“A Porteo tres intachables hijos le nacieron y habitaron en Plevrón y en la escarpada Calidón: Agrio y Melante y el tercero fue Eneo, conductor de carros”. (Homero. Ilíada, Canto XIV, 115-118.)
Cogemos la carretera Antirío – Aitolikó y, tras pasar el pueblo de Mesókampos, un desvío a la derecha nos lleva al yacimiento.
En el extremo del monte Αράκυνθος (Ζυγός) se alza majestuosa la muralla de Nueva Plevrón, ocupando dos colinas vecinas. Nueva Plevrón era una de las mayores ciudades de Etolia Occidental. Debe su nombre al héroe Πλευρώνας, hijo de Etolo y patriarca de Etolia. De acuerdo con Estrabón, la ciudad se fundó después del 235/234 a.C., es decir, inmediatamente después de la destrucción de Antigua Plevrón por Demetrio Poliorcetes. Las ruinas que se localizan al sur de la nueva ciudad, en las dos bajas colinas de Ασφακοβούνι (Γυφτόκαστρο) y Πετροβούνι, se atribuyen a la Antigua Plevrón. Aquí son visibles las ruinas de murallas ciclópeas, una parte de las cuales es micénica. Homero menciona a Plevrón como una de las cinco ciudades etólicas que participaron en la campaña contra Troya. Además, tanto el nombre de la ciudad como el gentilicio correspondiente se encuentran en las tablillas micénicas de Lineal B encontradas en Pilos, lo que demuestra que la ciudad existía en época micénica. Sin embargo, hasta hoy se ha encontrado un escasísimo número de restos cerámicos de esa época que demuestren la ocupación durante esa época. Contrariamente, hay muchos restos pertenecientes a los periodos protogeométrico y geométrico, principalmente tumbas, ya que los restos arquitectónicos también son escasos. Nueva Plevrón se fundó a mayor altura que la anterior y conoció su esplendor durante la época helenística, pero después de la batalla de Actio en el 31 a.C., decayó y sus habitantes fueron trasladados a Nikópolis. De Plevrón eran Pantaleón, estratego de la Liga Etólica, y Alejandro, el único poeta conocido que vivió en Alejandría en la época de Ptolomeo Filadelfo.
Muchos pretendientes acudían al palacio de Éneo en Plevrón para pedir la mano de la hermosa Deyanira, quien conducía un carro y practicaba el arte de la guerra, pero todos abandonaron sus pretensiones cuando se encontraron en rivalidad con Heracles y el dios fluvial Aqueloo. Corrientes de agua fluyen constantemente de su barba hirsuta y Deyanira habría preferido morir a casarse con él. Cuando Éneo llamó a Heracles para que defendiera su petición, Heracles se jactó de que si se casaba con Deyanira, ella no sólo tendría a Zeus como suegro, sino además gozaría de la gloria refleja de sus doce trabajos. Aqueloo se burló de eso, haciendo notar que también él era un personaje muy conocido, padre de todas las aguas griegas, y no un extranjero andariego como Heracles, y que el oráculo de Dodona había ordenado a todos los visitantes que le ofrecieron sacrificios. Luego insultó a Heracles y Heracles le retó a pelear. Aqueloo luchó con Heracles hasta que cayó de espaldas y entonces hábilmente se transformó en una serpiente moteada y se escapó culebreando. «¡Yo estrangulé serpientes cuando estaba en la cuna!», rió Heracles, y se agachó para asirle por la garganta. Entonces Aqueloo se transformó en un toro y le embistió. Heracles se hizo ágilmente a un lado y, asiéndole por los cuernos, lo derribó con tanta fuerza que le partió el cuerno derecho. Aqueloo se retiró avergonzado y ocultó su desperfecto bajo una corona de ramas de sauce. Algunos dicen que Heracles repuso el cuerno roto a Aqueloo a cambio del cuerno de la Cabra Amaltea; y otros que las náyades transformaron el cuerno en el de Amaltea y que Heracles se lo ofreció a Éneo como regalo de boda. Otros dicen que durante el duodécimo trabajo llevó el cuerno al Tártaro, llenado por las Hespérides con los frutos de oro, y al que ahora se llama Cornucopia, como un regalo para Plutón, ayudante de Tique. El yacimiento Nueva Plevrón, al igual que la mayoría de las ciudades de época clásica y helenística, se construyó de acuerdo con el sistema hipodámico, a mayor escala que la antigua ciudad. Desde la cumbre de una baja colina rocosa (195 a 280 m) controlaba tanto las rutas marítimas y terrestres, como las fuentes de producción de riqueza: salinas y albufera. Viajeros europeos como E. Dodwell y W. J. Woodhouse, conocieron las ruinas de la ciudad ya a principios del siglo XIX. La primera campaña arqueológica se llevó a cabo por R. Herzog y E. Ziebarth a finales del siglo XIX en el teatro de la ciudad. En 1931 el estudioso alemán E. Fiechter se basó en los resultados proporcionados por las