“Tras las Guerras Médicas, siendo arconte Fedón, la Pitia dio a los atenienses que habían acudido al oráculo orden de recuperar los huesos deTeseo y custodiarlos depositados dignamente en su ciudad.” (Plutarco. Teseo 36)
La entrada al Ágora se realiza a través de la calle Apóstol Pablo, continuación del paseo de Dionisio Areopagitou.
La antigua Ágora ateniense se extiende al noroeste de la Acrópolis. Se trata de un lugar llano que limita con la colina del Areópago por el sur, con la colina de Kolonós por el oeste y con el río Iridanós por el norte, río que nacía en el monte Licabitós y desembocaba en el Kifisós. Por aquí pasaban importantes calles de la antigüedad, la principal la calle de las Panateneas que conducía desde la puerta de Dípilon a la Acrópolis. El Ágora era el corazón de la vida pública de la ciudad. En ella se fueron edificando a lo largo de los años edificios públicos que se reedificaron en los mismos sitios durante los casi ochocientos años en los que el Ágora constituyó el “ombligo” de la ciudad. Aparte de la calle de las Panateneas y la calle de los edificios públicos, llamada calle Oeste, muchas calles cruzaban el Ágora. Importantes eran la calle Pireaica, que unía la ciudad con el puerto de El Pireo, la calle del Areópago y la calle de las Esculturas de Mármol. Las tres se encontraban al oeste del Areópago en el llamado Barrio Industrial, con casas, tiendas y talleres. La calle Στενωπός Κολλυτός atravesaba el antiguo demos de Κολλυτός que se encontraba al noroeste de la colina del Areópago. Esta calle, a lo largo de la cual había casas y santuarios, conectaba, como calle principal para carruajes, el Ágora con la Acrópolis y sus demos de alrededor: Μελίτη y Κοίλη. El lugar presenta huellas de continua ocupación desde finales del periodo neolítico (3000 a.C.). Hallazgos importantes son las tumbas de tholos del periodo micénico (1600 – 1100 a.C.) en la ladera norte de la colina del Areópago. Parece que el lugar también se utilizó como cementerio durante los periodos protogeométrico y geométrico, es decir, entre 1100 y 700 a.C. El Ágora antigua se convirtió en ágora, es decir, en lugar de reunión de los habitantes de la ciudad – estado, en el siglo VI a.C. Los edificios públicos y los santuarios se levantaron en la zona oeste, en la falda de la colina de Kolonós. Estos edificios (stoa del reino, templo de Apolo, Bouleuterion, etc.) sufrieron importantes destrozos debido a la invasión persa de los años 480/479 a.C. y por ello, a lo largo del siglo V a.C. volvieron a ser edificados en los mismos lugares, a la vez que, de forma sucesiva y hasta el siglo IV a.C., fueron añadidos otros edificios públicos en los lados norte y sur de la plaza abierta (Pórtico de las Pinturas, la stoa de Zeus Eleutherios, el nuevo Bouleutereion, el Tholos, la stoa sur, le Casa de la moneda, etc.) En la colina de Kolonós se construyó el templo de Hefesto. Durante el siglo II a.C., los lados sur y este de la plaza fueron ocupados por stoas como la stoa Mediana, la stoa Sur II y la stoa de Átalo. Los romanos al mando de Sila destruyeron Atenas en el 86 a.C. y, por lo tanto, muchos de los edificios del Ágora. Por otra parte, la plaza abierta del ágora fue ocupada por el Odeón de Agripa, templos y altares. Historia mítica En el Teseion eran venerados los restos de Teseo, hallados en Esciros por el general ateniense Cimón, hijo de Milciades. Cuando los persas desembarcan en Maratón con intención de conquistar Atenas, el espectro de Teseo aparece armado entre las filas griegas y carga sobre los bárbaros infundiendo valor a su ejército. Tras una victoria que a todos parecía imposible, el oráculo de Delfos ordena que los restos del héroe sean llevados a su patria. Así pues, Cimón parte a la conquista de Esciros, reino con el que los atenienses mantenían antiguas hostilidades, pero, aunque consigue tomar la isla, no logra que sus habitantes le revelen el paradero de los huesos de Teseo. Será más tarde un águila, que él tomará por designio divino, quien escarbando en lo alto de una colina, le indique el lugar donde hallará por fin las reliquias del héroe, sepultadas junto con sus armas en un sarcófago de piedra.
