“Una veza aquí, los guías tesalios regresaron, y los perrebos, que eran súbditos de los tesalios, lo llevaron a Díon, en los dominios de Pérdicas, una pequeña ciudad de Macedonia situada al pie del Olimpo.” (Tucídides. Historia de la guerra del Peloponeso. Libro IV, 78,6)
Desde Tesalónica se sale por la calle Politechniou y después continuamos por la calle Stathmou hasta coger la autopista PATHE en dirección Katerini. Un enlace de la autopista nos lleva directamente hasta el yacimiento.
Al noreste, a los pies del Olimpo, en una región que tiene asegurada el control total del estrecho paso de Macedonia a Tesalia, destaca Díon. A una distancia, en la antigüedad, de apenas 7 estadios desde las costas del golfo Thermaikós, era la ciudad sagrada por excelencia de los macedonios, el santuario de Zeus. Alcanzó su mayor desarrollo en los tiempos helenísticos y romanos puesto que fue una de las primeras colonias de éstos en suelo macedonio. En cualquier caso, Díon, con un perímetro amurallado que superaba los 2.600 m, ni en los tiempos de Tucídides ni en la época romana superó el tamaño de una pequeña ciudad. La primera referencia a la ciudad aparece en Tucídides cuando relata la marcha del general espartano Brásidas de Tesalia a Macedonia el verano del 424 a.C. Habiendo asumido Arquelao el poder en Macedonia, a finales del siglo V a.C., ofreció magníficos sacrificios a Zeus Olímpico. Organizó en Díon en honor de Zeus Olímpico y de las Musas juegos atléticos y concursos teatrales, las llamadas “Olimpiadas de Díon” que seguían celebrándose en torno al 100 a.C. Tenían una duración de 9 días y es posible que en ellas se representaran las tragedias de Eurípides “Arquelao” y “Las Bacantes” que el famoso trágico compuso en los últimos años de su vida en la corte macedónica. Otro antiguo escritor, Chrisóstomos de Díon, refiere que Filipo y Alejandro Magno celebraban sus victorias en Díon con magníficos sacrificios a Zeus y las Musas. Aquí celebró Filipo II la caída de Olintos, capital de la Liga Calcídica, en el 348 a.C., y Alejandro Magno recabó la ayuda del padre de los dioses durante la preparación de sus campañas en Asia. En Díon estaba la famosa composición que Lisipo realizó por orden de Alejandro, después de la batalla de Gránico en 334 a.C. Se trataba de las estatuas de bronce de 25 jinetes para honrar a sus compañeros que cayeron en la lucha. Durante el reinado de Filipo V, los etolios tomaron la ciudad sagrada de los macedonios (219 a.C.), hecho que describe Polibio. El general Escopas destruyó las murallas de la ciudad, el gimnasio y muchas de sus casas y prendió fuego al santuario de Zeus Olímpico. La ciudad logró recomponerse, pero poco después, en el 169 a.C., fue ocupada `por los romanos al mando del cónsul M. Filipo. Poco después, Quinto Cecilio Metelo conquistó definitivamente Macedonia y retiró los jinetes de bronce de Lisipo para enviarlos a Roma donde embellecieron el magnífico cuadripórtico (porticus Metelli) que había erigido en el Campo de Marte. Posiblemente, la primera instalación aquí de una colonia romana se realizó el 43 a.C.
Deucalión, hijo de Prometeo, junto con Pira se encerraron en un arca de madera y en ella pasaron 9 días y 9 noches durante el Diluvio Universal. Cuando éste terminó, Deucalión levantó en Díon un altar a Zeus. De su hija Thiía nació Magnis y Makedonas, antepasado de todos los mecedonios.
