, radicado en las montañas de Arcadia, tomó parte en la lucha por la libertad bajo el mando de Aristómenes. Los mesenios que habían sido apresados en su país y reducidos por los lacedemonios a la condición de hilotas se sublevaron en el 464 a.C., lo que llevó a la Tercera Guerra Mesenia. Tras una nueva derrota, los mesenios comprendieron que no tenían ninguna esperanza de llegar a vencer algún día a sus enemigos, abandonaron Itome y fueron a instalarse en Náupacto. La región no fue liberada hasta después de la batalla de Leuctra (371 a.C.) y la ciudad en sí fue fundada por Epaminondas en el 369 a.C. en la llanura que se extiende al oeste de la antigua acrópolis abandonada. A ella regresaron muchos de los descendientes de los antiguos mesenios que tuvieron que abandonar su patria a lo largo de su historia. Demetrio de Macedonia intentó, sin éxito tomar Mesenia Mesenia estableció una forma democrática de gobierno al final del siglo III a.C. Esta fue la época dorada de la ciudad gracias, en parte, a su implicación en la Liga Aquea, que era abiertamente la peor enemiga de los lacedemonios. Dice Pausanias, que la divinidad concedió a los mesenios apoderarse de Esparta. En efecto, lucharon en Selasia (222 – 221 a.C.) contra Cleómenes y ayudaron a Arato y a los aqueos a destruir Esparta. Su declive se inició cuando dejó la Liga. En 146 a.C. la ocuparon los romanos, pero sin destruir sus extraordinarias murallas.

Cuando la línea masculina de la Casa de Policaón desapareció tras cinco generaciones, los mesenios invitaron a Perieres, el hijo de Eolo, para que fuera su rey y él se casó con Gorgófone, la hija de Perseo. Ella le sobrevivió y se casó nuevamente con el espartano Ébalo. Afareo y Leucipo eran hijos de Gorgófone y Perieres en tanto que Tindáreo e Ícaro eran fruto de su matrimonio con Ébalo. Tindáreo sucedió a su padre en el trono de Esparta, e Ícaro actuaba como co-rey, pero Hipocoonte y sus doce hijos expulsaron a ambos. Tindáreo se refugió en el palacio del rey Testio en Etolia y se casó con su hija Leda, quien le dio como hijos a Cástor y Clitemnestra, y al mismo tiempo dio a Helena y Pólux a Zeus. Posteriormente adoptó a Pólux y recuperó el trono de Esparta y fue uno de los que Asclepio resucitó de entre los muertos. Entretanto su hermanastro Afareo había sucedido a Perieres en el trono de Mesenia, donde Leucipo actuaba como co-rey. Afareo se casó con su hermanastra Arene, con quien tuvo por hijos a Idas y Linceo; aunque Idas era, en verdad, hijo de Poseidón. Ahora bien, las hijas de Leucipo, las Leucípides, a saber, Febe, sacerdotisa de Atenea e Hilaíra, sacerdotisa de Ártemis, estaban comprometidas con sus primos Idas y Linceo, pero Cástor y Pólux, a los que se conoce comúnmente como los Dioscuros, las raptaron y tuvieron hijos con ellas, lo que ocasionó una enconada rivalidad entre los dos pares de mellizos. Los Dioscuros, que nunca se separaban el uno del otro en aventura alguna, llegaron a ser el orgullo de Esparta. Cástor era famoso como soldado y domador de caballos, y Pólux como el mejor púgil de su época; ambos ganaron premios en los Juegos Olímpicos. Sus primos y rivales no se tenían un afecto menor; Idas tenía más fuerzas que Linceo, pero Linceo poseía unos ojos tan penetrantes que podía ver en la oscuridad o adivinar el paradero de un tesoro enterrado. Idas y Linceo fueron dos de los cazadores de Calidón y navegaron en el Argo a Cólquide. Un día, después de la muerte de Afareo, ellos y los Dioscuros arreglaron sus disputas lo suficiente para unir sus fuerzas en una incursión para apoderarse de ganado en Arcadia. La incursión tuvo buen éxito e Idas fue elegido para que dividiese el botín entre los cuatro. Descuartizó una vaca en cuatro partes y dictaminó que la mitad del botín pertenecería al primero que comiera su parte y el resto al que quedara en segundo lugar. Idas engulló su parte y luego ayudó a Linceo a tragarse la suya. Inmediatamente, los dos condujeron el ganado hacia Mesenia. Después de terminar de comer, los Dioscuros se dirigieron a Mesenia y protestaron ante los ciudadanos alegando que Linceo había perdido