Los indicios más antiguos de población en Stereá Ellada pertenecen al periodo Paleolítico. Objetos de piedra se han encontrado en la región de Agrinio y en la orilla oeste del lago de Ambrakía. Un importante asentamiento paleolítico ha sido excavado también en Beocia. Se trata de Seintí en el lago Kopaida. La población de toda la región parece que aumento durante el periodo Neolítico cuando se levantaron los primeros poblados durante el sexto milenio a.C. Durante el tercer milenio a.C. empieza la Edad del Bronce en la región. Stereá Ellada durante la antigüedad estaba dividida en regiones que se correspondían con los lugares de ocupación de las antiguas razas griegas que habitaban en esta zona. Estas regiones en la mayoría de los casos estaban constituidas por ciudades estado que conservaban entre ellas lazos de sangre. En algunos casos estas ciudades formaban una federación mientras que en otros la ciudad más poderosa era la que ocupaba el lugar hegemónico. BEOCIA La antigua Beocia, que llegó a ser una de las potencias más importantes del mundo griego, ocupaba, con sus 2.800 km2, buena parte de la Grecia central. Poblada desde muy antiguo (en el Paleolítico, Neolítico, Heládico Antiguo y Medio), en época micénica (Heládico Reciente, 1600 a 1200 a.C.) la región parece estar repartida entre dos grandes reinos, Orcómeno y Tebas. Orcómeno parece haber sido la cuna de ese pueblo misterioso llamado los minias desde donde extendieron su dominio hasta las fronteras de Tesalia. Estrabón refiere que los minias, a finales del quinto milenio llegaron hasta el golfo Pagasitikó donde fundaron las colonias de Iolko y Alo. Aquí crearon una gran armada con la que lograron el dominio del mar, hasta tal punto que Plutarco afirma que el rey de los minias era el único que en esta época tenía el derecho de tener una armada. De la explotación de la llanura de Kopaida, la cual consiguieron drenar con unas impresionantes obras, obtuvieron una impresionante riqueza. La cultura minia se considera una cultura cretomicénica con grandes relaciones entre Orcómeno y Knosós. Floreció después de la lélege y antes que la micénica. Su procedencia es incierta y era, al parecer, una raza pacífica e inteligente. Su capital, Orcómeno, competía en riqueza con Argos, Micenas, Pilos y la Tebas egipcia. Dominaron Beocia entre el 2800 y el 1200 a.C., teniendo su periodo de esplendor en torno al 1400 a.C. El final del mundo micénico supuso una verdadera catástrofe poblacional, de hecho, de los 39 asentamientos ocupados conocidos hacia 1200 a.C. quedan únicamente 5 o 6 hacia 900 a.C. Esta reducción continuada de población debe relacionarse no sólo con las turbulencias que clausuraron la Edad del Bronce, sino también con la migración beocia (c. 1150 – 950 a.C.), el desplazamiento de los beocios desde Tesalia a la región que habrían de ocupar a partir de entonces. Con esta migración y la marcha de la mayoría de los aristócratas de Orcómeno, empezó la decadencia de los minias, si bien, los nuevos pobladores asimilaron su cultura y su mentalidad. En el último tercio del siglo VIII a.C. vemos surgir un buen número de asentamientos agrupados que forman las primeras poleis beocias que se consolidad durante el poco conocido siglo VII a.C. Durante este sigo tiene lugar también un crecimiento demográfico y una fuerte colonización interna de la región que, a la vez que aumentaba las propiedades de la aristocracia, preservaba los lotes campesinos. En Beocia se hablaba el dialecto eolio. A principios del siglo VI a.C., Beocia atravesó un corto periodo de sometimiento a los tesalios del que se liberó en 571 a.C. La época posterior se distinguió por la continuidad del crecimiento demográfico y de la colonización interna y, sobre todo, por los enfrentamientos entre las diferentes poleis. Fruto de