La investigación arqueológica de Díon comenzó en 1928 a.C. por el rector de la Universidad de Tesalónica, Γ. Σωτηριάδης, para finalizar en 1931 habiéndose construido el primer edificio para albergar los hallazgos. Después de un periodo de 30 años comenzaron de nuevo las investigaciones del lugar por el profesor Γ. Μπακαλάκης que tenían como principal objetivo el descubrimiento del recinto amurallado. La tercera campaña de excavaciones se realizó en 1973 por Δ. Παντερμαλής y la Universidad de Tesalónica. Las excavaciones continúan hasta hoy dentro y fuera de la ciudad de Díon, excavaciones que deben prolongarse todavía durante muchos años con el objetivo de sacar a la luz el conjunto de la ciudad antigua y de sus santuarios. Ocupando un lugar de 1.500.000 m2, el sitio arqueológico de Díon está constituido por una ciudad amurallada de 360.000 m2, flanqueada por espacios de culto, que fue habitada sin solución de continuidad entre la época clásica y la paleocristiana. En sucesivas excavaciones han salido a la luz viviendas particulares, edificios públicos, tiendas y talleres integrados en manzanas delimitadas por calles. Edificada en el siglo II a.C., la ciudad se encontraba a una distancia de aproximadamente 1,5 km del mar con el que se comunicaba a través del entonces navegable río Vafiras. Dejando aparte unas pocas excepciones, la imagen del sitio arqueológico se corresponde principalmente con el periodo romano de la ciudad. El recinto amurallado de la ciudad, prácticamente cuadrado y construido de acuerdo con el sistema hipodámico, dispone de un planeamiento urbanístico ejemplar característico de la época de Alejandro Magno. Los tres tramos de la muralla (8) siguen una línea recta, estando la línea del lado este interrumpida por un tajamar el cual parece que interrumpiría el cauce del río Vafiras. La anchura de la muralla llegaba a los tres metros, su altura estaba entre 7 y 10 m. Su trayectoria estaba interrumpida cada 33 m por torres cuadrangulares de 7 x 7 m. No es todavía conocido si la Díon que refiere Tucídides estaba o no amurallada el 424 a.C. Sí es conocido que la Díon de la época helenística disponía de unas espléndidas murallas que asombraron a los romanos, que ocuparon la ciudad sagrada de los macedonios en 169 a.C. En las murallas se observan varias fases de construcción. En la primera fase se utilizó material procedente del Olimpo. Estaban construidas con el sistema ortogonal y tenían una longitud de 2.624 m. Abarcaban una superficie de 43 has. La parte superior estaba construida con adobe. Hasta hoy se han descubierto 5 puertas, las cuales se encontraban en concordancia con las arterias básicas de la ciudad. La mejor conservada es la puerta norte: Dos robustas torres la flanquean en su exterior distando entre sí 33 m. En su interior había dos pequeños patios, uno detrás de otro, como medida suplementaria de seguridad. Otras obras de defensa, como el foso, intensificaban la protección de la ciudad. En el lado este se encontraba, probablemente el puerto fluvial. Estas murallas datan de la época del rey macedonio Casandro y se destruyeron durante la invasión de los etolios en 219 a.C. Fueron reparadas por Perseo, el último rey macedonio. Después de ser derrotado por los romanos en la batalla de Pidna, lo que supuso el derrumbe definitivo del imperio macedonio, las murallas de la ciudad fueron parcialmente destruidas, siendo utilizado su material para otras construcciones. En época romana, un gran tramo de la parte de la muralla construida con adobe se derribó para construir aquí las grandes termas. La muralla volvió a reconstruirse nuevamente en el siglo III d.C., y otra vez más ente el 365 – 380 d.C. Se destruyeron definitivamente en el siglo V d.C., probablemente por un terremoto. La calle central (9), de 670 m de largo, divide la ciudad de norte a sur. Pavimentada en época imperial, su diseño pertenece al planeamiento urbanístico del periodo clásico – helenístico. A ambos lados de la misma podemos ver viviendas y construcciones de época romana. Frente a un complejo de baños se encuentra el monumento de los escudos y los torsos, datado de finales del siglo IV a.C. El ágora tenía forma cuadrada de 60 m de lado. Tuvo muchas fases de construcción. Ruinas de edificios del siglo IV a.C. se encontraron