el derecho a su parte por haber aceptado la ayuda de Idas, y que Idas había perdido el derecho a la suya por no haber esperado a que todos los competidores estuvieran preparados. Dio la casualidad que Idas y Linceo se hallaban en el monte Taigeto ofreciendo un sacrificio a Poseidón, lo que aprovecharon los Dioscuros para apoderarse del ganado disputado y luego ocultarse en un roble hueco para esperar la vuelta de sus rivales. Pero Linceo los había avistado desde la cumbre del Taigeto, e Idas descendió apresuradamente de la montaña, arrojó la lanza contra el árbol y traspasó con ella a Cástor. Cuando Pólux salió para vengar a su hermano, Idas arrancó la lápida mortuoria de la tumba de Afareo y la arrojó contra él. Aunque gravemente herido, Pólux consiguió matar a Linceo con su lanza; y en este momento intervino Zeus a favor de su hijo y mató a Idas con un rayo. Pólux, como hijo de Zeus, fue llevado en su momento al Cielo. Pero él rechazó la inmortalidad a menos que la compartiera con Cástor y Zeus, en consecuencia, concedió a ambos que pasaran su vida en el aire superior y bajo tierra en Therapne. Y para premiar aún más su amor fraterno puso sus imágenes entre las estrellas como la constelación de Géminis. Desde entonces, cuando los navegantes los conjuran desde la popa de sus naves mediante el sacrificio de un cordero blanco, acuden en su ayuda acompañados por un séquito de gorriones. Después de la divinización de los Dioscuros, Tindáreo ordenó a Menelao que viniese a Esparta, y le entregó su reino; y como la casa de Afareo quedó también sin heredero Néstor ocupó el trono de toda la región de Mesenia, con la excepción de la parte que gobernaban los hijos de Asclepio. Los espartanos representan a los Dioscuros mediante dos vigas de madera paralelas unidas por dos transversales. Sus co-reyes llevan siempre esas vigas a la batalla y cuando, por primera vez, un ejército espartano fue encabezado por un solo rey, se decretó que también una viga debía quedar en Esparta. Según Graves, con objeto de dar al rey sagrado la precedencia sobre su sucesor se le describía habitualmente como hijo de un dios, con una madre con la que su esposo engendraba luego a un mellizo mortal. Pero hasta que evolucionó el sistema del reino doble el sucesor no era considerado inmortal ni se le concedía la misma posición póstuma que a su mellizo. El casamiento con las Leucípidas daba la dignidad real a los co-reyes espartanos. Se las describía como sacerdotisas de Atenea y Ártemis y se les daba nombres lunares, pues eran, en efecto, representantes de la diosa Luna; por lo tanto, en las pinturas de ánforas el carro de Selene va acompañado con frecuencia por los Dioscuros. Como Espíritu del Año Creciente, el rey sagrado se emparejaba, naturalmente con Ártemis, diosa Luna de la primavera y el verano; y su sucesor, como Espíritu del Año Menguante, con Atenea que se había convertido en una diosa Luna del otoño y el invierno. El mitógrafo sugiere que los espartanos vencieron a los mesenios y que sus caudillos se casaron por la fuerza con las herederas de Arene, una ciudad importante de Mesenia, en la que se rendía culto a la Madre de cabeza de yegua, estableciendo así el derecho a toda la región circundante. A Mesenia, el joven Odiseo se dirige, instado por su padre y por otros ancianos, para reclamar un rebaño de trescientas ovejas robado de Ítaca por piratas mesenios. En casa del prudente Ortíloco conoce a Ífito, hijo de Éurito, que andaba también en pos del paradero de una docena de yeguas y mulos. Surge entre ambos jóvenes una fuerte amistad que, al separarse deciden sellar intercambiando sus armas. Odiseo entrega a Ífito su espada y su lanza, y recibe de él el arco y las flechas con que su padre Éurito había amenazado un día al propio Apolo. A la vuelta de los años, dichas armas pondrán fin a la vida de todos los pretendientes de Penélope. Según el mito, Zeus fue traído al monte Itome cuando lo abandonó Rea, y fue lavado con agua de la Clepsidra (fuente que aún puede verse en el pueblo actual) las ninfas Itome y Neda que asumieron a continuación su alimentación.