Las excavaciones en el Ágora antigua comenzaron en el 1859 bajo la dirección de la Sociedad Arqueológica Griega que prosiguió la tarea durante unos 50 años, aunque apoyada durante un breve periodo de tiempo por el Instituto Arqueológico Alemán. En 1890 – 91, cuando el gobierno griego decidió construir la línea del ferrocarril de Atenas a El Pireo por el borde norte de la antigua plaza, la trinchera de 16 m de profundidad cuso al Ágora un daño irreparable. Pero las más importantes excavaciones en el Ágora empezaron en el año 1931 y llegan hasta nuestros días. Estas excavaciones se realizan por la Escuela Americana de Estudios Clásicos. Durante los años 1953 a 1956, con financiación de J. D. Rockfeller Jr., se reconstruyó la stoa de Átalo para acoger el Museo del Ágora antigua en el cual se exponen importantes hallazgos de las excavaciones realizadas en el lugar. La mayor stoa del lado oeste del Ágora, a lo largo de la “calle Oeste”, es la stoa de Zeus Eleutherios (4) (430/420 a.C.). Su ala norte se destruyó en 1891 durante la apertura de la trinchera del ferrocarril a El Pireo. Estaba dedicada a Zeus Eleutherios que ayudó a la expulsión de los persas en 479 a.C. Reemplazó a una pequeña capilla dedicada al mismo dios. Cuenta Pausanias que sus paredes estaban adornadas con hermosas pinturas del famoso pintor istmio Eufranor. Las partes visibles se construyeron en mármol pentélico, aunque combinado con el mármol ceniciento del Imitós, de inferior calidad. La fachada, con dos prominentes alas, tenía 25 columnas dóricas, mientras que 9 columnas jónicas sostenían la cubierta en el interior. Era un lugar para la reunión y las relaciones sociales. Se dice que esta stoa era frecuentada por Sócrates. Inmediatamente al sur se encuentra el pequeño templo de Zeus Fratrío y Atenea Fratría (350 a.C.), que estaban dedicados a las divinidades del mismo nombre, y el templo jónico de Apolo Patroo (5) (325 a.C.) (Patroo significa “Ancestral”) en el que se adoraba a Apolo como patriarca de la raza jónica, de la cual provenían los atenienses. Aquí prestaban el primer juramento cada cuatro años los arcontes de la ciudad. Estaba construido sobre otro templo más antiguo destruido por los persas. La colosal estatua de culto, obra del escultor Eufránoras, se expone en el Museo de la Stoa de Átalo. En la entrada del templo, Pausanias vio otras dos estatuas de Apolo esculpidas por Kálamis y Leocharis, que se han perdido. En la falda este de la colina de Kolonós se conservan restos de cuatro filas de bancos pertenecientes al llamado Συνέδριον (segunda mitad del siglo V a.C.). Aquí se reunía al aire libre el parlamento o algún tribunal. En la cumbre de la colina de Kolonós se alza el templo dórico de Hefesto y de Atenea Ergani (1). En él se adoraba a las dos deidades como protectoras de la metalurgia y de la artesanía respectivamente. Las estatuas, de culto que eran de bronce, se atribuían a Alcamenes. El templo era dórico períptero de 13 x 6 columnas, una naos anfipróstila dístila in antis, opistódomo y una columnata interna con forma de Π, de doble altura. Las dimensiones del estilóbato en su parte superior son de 13,7 x 31,77 m. Este templo fue planeado probablemente por Cimón pero su construcción se retrasó hasta la década del 440 a.C. Se completó, probablemente, entre la Paz de Nicias (421 a.C.) y la expedición a Sicilia (415 a.C.). Su estructura es de mármol pentélico. El arquitecto que lo construyó nos es desconocido. Sin embargo, parece que deben atribuírsele también la construcción del templo de Poseidón en Sounio, la del templo de Ares en Arachnes (trasladado al Ágora) y la del templo de Némesis en Ramnoús. El templo acusa cierta dependencia del modelo del Partenón: por ejemplo, el módulo 9:4 y el diseño de la cella. Una influencia similar es evidente en la decoración escultórica. Famosa era la decoración escultórica del templo con los trabajos