a varios metros de profundidad. La última fase de construcción es del siglo II d.C. En el extremo sur de la ciudad antigua se encuentran las Grandes Termas (13) datadas del 200 d.C. En el sector oriental ha salido a la luz la llamada villa de Diónisos (10), que toma su nombre del gran mosaico, una composición en la que se representa al dios y que cubre el suelo de la sala de banquetes. Está datada del 200 d.C. La disposición del terreno lleva implícita la forma cuadrada de la ciudad. Sin embargo, no es descartable que tanto el planeamiento urbanístico como el amurallamiento se hubiesen inspirado en el planeamiento de las nuevas ciudades que fundaron Alejandro y los Diádocos en Asia. Entre las divinidades a las que se rendía culto en Díon ocupa el lugar principal Zeus Olímpico, del cual tomó su nombre la ciudad. De acuerdo con todos los indicios, el temenos de Zeus se encontraba cerca del teatro romano. Dos epigrafías que se encontraron aquí conducen a la identificación del santuario. La primera constituye una epístola de Filipo V mediante la cual solventó el tema de las fronteras entre habitantes de Dimitriada y los fereos en Tesalia. La segunda epigrafía es una disposición de la ciudad de finales del siglo IV a.C. En estas dos manifestaciones epigráficas se dice que deben ser colocadas en el santuario de Zeus Olímpico (5). En este sector de la ciudad se han descubierto restos que están relacionadas con el culto: Un muro de unos 100 m de longitud se presume que era el recinto del temenos. Trozos de estatuas, un relieve que representa a Zeus y las dos epigrafías antes reseñadas. Todos estos restos pertenecen a diferentes periodos de la época helenística. Trozos de columnas demuestran la existencia en el lugar de un edificio monumental de orden dórico, posiblemente una stoa. Hay referencias epigráficas que muestran que el santuario de Zeus en Díon era un lugar excepcionalmente importante en el reino macedonio puesto que aquí se publicitaban en estelas de piedra importantes textos. Además, en el santuario estaban colocadas las estatuas de los reyes macedonios y las 25 estatuas ecuestres de Lisipo. El santuario tenía dos altares, uno era un gran paralelogramo de 22 m de longitud (s. IV a.C.), y otro más pequeño más al norte. En el espacio que se extendía frente a los altares se han encontrado 33 pesadas bases de piedra, en tres filas, con argollas de bronce a las que se ataban los animales que iban a ser sacrificados. El santuario de Deméter (2), que se encuentra al sur, en el exterior de las murallas y de la puerta de la calle central de la ciudad, es el santuario macedónico más antiguo que conocemos por el momento. Su utilización fue continua desde el siglo VI a.C. al siglo IV d.C. En él se encuentran dos templos gemelos del siglo IV a.C. de dos cámaras con fachada al este y dimensiones 11 x 7 m. Durante las excavaciones se encontró una cabeza de mármol de la diosa del siglo IV a.C. También se encontró una estatua de Afrodita sin cabeza del siglo II a.C. y otra de un peploforos del periodo helenístico. El hecho de que se trata del santuario de la diosa Deméter lo certifica una epigrafía votiva encontrada en el lugar. Los dos templos gemelos próstilos dístilos de estilo dórico se edificaron con objeto de reemplazar a otros dos templos del siglo VI a.C., cuyos cimientos son visibles detrás de los templos modernos. Estos templos arcaicos tenían forma de mégaron y estaban construidos con bloques de piedra y adobes. Disponían en su interior mesas de madera en donde los fieles depositaban las diferentes ofrendas. Los templos modernos tenían en su interior pedestales para sostener a las estatuas de culto. Fue en uno de estos pedestales donde se encontró la cabeza de mármol de la diosa Deméter. Para los sacrificios se construyeron altares al este del santuario. Los dos templos constituían el núcleo del santuario, el cual estaba flanqueado por pequeños “templetes” de culto de una sola cámara pertenecientes a los periodos clásico y helenístico. Estos templetes disponían de una estatua de culto y unas mesas de piedra frente a ella donde, probablemente, se ofrecían los primeros frutos de la recolección. Junto al templo de la izquierda había un pequeño recinto con tres pozos, recinto similar al pozo sagrado (Kallichoron) de