estos últimos fueron el posible debilitamiento de Orcómeno, que corre paralelo al progresivo fortalecimiento de Tebas y el nacimiento de la Liga beocia hacia el 520 a.C. En el periodo anterior a la Segunda Guerra Médica (c. 520 – 480 a.C.) la Liga se fundamentó sobre el establecimiento de un estrecho régimen oligárquico en el que un reducido número de familias aristocráticas monopolizaban el poder. Esta oligarquía dinástica era la norma también en todas las poleis que disponían, además, de un arconte epónimo, que daba nombre al año civil y que representaba a la comunidad al menos en el ámbito religioso. A finales del siglo VI a.C. la Liga incluía la práctica totalidad de Beocia salvo Platea, la Parasopia (el resto de la región fronteriza con Atenas) y Oropós. Hacia 509 a.C., los beocios atacaron Platea, pero los atenienses aliados de los plateos, intervinieron, derrotaron a los beocios y mantuvieron la independencia de Platea. La Segunda Guerra Médica supuso un verdadero desastre para Beocia. En medio de tensiones entre poleis y los enfrentamientos entre facciones políticas, los beocios se alinearon primero en el lado griego y luego, excepto Tespias, se pasaron a los persas por lo que fueron severamente castigados. Tebas perdió ahora la hegemonía que pudo pasar a Tanagra, Platea permaneció fuera de la Liga y quizá Orcómeno se saliera también de la misma. Este periodo oscuro y desafortunado para Beocia culminó con la batalla de Enofita en 457 a.C., donde triunfaron los atenienses y sometieron toda la región, imponiendo la democracia al menos en algunas ciudades como en el caso de Tebas. Sin embargo, en 446 a.C., en la batalla de Coronea, los beocios liderados por Tebas, se libraron de la dominación ateniense. Después de Coronea se estableció en toda beocia una oligarquía moderada y se reorganizó la estructura federal sentando las bases del sistema que habría de perdurar hasta la Paz del Rey (386 a.C.). Después de 446 a.C., dentro de la alianza lacedemonia, la Liga tuvo una destacada participación en la Guerra del Peloponeso y contribuyó de manera decisiva a la victoria final sobre los atenienses. La incursión tebana sobre Platea (431 a.C.) sirvió de detonante de las hostilidades y desde el 430 a.C. beocios y peloponesios asediaron Platea, que capituló en 427 a.C. Su territorio fue unido a Tebas en 426 a.C. En 424 a.C., los beocios tuvieron una resonante victoria sobre los atenienses en Delión. Desde 413 a.C., se beneficiaron del saqueo del Ática y, en la última parte de la guerra, combatieron en la Jonia llegando a construir una flota de unos 50 trirremes. Tras la guerra del Peloponeso, en la primavera de 404 a.C., sólo Oropo escapaba al control de la Liga. Los beocios la sometieron hacia 401 a.C., aunque no parece que fuera incluida en la organización federal hasta algún tiempo después (c. 395 a.C.). En creciente tensión con Esparta, los beocios se negaron a participar en las expediciones espartanas (Atenas en 403 a.C., Élide en 400 a.C. y Asia en 396 a.C.) y los filolaconios fueron desplazados del poder a favor de las facciones antiespartanas, que terminaron en llevar a la Liga a la guerra contra Esparta (Guerra de Corinto, 395 – 386 a.C.). El conflicto resultó, sin embargo, desastroso y la firma de la Paz del Rey trajo consigo la disolución de la Liga y la vuelta al poder de los oligarcas filolaconianos en las distintas poleis beocias. En medio de esta situación de debilidad, los espartanos llegaron incluso a establecer una guarnición en Tebas (382 – 379 a.C.). Los ciudadanos beocios se distribuían en once unidades iguales (distritos), que se repartían asimétricamente entre las once poleis federadas. Cada distrito elegía un beotarca, sesenta consejeros y un cierto número de jueces para el tribunal federal y contribuían al ejército y al