“Sobre este altar hacen sacrificios a Zeus Liceo en secreto.” (Pausanias. Descripción de Grecia. Libro VIII, 38, 7.)

Para llegar al santuario desde Likosoura se toma la carretera que pasa por el pueblo de Lykeo. No hay que entrar en el pueblo de Άνω Καρυές, que dejaremos a la derecha. El acceso puede hacerse en automóvil hasta el hipódromo – estadio. Hasta el santuario de la cumbre se accede por un camino que sale de la carretera a la izquierda, antes de llegar al estadio.

En la cima del monte Λύκαιο, en le corazón de la Arcadia, se han salvado hasta hoy los restos de una enigmática elevación de tierra y cenizas. A sus pies, las bases de dos columnas que en algún tiempo sostuvieron dos águilas doradas. En este lugar se encontraba el santuario de Zeus Liceo, un antiquísimo lugar de culto que, con toda seguridad, devino sagrado gracias a la caída de un rayo. Algo más debajo de la cumbre mana aún la fuente de Αγνώ, una de las ninfas que alimentaron a Zeus. A una altura de 1200 m se distinguen los cimientos de una stoa, los sillares de varios edificios y el majestuoso lugar que acogió en otro tiempo a un estadio o a un hipódromo.

Los arcadios llamaban a esta montaña Olimpo, y sostenían que en su cumbre la diosa Rea, protegida por la noche, dio a luz a Zeus. Para salvar al recién nacido de ser engullido por su padre Crono entrega a éste una piedra envuelta en pañales buscando a continuación refugio para la criatura en la isla de Creta. Los arcadios sin embargo pensaban que la crianza de Zeus había tenido lugar en el monte Likeo lo que parece coherente con los subsiguientes episodios del mito ubicados en los ríos Lusio y Límax, y en el monte Taumacio. Además, es sabido que los arcadios llamaban Creta a una zona del monte Liceo y sostenían que había sido allí donde Zeus había sido criado y no en la isla de Creta. Según Pausanias, Λυκάων, hijo de Pelasgo, fue el primero que invocó a Zeus con el sobrenombre de Λύκαιος. Pero no es seguro si aquel antiguo rey se refería con este epíteto a algún dios-luz (λυκ-λύκη) o a algún dios-lobo (λύκος). O quizás a algún dios en el cual se juntasen las dos naturalezas. Sabemos que en la cumbre de la elevación, a unos 1400 m, se encontraba el altar de Zeus Liceo y que a su lado existía un santuario sagrado al que se prohibía la entrada. Los que traspasaban este límite perdían su sombra. Se les denominaba “ciervos” y encontraban la muerte en el periodo de un año. De Λυκάων, hijo de Pelasgo, y crudelísimo rey de Arcadia se contaba que sacrificaba niños en honor de Zeus Liceo en el referido altar y que en cuanto ofrecía la sangre al dios la víctima se convertía en lobo. Todos los convertidos en lobo podían volver a obtener su primitiva naturaleza a condición de que consiguiesen no comer carne humana durante 10 años. Otra versión del mito cuenta que aquí Λυκάων ofreció a Zeus durante un banquete la carne de un niño mezclada con el resto de las viandas. Zeus, iracundo, transforma a Λυκάων en lobo y envía un diluvio para acabar con la raza de los hombres. Según Graves, los ritos laconios tenían por finalidad impedir que los lobos hicieran presa en los rebaños y ganados enviándoles un rey humano. El Zeus arcadio comenzó siendo un rey sagrado hacedor de lluvia al servicio de la Loba divina, la Luna, a la que aúllan las manadas de lobos.