de Heracles en las metopas de mármol da Paros del lado este y los trabajos de Teseo en los lados norte y sur. En el friso se representan escenas míticas de lucha entre centauros y lapitas. Restos de las esculturas de los frontones se exponen en el Museo de la Stoa de Átalo. En el siglo VII d.C. el templo se transformó en iglesia que se utilizó, a principio del siglo XX, como cementerio para enterrar a diferentes europeos filohelénicos que murieron durante la Revolución griega. En las laderas de la colina de Kolonós, y alrededor del templo, se han sacado a la luz restos de talleres y de tiendas de cerámica, objetos de bronce y objetos de hierro. A lo largo de la “calle Oeste” se encuentra un gran edificio público, el Mitroo (6), dentro del cual se guardaban los documentos públicos de la ciudad: disposiciones, leyes, cuentas, etc. En una de las habitaciones se hallaba el templo de la Madre de los Dioses de cuyo nombre viene la palabra Mitroo. El edificio estaba dividido en cuatro espacios. El primero y el tercero se utilizaban para guardar los documentos públicos. El segundo estaba construido como un templo y en él se adoraba a la Madre de los Dioses. Una colosal estatua de la divinidad era obra de Agorácrito de Paros. El último departamento, en el lado norte, era el de mayor tamaño y tenía forma de vivienda con patio interior. Quizás se utilizase como casa oficial para albergar a los diplomáticos extranjeros. En el patio se encontraba la gran tinaja que utilizaba como vivienda el filósofo Diógenes. El edificio se levantó sobre las ruinas de edificios anteriores, como eran el Antiguo Bouleuterion (principios del siglo V a.C.) y el aún más antiguo Primer Bouleuterion (principios del siglo VI a.C.). En el Antiguo Bouleuterion se reunían los miembros del Parlamento de los Quinientos. Era una amplia sala cuyo techo se sostenía por columnas interiores en donde las gradas para los asistentes estaban dispuestas de forma escalonada, formando una Π, alrededor de la tribuna de oradores y del altar. Frente a estos había una pequeña barandilla. Detrás de la barandilla, en el vestíbulo, podían estar de pie los ciudadanos comunes para seguir las deliberaciones. Al oeste del Mitroo se encuentra el Nuevo Bouleutereion (9) (finales del siglo V a.C.), el cual, durante un periodo de tiempo, funcionó paralelamente con el Antiguo Bouleuterion cuando éste, por falta de espacio disponible, se utilizaba sólo para guardar los archivos oficiales. Su diseño interior era similar al del antiguo. En el Nuevo Bouleutereion se reunían los parlamentarios y preparaban los proyectos de ley que, a continuación, elevaban a la votación en la Ekklesia del demos. Inmediatamente al sur del anterior se conserva el Tholos (10), Pritaneio o Skiás (470/465 a.C.), el edificio judicial más característico de la “calle Oeste”. Era la sede del cuerpo judicial de los 50 prítanes del Parlamento de los Quinientos creado por Clístenes. Además, en el Tholos se guardaban también documentos oficiales del estado ateniense. Los prítanes comían todos juntos dentro del Pritaneio, por lo que existía una cocina pegada a él para la preparación de la comida. El tholos no era únicamente la sede de los prítanes y de la administración ateniense, sino que era también un lugar sagrado en donde se adoraba a divinidades protectoras de la vida pública y de la república. Era el corazón de la democracia. En el lado noroeste del Ágora, siguiendo el camino hacia la “calle de las Esculturas de Mármol”, nos encontramos con un edificio público, el llamado Στρατηγείο (11) y un conjunto de edificios que se identifican con oficinas públicas. Las excavaciones en esta zona han sacado a la luz ruinas de antiguas casas, tiendas y talleres por lo que a este lugar se le conoce con el nombre de “Barrio industrial”. Un gran edificio, el llamado edificio de Poros (siglo V a.C.) parece que era la prisión pública, en el cual posiblemente estuvo encerrado Sócrates antes de morir en el 399 a.C. La zona sur del Ágora la ocupan edificios públicos como