Aunque las excavaciones empezaron en 1828 por la Expedición Científica Francesa al Peloponeso y solo una pequeña parte de la ciudad ha sido descubierta por el momento. En 1895 la Sociedad Arqueológica Griega inició las obras de excavación, supervisadas inicialmente por Θεμιστοκλής Σοφούλης y después por Γεώργιος Οικονόμος. Los estudios realizados por Αναστάσιος Ορλάνδος sobre la ciudad (iniciados en 1957), seguidos por los de Πέτρος Θεμέλης desde 1986 hasta hoy, han sacado a la luz cientos de estatuas de mármol- muchas del famoso escultor Demofonte- y cimientos de varios templos y lugares públicos. Las murallas de la ciudad (1), construidas después de su fundación, son notables. Están cubiertas con bellos opus cuadratum, con almenas intrincadas y torres a intervalos regulares. Eran consideradas el mejor ejemplo de la arquitectura militar del siglo IV a.C. Las paredes estaban formadas por una pared exterior y otra interior de bloques cuadrados, sin mortero de unión, separadas 2,5 m entre sí y rellenas de escombro. Las torres eran, en general, cuadradas con la excepción de una en forma de herradura, en el tramo oeste de la muralla, y otra circular. Las murallas tenían unos 9,5 km de largo y entre 7 y 9 m de altura. En su origen, la Torre N, una estructura bien conservada en el muro occidental, tenía 9 m de altura y consistía en una única cámara que alojaba catapultas de flexión, cubiertas por un techo que desempeñaba las funciones de plataforma de combate. La Torre L, la mejor conservada de las emplazadas en el muro norte, tenía 12,5 m de altura y estaba formada por dos cámaras. Las ventanas superiores eran más grandes para disparar a través de ellas las pequeñas catapultas de flexión, pero las inferiores tan sólo eran aberturas para los arqueros. La mampostería era de sillar isódomo de piedra caliza de color gris. Amurallada estaba también el área de la acrópolis que incluía el santuario de Zeus Ithómatas. Este culto databa al menos de los siglos XI- VIII a.C. De las puertas de la ciudad, la del este, la llamada Puerta Laconia (2), no se conserva pues fue derruida en el siglo XVIII para construir la carretera. La puerta norte, denominada Puerta Arcadia (3), es una obra maestra de ingeniería militar. Posee un dipylon o “doble puerta” con un patio entre ellas circular de 19 m de diámetro y dos torres laterales frente al patio. A ambos lados del patio, cerca de la entrada exterior, hay un nicho destinado a las divinidades protectoras, una de ellas, sin duda, el Hermes que menciona Pausanias. Pegados a la puerta exterior hay varios monumentos funerarios de la época romana. La entrada interior tenía forma de puerta de dos hojas separadas por un poste central, un enorme monolito que ahora está parcialmente derruido. A la zona del ágora y el Asklepeion se llega desde la Puerta Arcadia siguiendo un camino que cruza un área salpicada de numerosos restos de edificios monumentales difíciles de interpretar ya que queda mucho por excavar. Antes de llegar al ágora nos encontramos con el teatro griego (5). En su mayor parte está destruido. Se conserva parte de la sección occidental de la cávea que está construida de la misma forma y con los mismos materiales que las murallas y las torres. Fue construido en el siglo III a.C. y abandonado a fines del siglo III d.C. Se utilizaba para concentraciones masivas de carácter político. Del ágora (7) se ha desenterrado parte de la plaza pública (el pórtico norte, el pórtico oeste, parte del pórtico sur del siglo IV a.C. y la fuente monumental dedicada a la heroína local Arsinoe.) Aquí se realizaban los cultos de Zeus Sóter, Poseidón, Artemisa Lafria/limnatis, Ilitía, Deméter, Afrodita y los Dióscuros. Del pórtico norte se conserva parte del estilóbato exterior con las huellas de las bases de las columnas. A lo largo del estilóbato hay un canal para la recogida de las aguas superficiales. Había también una columnata interior jónica colocada a 6,35 m de la columnata del estilóbato exterior. El conjunto tenía posiblemente dos pisos y una longitud de más de 100 m. Una stoa dórica en el lado