En el lugar del santuario se llevaron a cabo importantes excavaciones en el periodo 1902 – 1904 al mando de Κ. Κουρουνιώτης. En el 1899 se había realizado una pequeña investigación por Κ. Κοντόπουλος en la zona del estadio y en la cumbre en donde está el altar. Es conocido que aquí se celebraban Juegos relacionados con los sacrificios en el altar de Zeus que se dedicaban a dos divinidades: Zeus y Pan. A los vencedores se les premiaba con un trípode de bronce; inscribían en una columna su nombre y el de su patria y algunos de ellos conseguían también su propia estatua. Pausanias atribuye la fundación de los Juegos Liceos al mismísimo Λυκάων en los principios del siglo XIII a.C. en Licósura. La fundación de estos Juegos data, pues, de la época micénica y está atestiguada en el Mármol de Paros entre los años 1398 y 1294 a. C. El paso de lugar del antiguo culto a templo en honor de Zeus se lleva acabo mediante el castigo por el rayo de Zeus, simbolizando el triunfo de una nueva y diferente ética que ya no admitía los sacrificios de niños. El altar de Zeus estaba construido de tierra. Frente al altar, y al oriente del mismo, se levantaban dos columnas sobre las cuales había antiguamente sendas águilas doradas, el símbolo de Zeus. El santuario ha sido descubierto en la cumbre Αι – λιάς del monte Λύκαιο, a una cota de 1.400 m, y otras de sus instalaciones en la ladera en una zona más baja de cota 1.200 m pero a poca distancia entre sí, estando conectados ambos sitios hoy en día por un camino de tierra. En la cumbre está el altar y en la otra zona el albergue, una stoa y otros edificios oficiales, mientras que el hipódromo o el estadio se encuentran en una meseta, que se extiende a los pies de la ladera, llamada por los locales Κάτω Κάμπος. El albergue se encuentra situado un poco más alto que la stoa y casi perpendicular a ella. Se utilizaba, según Κ. Κουρουνιότης para albergar a los visitantes oficiales de los juegos. Se trata de un gran edificio rectangular de 38 x 20 m con sus gruesos muros exteriores construidos con bellos bloques de piedra muy bien trabajados siguiendo el sistema poligonal, y que se conservan en una altura de 2 m. Su interior no ha sido objeto de investigación a fondo pero las excavaciones actuales muestran que estaba dividido en habitaciones mediante paredes muy estrechas construidas con pequeñas piedras. Probablemente tenía un patio interior, comunicado por un pasillo con la entrada, al que daban las habitaciones. En una de ellas se ha encontrado dos depósitos servidos por un tubo de abastecimiento y un colector de desagüe. En otra habitación se encuentra la base de la columna que sujetaba el techo, mientras que otra habitación era un sótano. En cualquier caso, parece que las habitaciones del norte se encontraban más altas que las del sur. En el lado sur del edificio se encuentra la entrada de 2,65 m de anchura. El edificio data de finales del siglo IV a.C. y continuó utilizándose durante la época cristiana. A ella pertenecen dos catálogos encontrados en una habitación con un gran nombre de vencedores de los juegos, con su ciudad de origen y las pruebas en que habían vencido. De los objetos encontrados son importantes las tejas de la cubierta que llevan la firma de los talleres de Απελλιδα y Κλειδασδα. Un poco más arriba y hacia el oeste del albergue, se encuentra una fuente monumental. Se trata de una cisterna de 6,25 x 1,80 m sobre un krepídoma de dos escalones de 7 x 3,75 m. El hipódromo o el estadio eran, según Pausanias, dos diferentes espacios de competición. Sin embargo, de las investigaciones realizadas hasta el momento parece que se trata de un sólo espacio que unas veces se utilizaba como estadio y otras como hipódromo con carreras en honor de Posidón Hipio. La meseta de Κάτω Κάμπου tiene unas dimensiones de 350 x 120 m, por lo que es difícil que cupiesen en ella los dos recintos ya que el hipódromo necesita toda esa longitud para que los caballos puedan desarrollar la velocidad necesaria para la carrera. En el extremo más al norte del lado este del hipódromo hay una construcción cuadrada de 4,75 x 4,36 m con dos depósitos de piedra de dimensiones 2,28 x 0,65 x 0,45 m, uno al lado del otro, comunicados entre sí por sus lados estrechos. En la roca en que se excavó la construcción hay un colector para llevar el agua a los depósitos. Se conserva el umbral de caliza de la puerta de la construcción de anchura 1,75 m. Al lado de la construcción hay una gran cisterna. El recinto del santuario se localizó por Κ. Κουρουνιώτης durante sus investigaciones y aunque sus huellas se perdieron han sido localizadas de nuevo con las nuevas investigaciones. Se conserva en una longitud de 120 m. En la entrada del santuario, según la descripción de Pausanias, había dos columnas. Las excavaciones han sacado a la luz sus basas separadas 7 m entre sí. Cada una de ellas está constituida por dos bloques de piedra cuadrados de caliza, uno inferior de mayores dimensiones (1,45 m de lado y 0,35 m de altura) y otro más pequeño superior que constituía la basa real de la columna. De una de las columnas se ha conservado solamente un tambor, por el cual parece que las dos columnas eran dóricas con 20 acanaladuras cada una. Las dos columnas constituían una entrada monumental al santuario y entre ellas pasaba la vía que le unía con el hipódromo. Investigadores actuales consideran que quizás las águilas doradas que coronaban las columnas fueran trasladadas a Megalópolis con ocasión de su fundación, ya que Pausanias habla de dos águilas en el santuario de la mencionada ciudad. Cerca de las dos basas del santuario se encontraron algunos pedestales de diferentes ofrendas que habían sido llevadas allí por los creyentes así como diferentes estatuillas votivas entre las que destaca una de broce de Hermes como pastor de 12,5 cm de altura. Data de algo después del 480 a.C. Por otra de las ofrendas que tiene una epigrafía se ha concluido que en el santuario se adoraba conjuntamente a Zeus y a Atenea. El altar de tierra se encuentra en la cima del monte y tiene forma cónica. Se remonta a tiempos prehistóricos y se formó mediante los restos de las víctimas por lo que la tierra es muy negra al estar mezclada con el carbón de los restos quemados de los huesos. La pira de las víctimas de los sacrificios tenía en los tiempos de Κουρουνιότης un diámetro de 30 m y una altura de 1,50 m, aunque las actuales excavaciones muestran que la altura debía ser mayor. Ninguno de los huesos encontrados en la pira era humano.

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