“Los arcadios, tras elegir estratego a Licomedes y confiarle las denominadas tropas de élite, formadas por cinco mil hombres, hicieron una expedición contra Pelana.” (Diodoro Sículo. Biblioteca Histórica. Libro XV, 67, 2).
En Esparta cogeremos la (futura) autopista A 71 que irá a Megalópolis y nos saldremos en el enlace de Pelana. Antes de entrar en el pueblo, una calle a la derecha nos lleva, primero a la acrópolis y después a la necrópolis micénica.
La ciudad estaba construida sobre una colina que se alza en la llanura del Eurotas toda cubierta de olivos. Cuenta Pausanias, que allí vivió Tindáreo, cuando huyó de Esparta ante Hipocoonte y sus hijos. Y que dignos de contemplara allí eran un santuario de Asclepio y la fuente Pelánida, en donde había caído una doncella mientras sacaba agua. La doncella desapareció, pero el velo de su cabeza apareció en otra fuente, Lancia. En el 369 a.C., los arcadios, tras elegir estratego a Licomedes y confiarle las denominadas “tropas de élite”, formadas por cinco mil hombres, hicieron una expedición contra Pelana. Se apoderaron de la ciudad a viva fuerza, mataron a los más de trescientos hombres de la guarnición dejada por los lacedemonios y, una vez que hubieron esclavizado la ciudad y saqueado el territorio, regresaron a su patria antes de que llegaran las tropas de los lacedemonios.
No se sabe si fue el propio Tindáreo quien eligió el marido de Helena o si ella declaró su preferencia. De todos modos, se casó con Menelao, quien llegó a ser rey de Esparta después de la muerte de Tindáreo. Menelao tuvo una hija con Helena y la llamó Hermione. Al Palacio de Menelao y Helena acude Paris, príncipe troyano, en busca de Helena para hacerla su esposa. Aquí es agasajado durante nueve días en los que, con la ayuda de Afrodita, conquista por completo el corazón de Helena. Aprovechando la ausencia de Menelao en Creta, los dos amantes emprenden la fuga hacia Troya. Al Palacio de Menelao llega Telémaco, hijo de Ulises, acompañado desde Pilos por Pisístrato, dispuesto a preguntar a Menelao por el paradero de su padre Odiseo. En los dos días que permanece aquí, Menelao le relata cuanto pudo conocer en la isla de Faro por boca del viejo Proteo acerca de la suerte de los que salieron con vida de Troya, revelándose así que Odiseo se hallaba solo y sin su nave, retenido por la fuerza en la isla de la ninfa Calipso.
En 1926 se habían excavado dos pequeñas tumbas de cámara excavadas en la roca en el lugar llamado Σπηλιές por el arqueólogo Θ. Καραχάλιο. Entre 1980 – 1995 el arqueólogo Θεόδωρος Σπυρόπουλος sacó a la luz las grandes tumbas de cámara y las ruinas prehistóricas de la acrópolis de Pelana. Los monumentos más importantes del sitio arqueológico son: El cementerio de tumbas de cámara excavadas en la roca del periodo micénico en el lugar llamado Σπηλιές. La mayor se construyó al principio de la era micénica (1500 a.C. aprox.) y tiene un diámetro de 10 metros. Se trata, seguramente, de una tumba real. La acrópolis de Pelana, en la cual se distinguen ruinas de murallas de los tiempos helenísticos y de la época de la dominación franca. Ninguno de los dos lugares puede visitarse. La acrópolis de Pelana está en el lugar llamado Παλαιόκαστρο, donde recientes excavaciones de Θεόδωρος Σπυρόπουλος sacaron a la luz ruinas de construcciones de los tiempos protoheládicos (2500 a.C. aprox.) en la cumbre de la acrópolis (quizás algún edificio palacial). En la primera terraza después de la cumbre, al este, se descubrió un túmulo del periodo protoheládico, rodeado de un krepídoma de piedra. In situ se encontraron enterramientos y ofrendas. En la ladera sur de la colina se descubrió un sector de un asentamiento de los tiempos micénicos y helenísticos. Un paseo monumental pavimentado, de los tiempos micénicos con reparaciones posteriores, conduce desde la falda este de la acrópolis a la cumbre o a otro lugar de la colina donde debería haber un edificio importante, probablemente el palacio micénico de la región. Θεόδωρος Σπυρόπουλος sostiene que Pelana se corresponde con la ciudad homérica de Lacedemonia, en la cual tenían su palacio Menelao y Helena.
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