la Fuente suroccidental (15) (340-325 a.C.) y la Clepsidra (finales del siglo IV a.C.). Un gran recinto rectangular al cual, más tarde, se le añadió un patio peristilo y habitaciones en su zona occidental era el Αιάκειον (14) (principios del siglo V a.C.), santuario al héroe homónimo de Égina. Importante edificio de carácter principalmente judicial era la llamada Stoa sur I (430 – 420 a.C.). Estaba constituida por 15 habitaciones cuadrangulares. Muchas de sus habitaciones se supone que se utilizaban como comedores para personalidades públicas. Sobre esta stoa se levantó con una orientación ligeramente distinta la Stoa sur II (segunda mitad del siglo II a.C.) de la cual se conserva el muro trasero que fue reconstruido en el siglo II d.C. La Fuente suroriental (13) (530 – 520 a.C.) (“la de los nueve caños”) es uno de los primeros edificios públicos del Ágora. Fue construida probablemente por los Pisistrátidas. Ruinas de edificios bajo la iglesia de los Santos Apóstoles se atribuyen a la Casa de la Moneda (400 a.C.) y al Ninfeo romano (27) (siglo II d.C.), una fuente semicircular. En la zona central del Ágora destacan las ruinas de la stoa Mediana (17) (180 – 140 a.C.) que es el edificio más grande del Ágora y que tenía, probablemente, un uso comercial. Estaba enfrente de las stoas nombradas anteriormente. Al norte de esta stoa se alzó en el año 15 a.C. el Odeón de Agripa (22) con capacidad para unas 1.000 personas. Su fachada monumental estaba adornada con tres tritones y tres gigantes. El odeón se levantó sobre el lugar en que, según se dice, estuvo el primitivo teatro de Atenas, antes de construirse el teatro de Diónisos al pie de la acrópolis. Al oeste del Odeón, y junto a la “calle Oeste”, se conservan las ruinas del Monumento de los Héroes Epónimos (7) (330 a.C.). Un pedestal construido dentro de un recinto de pilares de piedra y travesaños de madera servía de base a las estatuas de los diez míticos héroes correspondientes a las diez tribus en las que Clístenes, en el año 508 a.C., distribuyó a los atenienses: Ιπποθόων, Αντίοχος, Αίας, Λεώς, Ερεχθεύς, Αιγεύς, Οινεύς, Ακάμας, Κέκροψ y Πανδίων. En los tiempos helenísticos, cuando los atenienses querían honrar a Antígono y a su hijo Demetrio Poliorcetes, levantaron dos nuevas estatuas correspondientes a la tribu de los antigónidas y a la de los demitríadas, prolongando el pedestal. Después de la abolición de estas dos tribus se retiraron estas dos últimas estatuas y sus puestos fueron ocupados por los nuevos héroes epónimos Átalos, Ptolomeo y Adriano, de las correspondientes tribus de los atálidas, ptolemaidas y adriánidas. Después de estas estatuas, según Pausanias, estaban las estatuas de Anfiarao e Irene llevando en brazos a Pluto niño. (Hay una copia en la Gliptoteca de Munich, atribuida a Cefisódoto el Viejo). El monumento se utiliza como centro de información por los atenienses, puesto que de él se colgaban tablas en las que se escribían noticias y anuncios. Al oeste del monumento es visible un gran tramo del Gran colector (principios del siglo V a.C.), importante infraestructura del Ágora. El impresionante altar de Zeus del Ágora (8) (finales del siglo IV a.C.) fue trasladado aquí probablemente desde el Pnix entre los siglos I a.C. y I d.C. Estaba dedicado a Zeus en cuanto patrono de los rétores. El templo de Ares (21) (450 – 425 a.C.), cuyos cimientos están hoy enterrados, era un templo dórico contemporáneo y casi idéntico al Teseion, por lo que se cree que es onra dl mismo arquitecto. Antiguamente estaba ubicado en Παλλήνη desde donde se trasladó al Ágora a finales del siglo I a.C. El estilóbato tiene dimensiones de 16,76 x 36,25 m y una perístasis de 6 x 13 columnas. En el santuario, según Pausanias, había una imagen de Afrodita, esculpida por Alcámenes, una de Atenea y una de Ares. La de Ares también la hizo Alcámenes (el Ares Borghese que se conserva en el Museo del Louvre) y la de Atenea un artista de Paros llamado Locro. También había una estatua de Enio (diosa de la guerra) que hicieron los hijos