tesoro federales. Los Once beotarcas, los magistrados más importantes, mandaban el ejército federal y podían presentar propuestas y hablar ante el Consejo federal. Éste, la institución principal, se componía de 660 consejeros que se subdividían a su vez en cuatro pequeños consejos de 165 miembros. Cada trimestre, uno de los pequeños consejos preparaba las decisiones que se tomaban en la sesión conjunta de los cuatro consejos. El Consejo federal podía elegir también algunos magistrados federales. En diciembre de 379 a.C. los demócratas tebanos eliminaron a los oligarcas filolaconianos, expulsaron a la guarnición espartana y proclamaron la reconstrucción de la Liga beocia. Los espartanos reaccionaron inmediatamente enviando expediciones militares contra Tebas y estableciendo guarniciones en varias poleis beocias. Sin embargo, los demócratas, entre los que estaban Epaminondas y Pelópidas, lideraron con éxito la resistencia. Hicieron frente a tres invasiones espartanas (378 – 377 a.C.) y desencadenaron una auténtica guerra de guerrillas contra otras poleis beocias y sus guarniciones lacedemonias. La Paz del 375 a.C. obligó a la retirada de las guarniciones laconias y abrió la puerta a la expansión tebana y de la propia Liga de modo que, en 371 a.C., sólo Orcómeno y Oropós permanecían fuera de la misma. En la batalla de Leuctra (verano de 371 a.C.), los beocios (excepto los orcomenios y los tespios) dirigidos por Tebas, acabaron con el predomino espartano en Grecia y dieron principio a un corto periodo de hegemonía (371 – 356 a.C.) que lideró Tebas. En el 356 a.C. estalló la tercera guerra Sagrada para el control del oráculo de Delfos entre los focios y la alianza de tesalios y tebanos. Esta guerra dio motivos a que Filipo II de Macedonia para intervenir en los asuntos griegos. La hegemonía macedonia comenzó tras la batalla de Queronea (338 a.C.) donde el ejército macedonio venció al ejército de los atenienses y tebanos. Fortalezas macedonias se levantaron en la mayoría de las ciudades y un intento de deserción por parte de Tebas provocó la destrucción de la ciudad por Alejandro Magno. En 335 a.C. Alejandro reconstruye Orcómeno que vuelve a vivir, entonces, un nuevo periodo de esplendor y reemplaza a Tebas en la hegemonía de Beocia, convirtiéndose en la sede de la Liga Beocia. En 323 a.C. Antípatro ocupa Beocia al que sucede Casandro en el 319 a.C. En 280 a.C. los beocios vuelven a aliarse con los macedonios en su guerra contra los etolios. FÓCIDE Era la región que se desarrollaba en torno al valle del Kifisós y contenía los montes del Parnaso y el Helicón. En ella estaban instalados los focidios que hablaban el dialecto dorio. Participaron, como cuenta Homero, en la guerra de Troya. Sus ciudades estaban integradas en una federación llamada la Liga Focídea. La Primera Guerra Sagrada (601 – 591 a.C.) que acabo con la destrucción de Κρίσα, la ciudad de los focidios, y del puerto de Κίρρα, dando lugar a la hegemonía de Tesalia sobre Beocia y la Fócide. Cuando el ejército persa pasó a Europa, los focidios se vieron obligados a ponerse del lado del rey, pero desertaron de los medos y se alinearon con los griegos en la batalla de Platea. La Segunda Guerra Sagrada ocurrió entre 449 y 448 a. C. y resultó en el enfrentamiento directo entre Atenas y Esparta durante la llamada Primera Guerra del Peloponeso. La guerra comenzó cuando Esparta separó Delfos de Fócide y le concedió la independencia a sus habitantes. No obstante, los atenienses defendían a los focidios, por lo que en 448 a. C., Pericles comandó al ejército ateniense contra Delfos para restaurar los derechos soberanos de Fócide sobre el Oráculo de Delfos. Pericles capturó Delfos inmediatamente luego de la retirada de los espartanos y la devolvió a los focidios. En el 357 a.C. los focidios, al