Eleusis. Al este del santuario de Deméter está el santuario de Isis Loxias (4), de época romana. Estaba compuesto por cuatro templos. El templo central estaba dedicado a Isis Loxias y es de época romana. El cauce del río Vafiras que cruza el visitante actual, estaba situado en la antigüedad más al este. En el mismo santuario, y al norte del templo central, está el templete de Afrodita Hipolimpidia (la Afrodita que se adoraba a los pies del Olimpo). El templete tiene una sola cámara y dispone una cisterna en el suelo, cuya agua se vertía a través de una conducción situada bajo la cavidad que ocupaba la estatua de culto. La estatua es del siglo II a.C. y se colocó en el templo cuatro siglos después. Al sur del templo central apareció otro templo cuyo culto no ha sido identificado. Tiene pronaos y naos y durante las excavaciones se encontró aquí una estatua de Eros de la época helenística. Mientras que los tres templos anteriores pertenecen a un mismo diseño arquitectónico, el cuarto, que se encuentra más al sur, fue construido más tarde. Estaba dedicado al culto de Isis Afortunada, diosa tutelar de los navegantes, de acuerdo con la estatua y la epigrafía del altar. El templo tenía un ábside para la estatua de culto y un templete a cada lado. En medio del edificio se encontraba una fuente cuya agua brotaba de su fondo al que era conducida por una tubería. Se trataba de una fuente sagrada protegida por el edificio. El santuario de Zeus Ípsistos (3) se sacó a la luz en 2003, junto con su estatua entronizada, el altar, 14 águilas en relieve y bastantes epigrafías. Pertenece al siglo II d.C. Al este del sitio arqueológico se encontró en 1999 el santuario de Artemisa Vafiria junto con su estatua de culto. El templo de la diosa tenía pronaos y naos. Fuera estaba el altar y a poca distancia un edificio que quizás fuese un taller. Se encontró también una estela votiva de principios del siglo III a.C. dedicada a Artemisa Salvadora. El teatro helenístico (7) de Díon se encuentra fuera de las murallas y se construyó en los tiempos de Filipo V (221 – 179 a.C.). Fue reconocido por W. M. Leake en 1806 y empezó a excavarse sistemáticamente en 1970. Está construido en la ladera de una baja colina y tiene orientación N – E, el más indicado para una buena ventilación del espacio como señalaría más tarde Vitruvio. La orquesta tiene un diámetro aproximado de 26 m. Limita con un caz de piedra y su suelo es de tierra apisonada. La cávea se apoyaba en una elevación artificial y estaba constituida por gradas de fábrica de adobe, una particularidad que no se encuentra en ningún otro teatro antiguo. Es muy posible que estos asientos estuvieran chapados en mármol. Contrariamente a la cávea, la construcción de la escena estaba más cuidada. Se encontraba a 2,5 m sobre la orquesta. Los muros de la escena, desde una altura determinada estaban construidos con mármol, al igual que el proscenio que se coronaba con un arquitrabe dórico sobre semicolumnas. La orquesta estaba conectada con el proscenio por un paso subterráneo con dos cámaras una al inicio y otra al final que se identifica con la llamada “escalera de Caronte” de los antiguos. Se usaba cuando era necesaria la representación de personajes del mundo subterráneo. Parece que el teatro se abandonó después del 168 a.C., funcionó de forma puntual hasta los primeros tiempos imperiales y quizás se inutilizó totalmente tras la construcción del teatro romano. Cerca de esta zona se ha identificado el santuario de Diónisos. El teatro romano (6) se ha localizado al SE del helenístico y data del siglo II d.C. A pequeña distancia del teatro helenístico se encuentra el santuario de Asclepio (17) que se excavó en 1973. Parece que se construyó a finales del siglo IV o principios del III a.C. y fue utilizado hasta finales del siglo III d. C. La existencia de fuentes en el lugar jugó un importante papel en la elección del espacio para la construcción del santuario. El templo constaba de naos y pronaos y dentro de él se encontraron la cabeza de la diosa Salud y su cuerpo con la serpiente enroscada en un hombro. También se encontró en él la cabeza de Telesforo con su capucha protectora. En un trozo de un pedestal del siglo IV a.C. aparece el nombre del dios, mientras que una estatuilla también de Asclepio