“Teágenes, cuando fue tirano, construyó la fuente, digna de ver por su tamaño y su decoración y por el número de sus columnas.” (Pausanias. La Desripción de Grecia. Libro I, 40,1)
A través del enlace de Mégara en la autopista E-75 penetramos en la ciudad por el noroeste. En esta zona se encuentran los lugares a visitar.
Fundada por los carios, Mégara era uno de los cuatro distritos del Ática, correspondientes a los cuatro hijos míticos de rey Pandión II, de quienes Niso era el que gobernaba Mégara. Según una leyenda la fundó Car, hijo de Foroneo; 12 generaciones después llegó allí desde Egipto, Lélege, héroe epónimo de los léleges, al que sucedió su hijo Clesón, y sucesivamente Pilas, y Escirón, que se casó con la hija de Pandión, rey de Atenas. Niso, hijo de Pandión, disputó a Escirón la posesión de Mégara, y el árbitro, Éaco, la asignó a Atenas. Niso fue sucedido por Megáreo, hijo de Poseidón, que se casó con Ifínoe, hija de Niso y Abrota; Megáreo fue sucedido por su hijo Alcátoo. Otra leyenda dice que Pandión, expulsado de Atenas en tiempos del rey, fue a Mégara y se casó con la hija de Pilas al que después sucedió. En el reparto del reino entre sus hijos, Mégara quedó en manos del más joven, Niso, y se llamó Nisea. Cuando Minos atacó a Niso, Megáreo, hijo de Poseidón, vino desde Beocia para ayudarle, y fue enterrado en la ciudad; Niso fue derrotado y Minos ocupó la ciudad y demolió las murallas que fueron restauradas por Alcátoo, hijo de Pélope, que vino de Élide, con ayuda de Apolo. Hiperión, hijo de Agamenón, fue el último rey de Mégara y a su muerte se estableció la república y la democracia. Mégara estaba en una llanura entre las montañas Geraneies y las Kerata, al pie de una doble colina: una se llamaba Caria (Καρία) y la otra Alcathoe (Aλκαθόη). No muy lejos tenía el puerto, llamado Nisea (Νισαία), puerto al que estaba conectada por las murallas. Hacia finales del siglo XI a.C. razas dóricas de la Argólida llegan a la Megáride y crean las primeras villas. Más tarde, con la unión de cinco de esas villas se funda Mégara. En épocas históricas, los colonos de Mégara fundaron en Sicilia Mégara Hiblea (728 a.C.), una pequeña polis al norte de Siracusa, y Bizancio (660 a.C.). En esta época se supone que en Mégara se inventó la comedia. Su nombre se debe a la multitud de pequeños templos que se edificaron en la antigüedad en honor de la diosa Deméter, en los que se celebraban las llamadas Thesmoforias, misterios en los que sólo participaban mujeres. Tuvo un gran auge comercial y cultural (siglos VIII a. C.-VII a. C.) y llegó a rivalizar con Atenas y Corinto. Las luchas de las clases inferiores por el poder de la ciudad condujeron a la tiranía de Teágenes, suegro de Cilón, representante de los pobres. Construyó un acueducto e hizo otras edificaciones; gobernó desde aproximadamente del 630-600 a. C. y después los demócratas y los aristócratas se disputaron el poder. En esta época hubo enfrentamientos con el Ática por la isla de Salamina y Nisea, que finalmente pasaron a Atenas gracias a Solón. En las guerras médicas, Mégara participó con veinte barcos en la batalla de Artemisio y en la batalla de Salamina. Un cuerpo del ejército persa enviado contra el país, fue rechazado. Tres mil megarenses lucharon en la batalla de Platea. En el 458 a.C., Mégara se enfrentó con Corinto por los límites entre ambas. Mégara era aliada de Atenas, mientras que Corinto lo era de Esparta. En el conflicto salieron vencedores los megareos. En esta época también se construyeron las murallas que la unían con Nisea. Los atenienses establecieron una guarnición en la ciudad y construyeron una fortaleza en Pegas (Pegae), en el golfo de Corinto. Diez años después, Mégara se rebeló contra Atenas y expulsó a los atenienses de la ciudad, pero éstos retuvieron Nisea y Pegas, hasta el 445 a. C., cuando por la tregua con Esparta entregaron estas posiciones. Atenas aprobó unos decretos (llamados Decretos megarenses) excluyendo a los megarenses de sus mercados y puertos. Eso afectó tanto a Mégara que pidió con fuerza la guerra contra Atenas a su aliada Esparta y a la Liga del Peloponeso. Al estallar la guerra del Peloponeso, los atenienses invadieron Mégara y devastaron el territorio, mientras la flota bloqueaba el puerto. Los sucesivos años