oeste del ágora, se construyó en el siglo III a.C. y se reconstruyó en el siglo I d.C., utilizándose hasta finales del siglo IV d.C. Está conectada con el patio con peristilo al este que funcionaba como carnicería. Tiene un suelo de mosaico y una piedra perforada en donde se ataban los animales para el sacrificio. Al oeste, y junto a la stoa norte del ágora, se encuentra la Fuente de Arsinoe (6), hermana de las Leucípidas que se desposaron con los Dióscuros. Tiene una longitud de 40 m y estaba constituida por una stoa de columnas jónicas, una exedra semicircular, un estanque grande, en medio del cual había estatuas de bronce y dos estanques más pequeños en un nivel inferior al del principal. La fachada de la primera fase de construcción (finales del siglo III a.C.) era una columnata dórica. Dicha columnata se destruyó en la segunda fase (siglo I d.C.). La fuente conoció una tercera fase de construcción en el siglo III d.C. Dentro del ágora se encontraba el Templo de Mesenia. Era períptero de estilo dórico y cobijaba la estatua dorada de la reina divinizada. En la pared trasera de la naos había un fresco de Onfalíanos, alumno del famoso pintor ateniense Nikía (finales del siglo IV a.C.), en el cual se representaba a 13 miembros de las tres familias reales (los Afáridas, los Neleidas y los Leucípidas) que habían gobernado Mesenia antes de la “invasión dórica”, y, también al primer rey dórico de Mesenia, Cresfontes. Estelas de diversas ciudades en honor a los jueces mesenios se encontraron en el lado norte del templo. En el lado sur se hallaron muchos pedestales con epigrafías que soportaban estatuas de bronce de emperadores romanos. A escasos metros del Templo de Mesenia se encuentra una cámara subterránea, cuidadosamente construida con pilares de piedra atados con elementos de hierro y plomo. Se cerraba herméticamente por arriba con dos filas sucesivas de bloques de piedra exquisitamente trabajados. Estos bloques dejaban en el medio una abertura cuadrangular de 1,2 x 1,2 m en donde encajaba perfectamente una losa de piedra de 1,5 toneladas. Esta cámara era conocida por los antiguos escritores como “EL TESORO” dentro del cual fue encerrado en 183/2 a.C. el famoso general de la Liga Aquea Filopímenes que fue posteriormente asesinado por medio de veneno por el general mesenio Dimocrates y sus correligionarios, enemigos acérrimos de la incorporación a la Liga Aquea. El complejo público mejor conservado es el santuario de Asclepio (8) a quien los mesenios consideraban como hijo de Arsinoe. Pausanias lo refiere como un museo de obras de arte y no como un santuario para la curación de enfermos. Era el centro de la vida pública de la ciudad y funcionaba de forma paralela al ágora. Ciento cuarenta pedestales para estatuas de bronce de personalidades célebres y 5 exedras rodeaban al templo y al altar, y otras estatuas estaban colocadas a lo largo de las stoas. El espacio es cuadrangular de dimensiones 71,9 x 66,6 m y está rodeado por cuatro stoas que se abren al pátio central. Las stoas norte y sur tienen 23 columnas corintias mientras que las este y oeste 21. Cada stoa tiene otra fila de columnas en el interior, 14 en la norte y sur y 13 en las este y oeste. La mayor parte del espacio central estaba ocupado por el templo dórico períptero (F) y su gran altar (G). El templo estaba rodeado de 6 x 12 columnas dóricas y tenía pronaos y opistódomos, cada uno de los cuales tenía dos columnas entre hastiales. Sus dimensiones eran de 13, 7 x 28 m y su altura de unos 9 m. En su lado este existía una rampa de acceso. Un ádyton, en el lado oeste de la cella, estaba separado de ésta con un murete y en su interior estaba la estatua de oro y mármol de Paros de la diosa Mesenia. En la pronaos estaban colocados cuadros que representaban a los antiguos reyes de Mesenia. El material utilizado en su construcción fue caliza en el interior y conglomerado local (lumaquela) en la columnata exterior. La primera fase de construcción del santuario se remonta a los siglos VII –VI a.C. Una segunda fase tuvo lugar en el siglo IV a.C. y afectó, sobre