excavaciones y publicó el primer estudio sistemático del yacimiento. De gran importancia para la investigación de Plevrón fue también el estudio de F. Noach. En las últimas décadas se han llevado a cabo investigaciones en las necrópolis de la ciudad y, en 1993, una rápida campaña de excavaciones en el teatro y en la necrópolis sur de la ciudad en colaboración con el Instituto de Arqueología Austriaco. Trabajos de reconstrucción en el yacimiento se han llevado a cabo entre 2002 y 2009 y entre 2007 y 2013. La ciudad está rodeada de una muralla caliza gris de 2.360 m de longitud con una anchura que variaba entre los 2 y los 2,20 m. Estaba interrumpida por 36 torres cuadradas de 5 x 5 m situadas entre sí cada 30 a 70 m y finaliza en la acrópolis amurallada con 11 torres. Ocho puertas y una poterna permitían el acceso al interior. Contaba también con 11 escaleras de acceso a las torres y al camino de ronda de la muralla. La moderna muralla es una construcción helenística y constituye uno de los ejemplos más bellos del sistema pseudoisodómico trapezoidal de la época. Impresionantes puntos de la muralla son la puerta central A, la puerta H, con su impresionante dintel monolítico, la puerta oriental Z y la puerta en arco B. La puerta central A (1) constituía el principal acceso a la ciudad. Se encontraba situada en el extremo SO del amurallamiento. La abertura se ubica entre dos hastiales de 0,60 – 0,65 m en el exterior y 0,3 m de anchura en el interior. Su anchura era de 2,45 m en el exterior y 3,00 m en el interior. En los hastiales son visibles los agujeros para colocar la barra transversal de seguridad de la puerta de madera. La puerta estaba protegida por una torre situada a la derecha de la entrada. La puerta H (3) tiene un dintel monolítico que apoya sobre dos hastiales laterales. En su lado SO está protegida por la torre 33, situada al lado izquierdo de la entrada. Su anchura es de 1,60 m en el exterior y de 1,76 m en el interior. La puerta Z (5) es una de las mejor conservadas de la ciudad. Su altura es de 2,70 m y su anchura de 1,50 m en el exterior y 1,72 m en el interior. En su lado norte está protegida por la torre 29, la cual tiene unas dimensiones de 6,30 x 3,32 x 4,30 m. En contacto con la torre hay una escalera de la cual se conservan 9 escalones. La puerta B (8) está rematada con un arco. Tiene una anchura de 2 m en su parte exterior y de 2,55 m en la interior. En los hastiales pueden verse los agujeros para la colocación de la barra transversal de seguridad de la puerta de madera. La torre 7 protegía a la puerta por su lado norte. Una serie de edificios emblemáticos estaban situados en las cercanías del recinto amurallado, en la zona comprendida entre la puerta A y la puerta Z. Veamos los más destacados. Frente a la puerta A se ha localizado una de las calles de la ciudad antigua, calle escalonada con dirección NE, que conducía al interior de la ciudad. Esta calle se cruzaba, un poco más arriba con otra calle diagonal que conducía hacia el norte. A uno y otro lado de la calle escalonada hay grandes edificios. Impresionante son sus umbrales. A este sector de la ciudad pertenece la llamada Casa – torre A, de uso militar, y que está constituido por una torre central de dimensiones 9,65 x 9,75 x 2,55 m, construida según el sistema isodómico. Alrededor de la torre hay habitaciones de diferentes dimensiones. Al lado de la puerta H son visibles los restos de un impresionante edificio (3) con una altura de 3,15 m en su esquina SE, con 8 filas de sillares. Sus dimensiones son de 18,60 x 10,90 m y en su interior estaba dividido en seis espacios. Puede ser que fuera de uso militar debido a su posición estratégica. Entre la puerta H y la puerta Z, pegado al tramo este de la muralla, pueden verse los restos de un gran edificio de dimensiones 23,76 x 16,20 m que se conserva en una altura de 1,2 m. Procede de la unión de dos viviendas que tenían su entrada en su lado sur y un patio pavimentado. Después de la unión, se conformó una entrada en el lado sur de dimensiones 1,50 x 0,40 m con hastiales monolíticos. Su interior está dividido en 14 habitaciones entre las cuales se ha identificado un hogar, dos andrones y un patio al aire libre. En el zócalo de los andrones se conservan restos de pintura sobre mortero. Parece que se trataba de un centro de carácter religioso, bien de acogida de visitantes, bien de residencia de los sacerdotes de un santuario que había en una cueva cercana. Data de finales del siglo III a.C. En el interior del recinto amurallado se encuentran, entre otros