“¿Por ventura alardeo de forma inoportuna? No, no, pues me reclaman Pitón y Pelineo y los hijos de Alevas, que pretenden hacer llegar a Hipocles las voces varoniles y gloriosas que exaltan su victoria.” (Píndaro. Pitica X.)
Desde Lárisa se toma la carretera que va a Tríkala. Pasado el pueblo de Gorganades y frente al de Petróporos, a mano derecha de la carretera tenemos el yacimiento.
La ciudad de Pelineo, citada por Píndaro en su Pítica X, se identifica con los antiguos restos del lugar llamado “Παλαιογαρδίκι”, al norte del pueblo actual de Πετρόπορος. Pelineo, una de las cuatro ciudades que constituían la tetrarquía de Εστιαιώτιδα, se extendía por la orilla izquierda del río Peneo. Fundador de la ciudad, de acuerdo con la mitología, fue Pélinos, de la homérica ciudad de Ecalia, capital de Éurito. Εstaba construida en un lugar estratégico en el estrecho corredor que existe entre los montes Chasia y el río Peneo. Controlaba el paso desde Tríkala hasta Lárisa. En Pelineo estaba instalada una fortaleza macedonia desde la época de Filipo II, que había sido invitado a la ciudad por los Alevades de Lárisa, y la ciudad siguió desde el primer momento una política de apoyo a Macedonia durante todo el periodo de la aparición del poder macedónico en Tesalia (354 – 197 a.C.) de enfrentamiento con Ferés. De acuerdo con Arrianós, Alejandro Magno pasó con su ejército en 335 a.C. por Pelineo para atacar Tebas. En el 191 a.C. los Athamanes ocuparon la ciudad al mando de Amínandros durante la guerra contra Antíoco. En el 168 a.C. toda Tesalia pasó a poder de los romanos. La ciudad acuñó moneda propia de plata y de cobre en las que se representan jinetes o soldados y a la diosa Atenea o a la Sibila Mantó, hija del adivino Tiresias.
Después de mediados del siglo IV a.C. la ciudad se extendió hacia el oeste y se amuralló con fuertes muros construidos de acuerdo con el sistema trapezoidal isodómico. Los bloques de caliza local tienen sus lados mayores horizontales totalmente paralelos entre sí, mientras que los cortos son irregulares. La técnica de construcción era la llamada έμπλεκτη, mediante la cual las dos caras de la muralla estaban constituidas con bloque bien tallados y el espacio entre ellas se rellenaba con piedras y tierra. La muralla estaba reforzada por torres y tenía un espesor entre 2,7 y 2,8 m. Los tramos que se conservan de las murallas de la ciudad constituyen hoy sus únicos restos y la falta de un programa de excavaciones sistemáticas no ha permitido reconstruir una imagen de la vida diaria en la misma. En cualquier caso, indicios del desarrollo cultural de sus habitantes, de la estratificación social y de su ideología pueden deducirse de los hallazgos de las excavaciones de urgencia realizadas en sus cementerios. De entre los hallazgos más antiguos destacan la urna funeraria de bronce que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional y las joyas de oro de una tumba de la segunda mitad del siglo II a.C. que hoy se exponen en el Museo Arqueológico de Volos. Pero, sin duda el hallazgo más importante lo constituyen las dos hojas de oro inscritas colocadas sobre el pecho de una mujer difunta en un sarcófago de finales del siglo IV a.C. Una pequeña estatua de una Ménade se encontró en la misma tumba. De la primera hoja faltan los versos 4 a 7. Quizás la más pequeña de las dos hojas se inscribió en primer lugar y al no caber entero en ella el texto se volvió a inscribir en la segunda. Las hojas tienen forma de hiedra o de corazón. La hiedra era el símbolo de Diónisos, mientras que el corazón fue la única parte del cuerpo de Diónisos que no descuartizaron los Titanes: de él renació el dios, según el mito órfico. En el texto, alguien desconocido se dirige a la difunta en segunda persona. Puede ser alguna divinidad del mundo subterráneo, como Orfeo, o algún participante en el funeral, probablemente el sacerdote órfico. La frase “τούτη δω τη μέρα” remite al día del enterramiento. Lo que hay que hacer en el día del entierro se dice en el primer verso en donde hay referencia a la leche y al vino, ofrendas funerarias habituales. El texto puede ser que repita, en forma escrita, las palabras que se decían en el ritual funerario o aquéllas que se decían en el ritual de iniciación, cuando la persona aún vivía, puesto que, de alguna manera, la iniciación era una preparación para el futuro descenso al mundo subterráneo. Se encuentran expuestas en el Museo Arqueológico de Lárisa En los últimos años, con la realización de obras viarias y de abastecimiento, se han excavado 62 tumbas (de tipo cista, fosa, cubiertas con placas cerámicas, urnas de piedra y cerámicas) que cubren un periodo de tiempo que abarca desde el siglo V al siglo II a.C., y una de época helenística que estaba cubierta por un túmulo. En época bizantina en la acrópolis de la ciudad se construyó la ciudad Gardikio. La acrópolis y la ciudad baja se encontraban inmediatamente al norte de la actual carretera, en la cumbre, en la ladera sur y en la llanura al sur del altozano rocoso llamado “Παλαιογαρδίκι”, a 3 km al NE de Πετρόπορος. En la acrópolis son visibles los restos de las murallas de los tiempos helenísticos y bizantinos, conservadas en gran altura. Fr. Staehlin, durante su visita al lugar arqueológico de Pelineo localizó bastantes restos de edificios oficiales (teatro, stoas, etc.) que, sin embargo, no son visibles hoy en día. La ciudad baja y parte de los cementerios se encuentran en campos de labor particulares que no han sido excavados. Solamente el trazado de las murallas es visible en ciertos lugares, así como ruinas dispersas de viviendas. Una puerta de grandes dimensiones ha salido a la luz en el tramo oeste de la muralla en unas recientes excavaciones. En la extensión oeste de la antigua ciudad, recientes excavaciones han sacado a la luz restos de un edificio de gran tamaño, de unos 30,00 x 30,00 m y, probablemente, de carácter oficial. En este lugar se han localizado varias figuritas del ciclo del dios Diónisos, al igual que un relieve votivo que tiene relación con el dios Asclepio. En la ciudad había diferentes santuarios. Existía culto a Zeus Katevatis, como lo demuestra una epigrafía del siglo III – II a.C., a la diosa Atenea y la sibila tesalia Mantó. El pueblo actual de Πετρόπορος, inmediatamente al sur de la carretera nacional, está construido sobre el cementerio norte de la antigua ciudad, perteneciente a los periodos clásico y helenístico. Aquí se encuentra también una tumba de cámara de tiempos helenísticos que estaba cubierta por un túmulo y que ha sido excavada recientemente. La tumba era de una sola cámara, construida por bloques de piedra de poros. Todas las superficies interiores, así como los suelos de su dromos y de su cámara están recubiertos de mortero de color rosa. El conjunto de la cúpula se ha venido abajo. En la esquina suroeste de la cámara se encontró “in situ” un recipiente cilíndrico de mármol que contenía la urna funeraria. La tumba se encontró saqueada a principios del siglo XX por el entonces Comisario de Antigüedades Απόστολος Αρβανιτόπουλο y, a continuación, la recubrió totalmente con la tierra del túmulo. El año 2000 fue excavada por el Servicio de Arqueología. En las afueras de la parte este del pueblo se ha localizado un asentamiento de la Edad del Bronce que no ha sido estudiado a fondo por el momento.
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