todo, a su ala sur. A la tercera fase, que se dio en el siglo III a.C. pertenecen las descuidadas reparaciones de las stoas y el templo. El santuario sufrió derrumbes a finales del siglo III a.C. o principios del II a.C. debidos a problemas de cimentación de las stoas y el templo. Fue abandonado definitivamente en el siglo III d.C. Se ha comprobado que Asclepio no recibía culto en el santuario como dios de la medicina sino como ilustre ciudadano de Mesenia. En el ala este del patio se encuentra un conjunto de tres edificaciones: el Εκκλησιαστήριο, con forma de teatro, un impresionante propileo y un Bouleuterion con un archivo adjunto. El Εκκλησιαστήριο (A) parece que se utilizaba para concentraciones políticas, teatrales y musicales en honor de Mesenia y Asclepio. Es una pequeña construcción con forma de teatro con una orquesta circular de 9,7 m de diámetro. Tres puertas daban al exterior por el lado este: una pequeña que permitía la entrada a la escena, una grande que era la entrada principal del teatro, y por la que se accedía directamente a la orquesta, y otra mediana por la que se accedía a la zona central de la cávea. La parte inferior de la cávea tenía 11 filas de asientos y estaba dividida en tres sectores por dos escaleras. El muro anterior de la escena estaba constituido antiguamente por 6 semicolumnas dóricas de 2,23 m de altura. Durante el siglo III d.C. la escena sufrió una transformación radical. El Gran Propíleo (B) tenía en su parte central un muro transversal con tres puertas. Al este, y en la entrada del propileo, un pórtico con cuatro columnas jónicas sobre pedestales. Entre el pórtico y el muro interior existía un suelo formado por grandes placas de mármol. Al oeste, esto es, en la cara que miraba al templo, había dos columnas corintias. El Bouleutérion (C) tiene forma cuadrada (21,6 x 20,8) y estaba cubierto por un techo piramidal. Sus lados norte, sur y este estaban cerrados por un muro de 1.2 m de espesor formado por grandes bloques de piedra. Sólo tenía entrada por el lado oeste, esto es, desde el patio central, entrada que estaba formada por un pórtico de cuatro columnas. Un banco corrido de piedra recorría los tres muros por el interior permitiendo que se sentaran cómodamente los 76 representantes de las ciudades que constituían el parlamento federal de Mesenia. El Archivo (C-C) tenía unas dimensiones de 16,45 x 19,75 m y es del periodo bizantino. A 80 m al este del Asclepeion han salido a la luz dos salas de gran tamaño de los últimos años del periodo romano. Mosaicos y placas de mármol decoran sus suelos. En una de ellas se encontró una estatua de mármol de Artemisa que ha podido ser totalmente reconstruida. En el ala oeste del patio, y en su extremo NO, salió a la luz un templo próstilo de dimensiones 8,4 x 5,6 m con una cella prácticamente cuadrada y una rampa de acceso. Se trataba del primitivo santuario de Artemisa Orthia (Q). A la estatua de culto de la diosa (finales del s.IV a.C.) deben pertenecer los trozos que se encontraron en la parte norte de la nave. La diosa se representa con un vestido corto. Después de la construcción del Asclepio, el santuario de Artemisa Orthia dejó de funcionar y el culto a la diosa se traslado a la estancia K. Inmediatamente al oeste del santuario de Artemisa Orthia apareció un edificio de 24 x 24 m en mal estado de conservación. Se trata del santuario de Deméter y los Dióscuros (V) referido por Pausanias, uno de los santuarios más antiguos de Mesenia (s. VII a.C.), que se incorporó al planeamiento del nuevo santuario después de la fundación de la nueva capital en 369 a.C. El recinto más importante del ala oeste del patio es el santuario de Artemisa (J). Rectangular, de dimensiones 10,3 x 5,8 m, estaba dividido en tres naves por sendas columnatas. En la nave central estaba el pedestal de la estatua que representaba a Artemisa Orthia, obra de Demofonte, en su faceta de φωσφόρος (“portadora de la luz”) con una vela en la mano y un vestido corto de cazadora. Se han recuperado la mano izquierda, que portaba la vela, y trozos de su cabeza y sus