mando de Filomelo, se apoderaron del santuario de Delfos al negarse a pagar una multa que les habían impuesto los anfictiones. La Tercera guerra se desencadenó en el 356 a. C. cuando los focenses se apoderaron de Delfos. Intervino Esparta que devolvió el santuario a los delfios, pero a continuación lo recuperó Atenas para Fócide, con el apoyo de Esparta. Siempre en lucha por la hegemonía, Tebas y Tesalia invitaron a Filipo II de Macedonia a que interviniera en el conflicto, en el 347 a. C. En el 346, Filipo venció a Fócide y destruyó todas sus ciudades importantes, y a partir de este momento Macedonia fue admitida en el consejo de ciudades, es decir en la Anfictionía. Filipo aprovechó su posición en dicha Liga para dominar los asuntos de Grecia y conseguir el control del Oráculo de Delfos, de gran importancia a la hora de tomar cualquier decisión militar o política. En el 339 a. C. se declaró la Cuarta Guerra Sagrada, cuando el pueblo de los locrios se enfrentó a Atenas y el político Esquines, seguidor de Filipo, se enfrentó también a la ciudad de Ánfisa. Estos hechos dieron lugar a la batalla de Queronea, en el 338 a. C., en la que fueron derrotados atenienses y tebanos. Los macedonios obtuvieron desde entonces la hegemonía sobre Grecia. DÓRIDE Era una pequeña región constituida por tres cuatro ciudades –estado. Este estado era el resto del estado que habían conformado los dorios antes de su invasión del Peloponeso. LÓCRIDE Los locrios eran una raza que hablaba el dialecto dorio y conformaron tres estados diferentes separados entre ellos por la Fócide: Locrida Epicnemidia, Locrida Opuntia y Locrida Ozolia. Los locrios epicnemidios estuvieron enemistados con los tesalios hasta el 500 a.C., cuando los tesalios consiguieron anexionarlos. ETOLIA Los habitantes de Etolia incluso en la época clásica vivían de forma nómada pues no habían constituido todavía ciudades estado. Después del alejamiento del peligro persa de suelo griego, bastantes ciudades estado se integraron en la Liga Ateniense. En 367 a.C. se crea la llamada Liga Etolia, un estado federal del que formaban parte las ciudades etolias del centro de Grecia y cuyo objetivo principal era el de constituir un núcleo fuerte frente a Macedonia. En 323 a.C., después de la muerte de Alejandro Magno, lucharon contra los macedonios con 7.000 soldados en la llamada guerra Lamíaca contra Antípatro. En el 322 a.C. tras la invasión de Etolia por Antípatro y Kraterós sus habitantes se refugiaron en las fortalezas de la región desde donde se defendieron con éxito. En el 300 a.C. la Liga Etolia resultó vencedora en la guerra anfictiónica que le había declarado el resto de los griegos por haber ocupado el campo de Apolo Kireo en Delfos. Durante el siglo III a.C. la Liga Etolia, con centro religioso en Termón, es una fuerza importantísima en Grecia central. Particularmente, después del exitoso rechazo de los gálatas en el 279 a.C., los etolios fueron considerados los salvadores de Grecia y obtuvieron el control del oráculo de Delfos y de casi la totalidad de Grecia central, desde Amfilochía a Beocia, habiéndose extendido a Acarnanía, Locrida, Malida, Fócide y parte de Tesalia. Más tarde se integraron en la Liga otras muchas ciudades importantes de Grecia. La Liga Etolia para luchar contra las fuerzas macedonias (la primera y la segunda guerra macedónicas) ese alió con una nueva fuerza emergente: Roma. El camino para la ocupación total de toda Grecia se había abierto ya. El definitivo final del mundo helenístico se escribió en los mares griegos en el 31 a.C., cuando Octavio venció en la batalla naval de Actio a la escuadra de Marco Antonio y Cleopatra e inauguró el periodo imperial romano. ACARNANÍA La independencia de las ciudades Acarnanías es total y entre ellas no existen vínculos de naturaleza legal