“Atraviesa Gorina un río al que los que viven en los alrededores llaman Lusio, porque allí fue bañado Zeus cuando nació.” (Pausanias. La Descripción de Grecia. Libro VIII, 28,2.)
Desde la autopista A 7 cogemos la salida 13 Megalópolis. Pasando Megalópolis, y dejando la Antigua Megalópolis a la izquierda, seguimos por esa carretera que va hasta Andritsena. Antes de llegar cogemos un desvío que nos lleva a Ellinikó. Desde aquí una carretera nos lleva al yacimiento.
La ciudad fue fundada, según la mitología, por Gortis, hijo de Estínfalo y nieto de Élato, descendientes a su vez de Árcade, Calisto, Licaón y Pelasgo. Al parecer se fundó en la segunda mitad del segundo milenio antes de Cristo, cuando estaba en su esplendor la cultura micénica, por habitantes de la Gortina cretense según puede deducirse de antiguos escritos, aunque otros retrasan su fundación hasta el periodo geométrico (s. XI – VIII a.C.). La ciudad era un importante balneario del Peloponeso con un afamado Asclepieion, el más importante de la Arcadia, en donde era ampliamente conocido desde el siglo VII a.C. el culto a Asclepio. Conoció su periodo de esplendor a principios del siglo IV a.C. al que siguió el de su decadencia cuando se fundó en 369 a.C. la ciudad de Megalópolis a la que se trasladaron muchos de sus habitantes. Durante el 194 a.C. formó parte de la Liga Aquea.
Las ruinas de la antigua Gortina fueron excavadas por la Escuela Arqueológica Francesa durante los periodos 1940 – 1943, 1947 – 1948 y 1951 – 1956. Las excavaciones muestran la existencia de dos importantes recintos amurallados, dos importantes santuarios dedicados a Asclepio, dos templos perípteros, e instalaciones de baños y terapéuticas de los siglos IV – III a.C. La antigua ciudad estaba construida justamente al lado del río Lusio (4 km al NE de Ατσίχωλος). Sus acrópolis (del s. IV a.C.) estaban fuertemente amuralladas y se encontraban una al lado de otra a una cota que llega hasta los 480 m, al sur del actual templo de Asclepio y de los baños terapéuticos (2,5 km al NE de Ατσίχωλος). La principal tenía una longitud de 425 m y una anchura de entre 100 y 160 m con tres puertas. En el primer santuario fue en donde, en su bajada al Peloponeso, Alejandro Magno dedicó su coraza y su lanza a la estatua de un Asclepio imberbe. En efecto, la estatua de Asclepio estaba representada sin barba, adolescente, sentado en el trono, con el bastón en su mano derecha en el que se enroscaba una serpiente. Su hija Higeia estaba de pie a su lado. Ambas eran obras de Escopas. Los cimientos que se distinguen hoy en este lugar se corresponden con las tres construcciones que constituían el segundo santuario: el pequeño templo del dios, los baños y la soleada stoa. Los baños son los más antiguos que se han encontrado en Grecia. Atestiguan los tratamientos y las prácticas higiénicas que acompañaban a la interpretación de los sueños y a los rezos al dios. Las ruinas que han salido a la luz nos permiten distinguir un pequeño vestíbulo con entrada hacia el este; a continuación, algunos vestuarios con calefacción; una sala central circular con dos ábsides, dos bancos de piedra y dos surtidores; una cabina circular que se calentaba por el suelo; tres pilas; otra sala circular para sentarse y sudar y, finalmente la caldera central con el sistema de distribución de conductos de aire caliente. Cicerón escribió que el Asclepio arcadio, inventor de los laxantes y las extracciones dentales, tuvo en las orillas de este río su bosque sagrado y su tumba. Más abajo, al lado del río Lusios, donde de acuerdo con el mito Rea lavó por primera vez a Zeus, se puede ver lo que queda del segundo templo: bloques de un gran templo que empezó a levantarse después del sinecismo de Megalópolis. Tenía unas dimensiones de 24 x 13, 5 m con 6 x 11 columnas, cella y pronaos. Pero el programa de construcción se abandonó y el templo quedó para siempre en el nivel de los cimientos.
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