“Finalmente, con la completa derrota de Demetrio en Siria, Lisímaco, desaparecidos ya sus temores y sin ninguna empresa entre manos, marchó de inmediato contra Pirro, que se encontraba acuartelado en Édesa.” (Plutarco. Vida de Pirro. 12, 9)

El acceso al yacimiento se realiza a través de un desvío a la derecha de la carretera que une Tesalónica con Édesa. Es la misma carretera que nos lleva al yacimiento de Pella y que se coge a través de la “periferiakí”.

Los hallazgos más antiguos se remontan a la época neolítica y se han encontrado multitud de restos pertenecientes a la Edad del Bronce y, sobre todo, a la Edad del Hierro. La antigua Édesa fue una importante ciudad de Macedonia construida sobre el importante paso natural que une la montañosa Macedonia Superior con la llana Macedonia inferior. Su nombre significa “ciudad de las aguas”. En el 814 a.C. el heraclida Karanos la convierte en capital del primer reino macedónico. La ciudad en los siglos VI y V a.C. se desarrollaba ya en dos niveles: La Acrópolis se encontraba en el extremo de la roca de la ciudad actual y la ciudad baja a los pies de la roca, en el valle, la cual, a causa de la vegetación, tomó el nombre de Λόγγος (“matorral”). Su desarrollo urbanístico se completó en el siglo IV a.C., según se deduce de los textos epigráficos de la ciudad. Diferentes hechos de armas de los Diádocos tuvieron lugar en su territorio. De Édesa era Chrisógonos, famoso general del ejército de Filipo V (220 – 179 a.C.). Hijo de este rey fue Samos, famoso epigramista macedonio. Entre 168 y 130 a.C.la ciudad fue ocupada por los romanos. Durante la época romana la ciudad disfrutó de las ventajas de la Pax Romana. Por las fuentes epigráficas sabemos que en la ciudad había bouleuterion, gimnasio, teatro y templos dedicados al culto de Zeus Ípsistos (cuyo animal sagrado era el águila), Diónisos, Artemisa, Némesis, la Madre de los Dioses y Ma. Del templo de la última divinidad se conservan elementos arquitectónicos en los que están inscritas adscripciones de esclavos a la gran diosa de Édesa, Ma.

En el tramo excavado de la ciudad baja, apenas una extensión de 1200 m2, son visibles un tramo de la muralla, un tramo de la calle central y edificios con sus fachadas secundarias dando a la mencionada calle. De la muralla de la ciudad antigua ha salido a la luz la puerta sur de las murallas (I), integrada en una torre ortogonal, con un patio circular en su interior, junto con sus correspondientes tramos de muralla a derecha y a izquierda de longitudes 130 y 60 m respectivamente. La puerta y la muralla se conservan en una altura de entre 4 y 5 m. Su primera construcción pertenece al periodo helenístico si bien ha sido restaurada en los tiempos romanos y paleocristianos. La antigua calle central se ha excavado en una longitud de 80 m. Unía las puertas sur y norte de la ciudad. Tenía una anchura de 4,2 m y estaba flanqueada por stoas de 5,2 m de anchura. Las stoas constan de columnas de mármol y pilares. Las columnas y sus capiteles proceden de antiguos edificios. Una de ellas (V) es un catálogo de adscripciones de esclavos a la gran diosa Ma. La calle está pavimentada en su antiguo tramo junto a la puerta. A continuación, solamente a lo largo de los bordillos. Esta recorrida por un gran colector. Al este y al oeste de la calle hay bocacalles de entre 2,5 y 4 m de anchura que también están recorridas por colectores. A lo largo de la calle central y de las bocacalles han aparecido una serie de edificios que se datan, principalmente de los tiempos paleocristianos sin que esto quiera decir que no se hayan utilizado en su construcción muros o elementos arquitectónicos helenísticos o romanos. El planeamiento urbanístico de la ciudad parece que no se diferencia mucho del de los tiempos helenísticos. Los edificios a lo largo de la calle central son tiendas. Los que están en contacto con la muralla probablemente sean instalaciones militares (II) de época paleocristiana. Hay también un edificio tripartito (VI) con tinajas en su interior, posiblemente un almacén, y un complejo paleocristiano (VII). Al norte del primer callejón a la derecha es visible parte de un gran edificio de le época helenística (III). A parte del sector excavado de la ciudad baja, el visitante tiene la posibilidad de seguir un formidable paseo a lo largo de los tramos este y norte de la muralla, para ver, además, las puertas este y norte. Estas murallas, como las anteriormente referidas, se encuentran entre las mejor conservadas de Macedonia y su perímetro llega a los 1200 m. Se conservan en una altura de 5 m. La puerta este constituía una importante entrada a la antigua Édesa desde la cual una avenida llevaba al interior de la ciudad. Esa misma avenida comunicaba a Édesa con la Vía Egnatía, que se encontraba a una distancia de 600 m. La puerta se construyó, como el resto de las murallas, a finales del siglo IV a.C. Una calle perimetral fuera de las murallas unía la puerta este con la puerta norte que se encontraba a una distancia de 350 m. A lo largo de esta calle se encontraba un antiguo cementerio. En el barrio tradicional de Barosi de la ciudad actual, y sobre la calle Archiereos Panteleímonos, se conservan casas macedónicas y tramos de las murallas de la antigua Acrópolis. Este amurallamiento, de unos 450 m de longitud, tiene forma triangular y constituye el mejor ejemplo de amurallamiento de la primera parte del periodo helenístico. Está construido con grandes bloques de piedra que conforman un espacio libre en su interior. Fuera de las murallas de la ciudad han salido a la luz cementerios de todas las épocas ubicados a lo largo de las antiguas calles que conducían a las puertas de la ciudad. Están constituidos por tumbas de cista o de cámara subterránea que impresionan por la riqueza de los materiales hallados en su interior.

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