de Praxíteles. De la estatua de Afrodita se dice que la Venus de Milo es copia de ésta de Alcámenes. Alrededor del templo estaban Heracles, Teseo y Apolo atándose el cabello con una cinta. Al lado del templo de Ares se levantaban las estatuas de los tiranicidas Armodios y Aristogítonas quienes mataron al tirano Híparcho, contribuyendo así a que Atenas se librara de la tiranía de los pisistrátidas. Eran obra de Antínoras y fueron robadas por las tropas de Jerjes y trasladadas a Persia. Después de la marcha de los persas, lo primero que hicieron los atenienses fue volverlas a levantar, pues simbolizaban la libertad y la democracia. Se las encargaron a los escultores Kritíos y Nisiotis. Alejandro, o uno de sus sucesores, trajo el primitivo conjunto de vuelta a Atenas y se colocó, entonces, al lado de las obras de Kritíos y Nisiotis. El altar de los doce dioses (20) (522/1 a.C.), cuya mayor parte se encuentra bajo la trinchera del ferrocarril, era uno de los monumentos más importantes del Ágora. El altar estaba rodeado de un recinto cuadrangular y fue levantado por Pisístrato, nieto del tirano del mismo nombre. Su ubicación se utilizaba como punto de partida para la medida de las distancias entre Atenas y las otras ciudades. Fue destruido por los persas y reedificado por los atenienses a finales del siglo de oro. El santuario era el lugar de asilo por excelencia para los perseguidos. Por eso Pausanias refiere el lugar como altar del dios Eleos, dios que era adorado por los atenienses como el decimotercer dios. A este dios misericordioso no se le dedicaban sacrificios sangrientos ni ofrendas incruentas, sino lágrimas y llantos. Una gran parte del lado este del Ágora está ocupada por la stoa de Átalo (23) (159 – 138 a.C.), regalo de Átalo II, rey de Pérgamo, a la ciudad de Atenas como manifiesta la epigrafía que aún se conserva en el epistilio de la columnata inferior. Era un edificio de uso comercial de dos pisos con 21 tiendas por piso. Tenía una longitud de unos 120 m con una segunda fila de columnas en el interior. En la planta baja la columnata exterior era dórica y la interior jónica. En el primer piso la columnata exterior era jónica y la interior tenía capiteles de estilo egiptizante. La fachada y las columnas del exterior de la stoa eran de mármol pentélico, los muros de mármol de El Pireo y algunos elementos estructurales de mármol gris del monte Imitós. La stoa fue destruida en 267 d.C. durante la invasión de los hérulos. Las excavaciones bajo el nivel de la stoa reconstruida (1953-1956) descubrieron restos pertenecientes a juzgados de finales del siglo V a.C. o principios del siglo IV a.C. En el extremo norte de la stoa se conservan los cimientos de un elegante monumento circular, el Monópteros (24) (150 d.C.), que eventualmente cobijaría la estatua de alguna divinidad o héroe, aunque lo más probable es que funcionara como fuente. Algo más al sur, y en la parte central de la terraza de la stoa, se encuentran los cimientos de una tribuna (25) (s. II – s. I a.C.) y de un pedestal (segunda mitad del siglo II a.C.) dedicado, probablemente, a Átalo II. Al sur de la stoa de Átalo se levantaba la Biblioteca de Pádeno (26) (100 d.C.) de Tito Flavio Pádeno. El sector este del Ágora es atravesado de NO a SE por la “calle de la Panateneas” (30), una de las más importantes arterias de la antigua ciudad. Tenía una anchura entre 10 y 20 m y una longitud de 1.050 m. Una gran parte de ella era de tierra. Aproximadamente a la altura de la Biblioteca de Pádeno y la stoa suroriental (28) (mitad del siglo II d.C.) empezaba una empinada rampa. Durante los siglos I y II d.C. se empedró la parte de la calle que conducía al Eleusinio y a la Acrópolis. Al sur, y a continuación de la stoa suroriental, se conservan las ruinas del Eleusinio (29). Estaba rodeado por la “calle de las Panateneas” al oeste y las dos ramas de la “calle de los Trípodes” por el sur y por el norte. Deméter y Kore tuvieron su principal santuario en Eleusis. Sin embargo, tras la integración de Eleusis en el estado ateniense, un santuario más pequeño, llamado Eleusinio, fue construido en Atenas hacia el año 480 a.C. El 14 de Boedromion, los “objetos sagrados”, contenidos en una cesta, se llevaban con gran pompa desde Eleusis hasta aquí. El 19, una enorme procesión devolvía por la vía sagrada de Atenas a Eleusis la cesta mística en medio de cantos y gritos de “¡Íacco, Íacco!”