pies. Frente a la estatua existía una mesa de ofrendas y a su alrededor se levantaban 11 pedestales de estatuas de sacerdotisas y muchachas jóvenes. Artemisa era adorada aquí como protectora de los niños. El altar de la diosa, en el que se exponía su ξόανο, se encuentra en el patio central del Asclepio, fuera de la stoa, enfrente del santuario y centrado con el eje del mismo. La estancia K guardaba la imagen de la diosa Fortuna, obra de Demofonte, con estatuas sobre pedestales a su alrededor. Se conserva el pie derecho de la diosa en el museo. La estancia L también está dividida en tres naves. En la central estaba la estatua de la personificación de la Ciudad de Tebas y en las otras dos las de Heracles y Epaminondas. La de Heracles era de Demofonte y se han encontrado muchos pedazos de ella. En la estancia M sobre una exedra semicircular estaban levantadas las estatuas de Apolo y las Musas, obra de Damofonte. La cabeza de Apolo se expone en el museo. En el ala norte del patio una escalera central llevaba a un propileo. A ambos lados de la escalera dos enormes salas estaban dedicadas al culto de la diosa Roma y de los emperadores. En el extremo oeste, y al nivel de la stoa, se encuentra la estancia H que estaba dedicada Asclepio y sus hijos. Las estatuas eran obra de Damofonte y de ellas se han encontrado varios trozos. El pedestal que sostenía a las estatuas funcionaba también como una cisterna de agua que se alimentaba por medio de una conducción que bajaba por el muro norte. Esta estancia más que un carácter litúrgico tenía un carácter museístico como, por otra parte, ocurre con todas las estancias del ala oeste con la excepción de la estancia K. En el ala sur, pero fuera del santuario, se encontraba el Balaneio (E) un edificio de baños perteneciente al periodo helenístico. Tenía dos hornos para el agua caliente, que funcionaban alternativamente, y habitaciones pavimentadas. Sus dimensiones eran 23 x 34,5 m y funcionaba mediante un sistema de conducciones que recorría las diferentes salas. El lugar más reseñable es la piscina. La entrada al edificio se realizaba por el norte. Su primera fase de construcción empieza a finales del siglo IV a.C. y llega hasta el siglo II a.C. Una segunda fase tuvo lugar en época de Augusto en la cual se instauró la veneración de unas de las principales figuras heroicas de la ciudad, Saitida y Glauco. Al lado este del Balaneio se encontraba un monumento funerario conocido como el Heroon (D). Se construyó en un espacio en el que preexistían dos salas incorporadas al ala sur del Asclepeion. Alrededor del s.II a.C. las salas se condenaron y en su lugar se edificó el Heroon. Tiene unas dimensiones de 1,75 x 3,2 m con entrada por la parte sur. Contiene dos tumbas en forma de prisma una al lado de la otra. El descubrimiento al lado del Heroon de una columna dórica que tiene grabadas las alabanzas de 7 ciudades en honor al escultor Damofonte, lleva a pensar que el Heroon le pertenece. Inmediatamente al este del antiguo Bouleuterion, y al otro lado de la calle, se encontraba un monumento funerario rectangular de principios del siglo II a.C. que contenía tumbas en forma de cajón de personas caídas en batalla. Tenía un krepídoma de tres escalones, una fila de ortostatos y una coronación semicilíndrica en donde estaban inscritos los nombres de 6 hombres y 4 mujeres, jóvenes miembros de familias de élite de Mesenia. También estaban inscritos, de forma desordenada, los nombres de los anteriormente enterrados en el monumento. Inmediatamente al sur del Asclepeion estaba el Ierothysion, un gran complejo de edificaciones de 50 x 70 m, en donde se celebraban ceremonias sacrificiales durante las fiestas religiosas. Se ha datado del siglo I a.C. Contenía imágenes de los doce dioses del Olimpo y también una estatua de bronce de Epaminondas. Más al sur pueden verse los monumentos excavados más recientemente: el gimnasio (9), la palestra (10), el estadio monumental (11) y el Heroon-Mausoleo de Secidón (12), todos ellos del periodo helenístico tardío. Dentro del estadio había signos de culto a los héroes