“Dicen que un día su agua se desbordó y se inundó la antigua Feneo.” (Pausanias. Descripción de Grecia. Libro VIII, 14, 1.)
(DESDE LEVIDI) Se sigue la carretera que va hacia Limni, Mati y Amigdaliá y después a Archea Feneos. Una vez en el pueblo nos dirigiremos hacia la Antigua Feneos y Museo Arqueológico siguiendo las señales correspondientes.
Entorno a 1500 a.C. los aqueos crearon el centro micénico de Feneos pero dicha ciudad alcanzó su esplendor en los tiempos homéricos siendo rey Étalo, cuyo hijo Épitos murió por la picadura de una serpiente y fue enterrado aquí. Tenía en la antigüedad entre 15.000 y 30.000 habitantes. Los feneos tomaron parte en la guerra de Troya al mando de Agapénor. También tomaron parte en las guerras Médicas con Ciro y, muchos años más tarde, siguieron a Alejandro Magno en sus campañas. La antigua ciudad se encontraba en la llanura, bastante alejada de la acrópolis. Fue destruida totalmente por los romanos en el año 30 a.C.
Cuando Heracles volvió a Tirinto, Euristeo le acusó de tener proyectos respecto a la dignidad regia en la que él había sido confirmado por Zeus, y lo desterró de Argólide. Con su madre Alcmena y su sobrino Yolao, Heracles se unió a Ificles en Feneo, donde tomó por amante a Laónome, hija de Guneo. A través del centro de la llanura fenecía abrió un cauce para el río Aroanio, de unos cincuenta estadios de longitud y treinta pies de profundidad, pero el río no tardó en abandonar ese canal, que se ha derrumbado acá y allá, y volvió a su cauce anterior. También abrió profundas grietas al pie de los montes Péneos para desviar el agua de las inundaciones; éstas sirvieron bien sus propósitos, salvo que en una ocasión, después de un turbión, el Aroanio creció e inundó la antigua ciudad de Feneo; las marcas que indican hasta dónde llegó la inundación se ven todavía en la ladera de la montaña. En Feneos nació Dárdano, hijo de Zeus y de la pléyade Electra. Se casó con Crisa, hija de Palante, y reinaron aquí por algún tiempo, pero los separaron las calamidades del Diluvio de Deucalión.
Sólo una única excavación ha tenido lugar aquí entre 1958 y 1961 por la arqueóloga Ευαγγελία Δεïλακη. Ha salido a la luz un templo de Asclepio, una mesa de ofrendas de piedra, un pie enorme de Asclepio y una impresionante cabeza de la diosa Salud, todo ello del 150 a.C. En el Asclepeion pueden verse las habitaciones de los enfermos, el pedestal donde estaban colocadas las estatuas del dios y la diosa Salud y el altar. Por el tamaño del pie del dios encontrado y por el de la cabeza de la diosa se deduce que la altura de las estatuas debía estar en torno a los 4 m. En la acrópolis había un templo de Atenea Tritonia del que sólo quedaban ya ruinas en el tiempo de Pausanias. Había también una imagen de Poseidón Hipio que, dice la leyenda, fue ofrendada por Odiseo en agradecimiento a unas yeguas que había perdido y encontrado aquí. Bajando desde la acrópolis hacia el este había un estadio y sobre una colina estaba el sepulcro de Ificles, que aún puede verse hoy en día. La ciudad de Feneo honraba a Hermes mediante el desarrollo de Juegos Hermeos que se celebraban en la llanura que rodeaba a la acrópolis. Detrás del templo del dios estaban enterrados los restos de un famoso a quien se consideraba unánimemente hijo de Hermes: Mirtilo, el auriga de Enómao. Mirtilo fue encontrado por los feneos en la costa y enterrado en ese lugar. Se instituyó en su honor un sacrificio anual nocturno. Los feneos adoraban también a la ninfa Maía a la que no sólo consideraban madre del dios Hermes sino nodriza del antecesor de los feneos, Arcade. Tenían también un santuario de Deméter Eleusinia. Junto a su templo estaba el llamado Petroma, dos grandes piedras ensambladas. Cuando celebraban cada año lo que llamaban la gran fiesta, abrían estas piedras y cogían de debajo de ellas escritos relativos a los misterios para leerlos a los iniciados. Sobre el Petroma había una abertura circular que tenía dentro una máscara de Deméter que el sacerdote se ponía en la fiesta llamada mayor y, por alguna razón golpeaba con un bastón a los habitantes del mundo subterráneo. Desgraciadamente, nada de todo esto puede verse hoy en día (salvo el Asclepeion) y el viajero tiene que conformarse con una extraordinaria puesta de sol tras las cumbres desnudas de los montes que desde aquí se contemplan.
En el pueblo de Antigua Feneos está el Museo arqueológico en donde se encuentra la cabeza de la diosa Salud, el pie de Asclepio, el suelo de mosaicos del Asclepeion, la mesa de ofrendas, todo ello del 150 a.C., y algún que otro resto más encontrado en las excavaciones.
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