. En Eleusis por fin, tras un día de ayuno, tenían lugar, del 21 al 23, las dos noches de iniciación. Cada año, el parlamento de los quinientos se reunía en este lugar la víspera de la celebración de los misterios en Eleusis. Un santuario al aire libre, entre muros, ya existía en el mismo lugar desde el 550 a.C., aproximadamente, en donde se adoraban las divinidades de Deméter, Perséfone y Thnitós, acompañante de Triptólemo. El recinto, de 40 x 20 m, consistía en una terraza rodeada de paredes. El primer muro del recinto de 550 a.C. tenía un espesor de 0,90 m y estaba realizado en piedra caliza y con estilo poligonal. Los muros norte y sur eran de 6 m de altura. La entrada al santuario se encontraba en la esquina suroeste. El templo ocupaba el centro del santuario. Medía 11 x 17,7 m y era jónico, tetrástilo y anfipróstilo con naos y una pronaos poco profundas. Se conservan los cimientos de tres de sus lados. En las excavaciones se encontraron varios vasos rituales, probablemente dedicados a las diosas. En el siglo IV a.C. se construyó un fuerte muro de contención de la terraza en la que se hallaba construido el templo. La zona norte de esta terraza, que se encuentra en un nivel inferior, fue ocupada por habitaciones y almacenes de servicio al templo durante la época romana. En el siglo II a.C. se construyó una stoa al sur del templo y un propileo al SO. El pequeño edificio al oeste del eje de la “calle Oeste” es la stoa del reino (3) (500 a.C.), sede del arconte rey, responsable de temas religiosos y legales. Era uno de los edificios más famosos de la ciudad. Se reedificó después de la invasión persa y, un poco más tarde, se le adosaron dos pequeñas alas, a la izquierda y a la derecha de la fachada. En la stoa se exponían las leyes de la ciudad y en ella se reunía el cuerpo judicial del parlamento del Areópago. En el centro de la stoa destacaba la estatua de la diosa Temis y frente a ella el altar sobre el que juraban los arcontes. Aquí fue interrogado Sócrates antes de su juicio. Algo más al este se conservan los restos de un santuario dedicado a divinidades femeninas. Quizás fuera el Leocorio (s. V – II a.C.), santuario en honor a las tres hijas del mítico héroe Leós, las cuales fueron sacrificadas para salvar a la ciudad de una epidemia. Cerca de él fue asesinado en 514 a.C. el hijo del tirano Pisístrato, Hiparcos. Al norte de la “calle Adrianou”, se descubrió en 1981 el extremo oeste del Pórtico de las Pinturas (18) (470 – 460 a.C.) o Pórtico Pecile. Se construyó por Pisianactes, cuñado de Cimón, SE conserva la plataforma escalonada, de 11,5 m de anchura a la altura del estilóbato. Se supone que tenía una columnata dórica in antis en la parte exterior y una jónica en la interior. Sus muros estaban decorados con cuadros de grandes artistas de la antigüedad clásica como Polignoto, Míkonas y Pánenos, hermano de Fidias. Era un lugar de reunión y de descanso y también de reunión de los jueces. Era frecuentado alrededor del año 300 a.C. por el filósofo chipriota Zenón quien daba aquí clase a sus alumnos, llamados estoicos por el lugar en donde se reunían. Detrás de la stoa se encontraban las casas de los ricos atenienses y parece que el barrio era uno de los más aristocráticos de Atenas. Al este del puente que conduce a la salida norte del Ágora son visibles las ruinas de la columnata de gran edificio público (s. I d.C.) y de una Basílica (19) (s. II d.C.), es decir, de un edificio público de aquella época.