de la guerra, los atenienses repetían su incursión, y algunos años dos veces. En 427 a. C. (quinto año de guerra) Nicias tomó posesión de la isla de Minoa, delante de Mégara y su puerto, e instaló allí una guarnición. En el octavo año de la guerra (424 a. C.), el partido democrático de Mégara, que había expulsado a los aristócratas que se habían refugiado en Pegas, entró en contracto con Atenas, a la que ofreció rendir la ciudad. Los atenienses fueron admitidos en la ciudad y el puerto de Nisea fue ocupado al cabo de dos días, pero el espartano Brásidas avanzó por el Peloponeso y presentó batalla a los atenienses al lado de Mégara, y los atenienses, en inferioridad, se retiraron. . La aristocracia y la oligarquía se aseguraron el poder. La guarnición ateniense en las murallas se rindió al cabo de unos meses, pero aún conservó Nisea y Minoa. La tregua del año siguiente respetó estas posiciones (421 a. C.). Mégara se opuso a la Paz de Nicias, pero no entró en ninguna alianza y al cabo de dos años renovó la que tenía con Esparta. Los atenienses ocuparon el puerto hasta el 409 a. C. Después, los datos sobre su historia casi desaparecen. Mégara fue aliada de Esparta, pero conservó su independencia, si bien cada vez con un poder más débil. Vuelve a aparecer hacia la época de Alejandro Magno, después de cuya muerte obedeció a Antípatro y después a Casandro. Pero entonces, Mégara, sufrió el mayor desastre de su historia con Demetrio Poliorcetes. La guarnición de Casandro fue expulsada por Demetrio Poliorcetes, que, aunque proclamó la libertad de la ciudad (307 a. C.), sustrajo a todos los esclavos y privó a los artesanos de la ciudad de la mano de obra. Aunque estuvo bajo influencia de los reyes de Macedonia hasta el 243 a.C., Arato la obligó a unirse a la Liga Aquea en este año. En la guerra contra Roma se rindió a los romanos sin luchar. Posteriormente aparece ya como una ciudad arruinada. En tiempos de Estrabón se estableció allí una colonia romana.
En la costa de Mégara es hallado el cuerpo de Ino que se había arrojado al mar para evitar la venganza de Atamante. Lo encontraron Cleso y Taurópolis, hijas de Clesón y nietas de Lélege, quienes le sepultaron después en su ciudad. Allí, con el nombre de Leucotea o Diosa Blanca era honrada con la celebración de un sacrificio anual. Según Graves, Ino es la diosa Luna y su ahogamiento representa la puesta de la luna todas las noches y, al mismo tiempo, el abandono del culto lunar a favor del solar de Zeus. De Mégara se apodera Minos en su avance hacia Atenas para combatir al rey Egeo, responsable del asesinato de su hijo Androgeo. A su llegada a las costas del Sarónico, Minos entabla batalla con Niso, hijo de Pandión y rey de Mégara, quien sucumbe ante el invasor cretense traicionado por su hija Escila, la cual se había enamorado de Minos. Escila sabía por un oráculo que su padre moriría si perdía el mechón de cabello dorado que tenía en la cabeza, por lo que una noche se introdujo a hurtadillas en el dormitorio de su padre y le cortó el famoso mechón del que dependían su vida y su trono. Luego le quitó las llaves de la ciudad, abrió las puertas y salió. Fue directamente a la tienda de Minos y le ofreció el mechón de cabello a cambio de su amor y esa misma noche, después de entrar en la ciudad y saquearla, yació con Escila; pero no quiso llevarla a Creta, porque aborrecía el crimen de parricidio. Sin embargo, Escila nadó detrás de su barco y se asió a su popa hasta que el alma de su padre Niso se lanzó sobre ella en forma de águila pescadora con sus garras y su pico curvo. La aterrada Escila se soltó y se ahogó; su alma voló transformada en ciris, ave conocida por su pecho purpúreo y sus patas rojas. Según Graves, la base histórica del mito de Escila es, al parecer, una disputa entre los atenienses y sus señores cretenses no mucho antes del saqueo de Cnosos en 1400 a. de C. por los micénicos. El mito se refiere a la rivalidad entre el rey sagrado y su heredero por el favor de la diosa Luna, la cual, en el solsticio de verano, corta al rey el cabello y le traiciona. La fuerza del rey reside en su cabello, porque representa al sol, y sus largos bucles amarillos son comparados con los rayos del astro. El castigo impuesto luego a la traidora es una adición moral posterior.