ni siquiera en cuestiones de política exterior. Existen sólo lazos éticos y sentimentales que conducen a cierta colaboración para el caso de amenaza exterior. Lo que predomina siempre es el interés particular de las ciudades en cada caso en cuestión y no el interés general de todos los acarnanios. Esto se ve claramente en la guerra del Peloponeso cuando Astakós, Sollion, Anaktorion y Eniades se aliaron con los espartanos mientras que el resto de las ciudades lo hicieron con los atenienses. Durante los años finales de la época clásica, es decir, durante el siglo IV a.C. hay indicios de fundación de un estado federal acarnanio, la Liga Acarnanía en el cual, sin embargo, la unión entre los miembros era bastante frágil. Esta liga se desarrolló lentamente durante los siglos III y II a.C. lo que provocó la aparición de gobiernos locales. Su capital hasta el 250 a.C. fue Stratos. Después el centro de gravedad se trasladó más al oeste: desde el 235 a.C., cuando se restableció la Liga Acarnanía, hasta el 167 a.C. la capital fue Lefkada y desde 167 a.C. Thirion se convierte en la tercera capital de la Liga. Durante el periodo helenístico, el centro de gravedad de la historia griega se traslada. En la escena no están ya únicamente el Ática, el Peloponeso y, en general, el eje oriental del territorio griego. El helenismo occidental y con el Acarnanía, entra con fuerza en el escenario histórico. Este periodo supone una época convulsa para Acarnanía: es ocupada por Pirro el 294 a.C. y liberada el 272 a.C. Hacia el 250 a.C. los acarnanios sufren el ataque combinado de los etolios y del rey del Épiro Alejandro. Acarnanía más Stratos y Eniades que habían sido ocupadas por los etolios, solicitan la ayuda de Roma, pero su petición no es aceptada pues en esta época Roma tenía otras prioridades en Italia. En colaboración con los macedonios, los acarnanios participan en la batalla de Selasía en el 222 a.C. en la cual la coalición filomacedónica vence a la filoespartana fuera de Esparta. Sus enemigos tradicionales, los etolios, eran aliados del enemigo y Acarnanía se libró por un corto periodo de tiempo de su pesadilla. En la llamada guerra Social (220 – 217 a.C.) entre la Liga Etolia y la Liga Aquea junto con Macedonia fueron derrotados los etolios y obligados a firmar la paz de Náupactos (217 a.C.) de acuerdo con la cual los acarnanios recuperan de los etolios lo que habían perdido en el 250 a.C. y su antigua capital: Stratos. Acarnanía continúa decididamente siendo aliada de los macedonios aún cuando estos son los principales enemigos de la potencia emergente en ese momento: Roma. El 197 a.C. el cónsul romano Flaminio invade Lefkada, la capital de la Liga Acarnania. La derrota del rey de Macedonia el mismo año en la batalla de Cinocéfalos señala el principio de la hegemonía romana en suelo griego. Los romanos devuelven Lefkada a los acarnanios con gran enfado de sus aliados los etolios. Se la arrebatarán, sin embargo, a aquellos después de la batalla de Pidna (168 a.C.) en la cual es derrotado el nuevo rey de los macedonios y Θύρρειο pasa a ser la nueva capital de la Liga Acarnania desde eses año. MALIDA Era un pequeño estado que fue controlado durante mucho tiempo por los tesalios. Su capital era Trachina que se convirtió más tarde en Lamía. AINIANÍA Los ainianes era una raza procedente de Tesalia que se instalaron en la orilla oeste del Sperchiós. Conservaban, junto con sus vecinos los oiteos, dos votos en la Anfictionía Délfica. Se encontraron también bajo el control de los tesalios durante mucho tiempo. OITEA Era una región en el macizo montañoso de Oíti. Tenían relaciones de fraternidad con los ainianes y de enemistad con los malios principalmente a causa de su pretensión de obtener una salida al mar.
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