El museo del Ágora se encuentra instalado en la stoa de Átalo. La exposición ocupa el lugar de 10 de las antiguas tiendas y está organizada por orden cronológico. El primer local lo ocupa la entrada. En el segundo local se exponen piezas que abarcan el periodo de tiempo 3000 – 1100 a.C. (Finales del Neolítico a finales de la edad del bronce). Entre los hallazgos que se exponen en esta sala hay que destacar los pertenecientes a una tumba micénica de tholos (1350 a.C.) encontrada en el Areópago. Las píxides de marfil que había en la tumba constituyen una de las mejore piezas de la época micénica. La mayor de ellas, obra de un extraordinario artista, presenta relieves de una escena con grifos descuartizando ciervos. Los locales 3 y 4 guardan objetos pertenecientes al periodo de tiempo 1100 – 720 a.C. (Comienzos de la edad del hierro a inicio de la época arcaica). Entre los hallazgos que se exponen en estas salas hay que destacar: Una jarra funeraria del periodo geométrico (850 a.C.) en la que estaba enterrada una mujer. Perteneciente a la misma tumba anterior, una píxide múltiple con 5 cuerpos utilizada para guardar grano. En los locales 5, 6, 7 y 8 se exponen objetos pertenecientes al periodo 720 – 323 a.C. (Comienzo de la época arcaica a final de la época clásica). Entre los hallazgos que se exponen en estas salas hay que destacar: Placa de arcilla (700 a.C.) encontrada en un santuario del Areópago en la que se representa una deidad ctónica enmarcada entre dos serpientes. Constituye un extraordinario ejemplo de pintura de los tiempos antiguos. Perfumador con forma de joven atleta de rodillas. Pieza de un taller ático con influencias jónicas datado del 540 – 530 a.C. Se trata de uno de los más bellos ejemplos de artesanía arcaica. La estela de la democracia que representa a la Democracia coronando al Demos. En la estela aparece grabada la ley contra la tiranía que se votó el 336 a.C. Sendas copias de esta ley se colocaron en el Areópago y en el Pnix. Cuando en el 332 a.C. los macedonios ocuparon Atenas la ley se derogó y las estelas se destruyeron. Cabeza de bronce de Nike que en la antigüedad estaba cubierto con hojas de oro y plata. Está datada alrededor del 420 – 415 a.C. Colección de cerámica de figuras negras en la que destaca el Vaso (σκύφος) del llamado Pintor de Teseo con la representación de unos reservistas. Los dos últimos locales, el 9 y el 10 están dedicados a la exposición de piezas del periodo 323 a.C. – siglo XII d.C. (Desde el comienzo de la época helenística hasta el periodo bizantino.) Entre los hallazgos que se exponen en estas salas hay que destacar: Vasos encontrados en la ladera oeste de la Acrópolis del periodo helenístico. Se caracterizan por su decoración a base de plantas. (275 – 260 a.C.). Hidría tipo Hadra (nombre del homónimo cementerio de Alejandría, en donde muchas de estas vasijas aparecieron dentro de tumbas.) En la parte exterior abierta de la stoa del piso de abajo se exponen esculturas y epigrafías que proceden de los monumentos y del espacio ocupado por el Ágora. En el extremo sur de la stoa destaca la impresionante estatua acéfala de Apolo Patrio, obra del famoso escultor Eufránoras, datada en torno al 330 a.C. De las esculturas utilizadas en decoración arquitectónica destacan: Una Nike volante de la stoa de Zeus Eleutherios, datada de finales del siglo V a.C. Un conjunto de dos jóvenes mujeres que proviene de una acrotera del Templo de Hefesto y que está datado en torno al 420 a.C. Relieves del friso del templo de Ares del 435 – 420 a.C. De los relieves de la colección destacan tres obras del siglo IV a.C.: Relieve votivo tipo cueva, que proviene del santuario de Pan, dedicado a Neoptólemo, en el que aparece Hermes, el niño Diónisos y tres Ninfas. La escena la completan Zeus, Deméter, Apolo, Ártemis, Pan y Aqueloo. Relieve votivo que recuerda la victoria de la “tribu del león” en competición atlética (ανθιππασία) con las otras nueve tribus del Ática. Estas competiciones tenían lugar durante la celebración de las Panateneas. Basa de monumento votivo que representa al vencedor de una carrera de carros, carreras que se celebraban durante las Panateneas.
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