y otra cabeza perteneciente a otra estatua del dios completan los hallazgos en el lugar. En el santuario había también una stoa que acogía a los creyentes. Las necrópolis de Díon se extienden al norte y al oeste de la ciudad y los monumentos funerarios ocupan un periodo de tiempo que va desde el siglo V a.C. hasta el siglo V d.C. Tumbas cabaña en recintos de mampostería, estelas con relieves y altares funerarios constituyen los monumentos funerarios. Sin embargo, la más impresionante categoría de las construcciones funerarias la constituyen las tumbas macedónicas, que desde 1929 han salido a la luz, frecuentemente saqueadas. Son las siguientes: Tumba macedónica I (15): Es la más antigua. Se encontró a poca distancia del tramo occidental de la muralla de la ciudad y fue la primera que se excavó en 1929. De dos cámaras, con fachada dórica, con arquitrabe con metopas, triglifos y frontón. Su entrada estaba taponada por cinco sucesivos bloques de piedra tallados. Dispone de un vestíbulo jónico y una cámara mortuoria techada. En mitad de la cámara se encontró un gran lecho mortuorio de mármol con pinturas geométricas, anthemias y una representación de una batalla ecuestre. Tumba macedónica II: Se encontró en 1953 en el pueblo de Καρίτσα, al norte de la ciudad antigua, y fue excavada dos años después. Se trata de una construcción monocameral con una fachada enlucida y frontón con acroteras en sus esquinas. Sobre el lecho mortuorio se conservaron los huesos de una persona joven, probablemente una muchacha. Tumba macedónica III: Se encontró cerca de la Tumba I en 1955 y se excavó al año siguiente. Es monocameral con un gigantesco dintel sobre el hueco de la puerta que estaba taponada por tres sucesivos bloques de piedra. En su interior había un lecho y tres pedestales posiblemente destinados a otros enterramientos. Tumba macedónica IV: Al oeste de Καρίτσα, y bajo un montículo artificial, la tumba monocameral que se excavó en 1980 presentaba una característica conocida en los correspondientes monumentos funerarios de Macedonia oriental y Tracia: Un pasillo de entrada construido. La puerta de dos hojas de mármol, bajo el frontón de la fachada enlucida, conducía a la cámara mortuoria, en la cual, no sé encontró el lecho, que, posiblemente, sería de madera. Fue construida en torno al 200 a.C.
El museo arqueológico de Díon funciona desde 1983. Consta de Planta baja, Primera Planta y Sótano. Planta Baja: Piezas de los santuarios de Isis, Deméter, Artemisa Vafiria, Zeus Olímpico y Asclepio, y de las Grandes Termas. Destacan de estas últimas las estatuas de Asclepio y su familia, excelentes copias del siglo II d.C. de originales del periodo protohelenístico. Como pertenecientes a los santuarios destacan las siguientes piezas: Un grupo de estatuas del santuario de Deméter formado por: Una cabeza de la diosa y un peploforos, ambos del siglo IV a.C., una Afrodita del siglo II a.C., una estatua de mujer del siglo III a.C. y una cabeza de Afrodita del siglo I d.C. Una estatua de Deméter sentada encontrada en el santuario de Isis del siglo IV a.C. La estatua de Afrodita Hipolimpidia, del siglo II a.C., cuyo pedestal es una posterior ofrenda de una visitante del siglo II d.C. Estatua de culto de Artemisa Vafirias. Pedestal de la estatua de Casandro encontrada en el santuario de Zeus Olímpico. Cabeza del dios río Vafiras. La estatua de la diosa Salud del santuario de Asclepio. Estatua de Isis. Primera Planta: Hay expuesto un hydraulis (órgano hidráulico), inventado por Ktisivios en el siglo III a.C., muy popular en los periodos helenístico y romano. Data del siglo I a.C. y es el más antiguo que se conoce. Se exponen, también, objetos encontrados en la villa de Diónisos, estelas y epigrafías. Sótano: Se exponen objetos pertenecientes a la vida diaria de Díon distribuidos en ocho unidades. En estas unidades se describe como eran los edificios, los muebles antiguos, los talleres, la epigrafía con dialectos antiguos, la manera de elaborar los mosaicos, el modo de utilizar el fuego para calentar los suelos y el uso y la distribución de agua con conducciones y pozos. Es interesante el pozo construido con piezas prefabricadas de terracota encontrado en Korinós datado del siglo IV a.C.
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