nacionales, el más importante de los cuales fue Aristómenes. Desde el centro del pueblo actual, un camino asfaltado nos conduce a la iglesia. Siguiendo ese camino se llega a la puerta Laconia. Antes de la puerta, un camino sin asfaltar sale a la izquierda y nos lleva hasta la cumbre del monte Itome. El santuario de Artemisa Limnátide (13) se encuentra a unos doscientos metros del inicio de ese camino. Han aparecido los cimientos de un templete jónico de dimensiones 16,70 x 10,60, con las basas de dos columnas corintias en su fachada principal, un altar y algunos restos alrededor del templete. En medio del templo de se ha conservado el pedestal de la estatua de culto, que era obra de Damofonte. Artemisa Limnátide parece ser la misma diosa descrita por Pausanias como Artemisa Lafria, la antigua divinidad prehelénica de la naturaleza, la vida y la muerte, la llamada Πότνια Θηρών. Los mesenios adoptaron el culto a Artemisa Lafria de caledonios, cuando vivían como prófugos en Naupacto. La diosa estaba representada de pie, con un vestido corto, una lanza en su mano derecha y apoyándose en el lado izquierdo y acompañada por un perro. A una cota más baja y al SE del templo se encuentran los restos de una fuente monumental. Asimismo, al este, sur y oeste, delimitando el santuario, han aparecido los restos de edificios auxiliares del templo. En la ladera sur del monte Itome, a una distancia de unos 300 m del santuario de Artemisa Limnátide, se localizaba un edificio de culto cimentado sobre la roca. Estaba constituido por una cella cuadrada de 5,45 x 5,15 m y una pronaos de 1,8 x 5,15 m, construido totalmente por bloques de caliza. En medio del lado este de la cella existe una entrada de 1,48 m de anchura. Una epigrafía en el pavimento de la pronaos de carácter erótico pertenece al siglo II- III d.C. Al lado del templete se encuentran restos en forma de Γ. Al parecer, se trataba del templete de la diosa Ilitía (14), y las ruinas de alrededor pertenecían a un mégaron dedicado a los Curetes. En ellos se realizaban cultos que tenían que ver con los partos de las mujeres y con la protección de los bebés. En la parte más alta del monte Itome se conservan restos del templo de Zeus Ithómata (4) que según la tradición fue levantado por los primeros reyes Policaón y Mesenia. El culto a Zeus Ithómata se remonta al periodo geométrico. Según Pausanias, aquí se organizaban competiciones musicales. El dios estaba representado como niño y, según la tradición, aquí sacrificó el jefe del ejército mesenio, Aristómenes, a 300 enemigos espartanos entre los cuales se encontraba su propio rey Teopompo.

El museo consta de dos pisos: planta baja y atrio, y piso primero. Contiene alrededor de 270 objetos (esculturas, epigrafías y elementos arquitectónicos). En el piso primero hay tres salas y un balcón. Sus piezas principales son: SALA A: El Hermes de Mesenia, encontrado en la stoa occidental del Gimnasio dentro de la Estancia IX (s. I d.C.). Copia romana de un original de Policleto (s. IV a.C.) El Doríforo (Teseo) de Mesenia (s. I d.C.), encontrado en la estancia III del Gimnasio. Copia romana del Doríforo de Policleto (s. V a.C.). SALA B: Se expone en ella la obra de Demofonte. Cuerpo de un joven o de un dios. (siglo II a.C.) Cabeza de Apolo de la estancia Ξ. (siglo II a.C.) Aparte de la obra de Demofonte merecen reseñarse: Tres estatuas de sacerdotisas del templo de Artemisa Orthia. Copias romanas del siglo III d.C. de estatuas griegas de los siglos IV y V a.C. Herma con figura de Heracles encontrado en la stoa occidental del Gimnasio, ofrenda de Filiades, hijo de Neonas (s. III a.C.) SALA C: Estatua de Artemisa Lafria, copia romana de un original del siglo IV a.C. de la escuela de Praxíteles. Εκαταίο de piedra de 0,73 m de altura del Asclepieion, en el que se representa a la diosa Artemisa en tres diferentes posiciones en torno a una columna. (s. III – II a.C.) En la planta baja y en el atrio del museo se exponen diferentes piezas epigráficas y una extraña columna con signos musicales.

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