Las construcciones antiguas en Mégara se hallan todas dentro de su antiguo recinto amurallado que comprendía dos pequeñas colinas con sus respectivas acrópolis. Entre estos monumentos estaba: una fuente (1), en la actual calle Patriarchou Vatholooaiou esquina Efpalinou; un templo de Atenea de la época arcaica en la cima de la acrópolis de Alcátoo; un Olimpieio; la Fuente de Teágenes (5); dos stoas del ágora (6 y 7) del siglo IV a.C., situadas en la calle actual de Christou Moraiti; y un templo de Apolo Protector (8) y un gimnasio (9), situado en la actual calle Koukouli, entre Sofocleus y Xenofontos. En el templo de Atenea (2) había una estatua de la diosa toda dorada con la excepción de las manos y las puntas de los pies. Estas partes y el rostro eran de marfil. Se encontraba situado en la actual calle Athanasiou. En la misma calle están los restos de otro templo, posiblemente dedicado a Apolo (3). En el Olimpieio (4) había una estatua inacabada de Zeus que tenía el rostro de marfil y oro y de arcilla y yeso el resto. Decían que la había hecho Teocosmo, uno del país, con la ayuda de Fidias. Se encontraba situado en la actual calle de Agiou Konstantinou, entre Meletiou y Marathonos. La Fuente de Teágenes (5) se edificó a principios del siglo V a.C. Probablemente en el mismo lugar y un siglo antes, el tirano Teágenes había edificado una fuente más pequeña y por esto es conocida como la Fuente de Teágenes. Tiene una longitud de 21 m y una anchura de 13,7 m. El techo del estanque estaba soportado por 35 columnas octogonales con capiteles dóricos. Mediante un estrecho parapeto el estanque estaba dividido a lo largo en dos espacios, cada uno de los cuales se alimentaba a través de una conducción independiente. De esta manera, un espacio podía vaciarse o limpiarse sin afectar al funcionamiento de la fuente. En su parte sur, en donde estaba su fachada, había un pórtico con cinco columnas y un depósito de agua. La fuente se alimentaba con un acueducto que partía de Orkos, al norte de Mégara. En el templo de Apolo Protector (7) había un Apolo digno de ver, una Ártemis y una Leto y otras estatuas que hizo Praxíteles. Estaba situado en la parcela que forman las calles actuales Georgiou Schina, Mavroukaki y 28 is Oktovriou. Pausanias habla también de un santuario de Ártemis Soteira que se encontraba cerca de la Fuente de Teágenes en el que, además de una imagen de bronce de la diosa, había imágenes de los Doce Dioses obra de Praxíteles. La Ártemis la había hecho Estrongilión, el escultor que hizo el caballo de madera de la Acrópolis en el siglo V a.C. Habla también de un heroon de Ino, en donde los megarenses celebraban un sacrificio todos los años en su honor. Hoy en día sólo pueden verse la Fuente de Teágenes y unos mínimos restos de algunos de los otros monumentos reseñados arriba. Los cementerios se localizaron durante los periodos geométrico y arcaico (segunda mitad del siglo VIII – principios del siglo V a.C.) fuera de la ciudad. Después de la construcción de las murallas en la época de las guerras persas, empiezan a organizarse los primeros grandes cementerios fuera de los muros, cerca de las puertas y, principalmente, a lo largo de las grandes arterias de la ciudad. Hasta hoy, se han localizado 6 cementerios, los más importantes de los cuales se encuentran en el Sur entre los grandes muros de la ciudad clásica, en el SO fuera de la puerta de Corinto y en el NO fuera de la puerta de Tripodiscos. Durante los periodos geométrico y arcaico el cadáver se colocaba encogido en cistas en forma de caja. Desde el periodo arcaico empiezan a aparecer los sarcófagos para generalizarse en los tiempos clásicos y helenísticos. Se introducen en la roca, previamente tallada. Son tumbas individuales. A partir del siglo IV a.C. se generaliza el recinto familiar en forma de Π.
El museo exhibe objetos que provienen de las excavaciones realizadas en la ciudad y en su territorio de alrededor. Los hallazgos cubren un periodo que se extiende desde el siglo VIII a.C. al siglo II d.C. El museo ocupa el antiguo edificio del ayuntamiento, construcción del siglo XIX. Es un edificio de dos plantas con cuatro salas de exposición. En la PLANTA BAJA del edificio se exponen las piezas de mármol: esculturas, epigrafías, estelas funerarias y relieves votivos, de un periodo que abarca desde la época arcaica hasta la época romana. En la SALA A se exponen estatuas y relieves que abarcan desde la época arcaica hasta la época romana. Las piezas más importantes son: Estatua de una mujer vistiendo un peplo de 325 – 300 a.C. Relieve votivo en el que se ve la figura de un jinete de 350 – 325 a.C. Relieve votivo de Cibeles entronizada dentro de un templete. Segunda mitad del siglo IV a.C. Gárgola con forma de cabeza de león perteneciente a un gran edificio público. Mediados del siglo IV a.C. En la SALA B se exponen epigrafías y estelas funerarias desde la época clásica hasta la época romana. Las piezas más importantes son: Estela funeraria del ateniense Aristokritón al que se le representa sentado recibiendo a un hombre. Mediados del siglo IV a.C. Parte inferior de una estela funeraria del cementerio NO de la ciudad. En ella se representan las piernas de un lancero. Finales del siglo VI a.C. En el PRIMER PISO se exponen objetos de terracota, cerámica y pequeños objetos procedentes de tumbas y de la vida diaria. En la SALA C se exponen objetos escogidos pertenecientes a conjuntos funerarios pertenecientes al periodo siglo VIII a.C. – siglo I a.C. Las piezas más importantes son: Vasija de figuras negras con la representación de un jinete de mediados del siglo VI a.C. Cráteras beocias de figuras rojas representando escenas de la vida diaria. Finales del siglo V – primera mitad del siglo IV a.C. Crátera beocia de figuras rojas con representación de un simposio. Finales del siglo V – principios del siglo IV a.C. En la SALA D se exponen objetos relacionados con la vida diaria de la antigüedad, principalmente de terracota y de bronce. Abarcan el periodo comprendido entre el siglo Vi a.C. y la época romana. Dos vitrinas contienen vasijas y figuritas de dos lugares de la Megáride occidental (s. VII – s. V a.C.) Importancia especial merecen los objetos encontrados en un santuario arcaico que se encontraba en Alepochori. Las piezas más importantes son: Probable juguete de terracota encontrado en la tumba de una niña con una “maqueta” de un espacio interior. Siglo V a.C. Estatuilla de terracota de dos muchachas, una “a caballito” de la otra como resultado de un juego. Busto de Deméter de terracota del siglo V a.C. En el PATIO del museo se exponen epigrafías, pedestales y elementos arquitectónicos pertenecientes a diferentes periodos.
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