restos, los de un ágora, los de una cisterna, un estadio y un teatro. Pueden verse también impresionantes zonas aterrazadas con terraplén para la cimentación de viviendas y edificios públicos. El ágora (6) de la ciudad ocupa la meseta de la cumbre de la colina más baja, la cual se allanó para permitir la construcción de los edificios y de los diferentes espacios que la constituyen. En el lado este de la meseta, donde la ladera era más abrupta, se conformaron terrazas mediante la construcción de muros de sostenimiento. Los edificios, que tienen una orientación NO – SE, se desarrollan al este y al suroeste de una gran plaza de dimensiones 70 x 37 m. El más importante de ellos es una gran stoa, construida con el sistema isodómico, de dimensiones interiores 61,5 x 9,10 m con un “nicho” rectangular en el centro de su lado este y abierta hacia el oeste. Su tejado era a una sola agua. Frente a los lados este y norte se conservan los cimientos de pedestales rectangulares y semicirculares de estatuas. Alrededor de la gran stoa, y principalmente en el este y el sureste, son visibles los cimientos de otros edificios públicos en los que había escaleras, exedras, etc. Estos edificios no han podido identificarse con seguridad y no han sido investigados con excavaciones. Al este de la stoa se encuentra un espacio que por su forma puede identificarse con un gimnasio o un estadio de la antigua ciudad, el cual tiene una anchura de 10,20 m y una longitud de 55,60 m, y que se extiende hacia el muro NO de la stoa unos 150 m. En el mismo espacio hay una cisterna rectangular con muros construidos y escaleras de acceso a su interior. A poca distancia del ágora y hacia el al oeste se encuentra un complejo de baños de dimensiones 7,70 x 6,50 m y una cisterna rectangular de medidas interiores 6,25 x 3,75 m. El complejo comprende cinco espacios en los que el hipocausto y el caldarium han sido localizados con certeza. Está cimentado sobre un edificio más antiguo de uso desconocido. Se conservan sus paredes, el suelo pavimentado con guijarros y el umbral de piedra. La cisterna está excavada en la roca con muros construidos que presentan una capa doble o triple de mortero. Los muros están construidos de acuerdo con el sistema isodómico con sillares de caliza de gran tamaño y altura y con todas sus caras muy bien trabajadas. La profundidad que ahora es visible de la cisterna es de unos 2,60 m. En contacto con el lado oeste de la cisterna se ha descubierto un espacio ortogonal de dimensiones 3,80 x 1,14 m cuyo suelo está pavimentado con pequeños trozos de cerámica (opus adriaticum). Su suelo y las paredes de alrededor están recubiertas de mortero. La cisterna (7) es enorme y está construida en un punto bajo de la ciudad, en su ladera occidental. El lugar elegido para su construcción posiblemente fuera una antigua cantera. Además de la recogida de aguas superficiales disponía de un aporte de agua continuado, a través de un colector de terracota, desde las fuentes Ρετσίνων que se encontraban a una distancia de 5 km al NE de la ciudad. La cisterna está excavada directamente en la roca sin revestimiento en ninguno de sus lados. Tiene forma trapezoidal con unas dimensiones en sus lados mayores de 26,30 x 20,90 m y una profundidad que alcanza los 7,55 m. Se supone que su capacidad llegaba hasta los 2.500 m3. Para su cubrición se construyeron cinco muros transversales, de los cuales los dos occidentales tienen en su base tres aberturas triangulares y los otros dos, dos. Estas aberturas se utilizaban para la comunicación de las cámaras y el control de la cantidad de agua. Aparte del pequeño cubículo entre el primero y el segundo muro occidental que estaba cubierto con placas de piedra, el resto de la cisterna estaba cubierto con un techo de madera inclinado. Otras cisternas más pequeñas y pozos pueden verse en otros puntos de la ciudad. El teatro (9) pertenece a finales del siglo III a.C. y se encuentra al SO de la ciudad, junto a la muralla y a 130 m de la puerta central A. Se trata de uno de los teatros más importantes de Etolia por su extraordinaria vista y por su modo especial de construcción. Una torre de la muralla, la torre 3, formaba parte principal de su escena, lo que le convierte en un caso único en su género. Esta torre, de 6,45 x 3,20 m, se conserva en una altura de 5,20 m y constituía un espacio auxiliar de la escena y los parascenios, probablemente vestuarios de los actores. La cávea estaba en parte excavada en la roca y en parte construida con caliza local. Contaba con cuatro escaleras de acceso, dos de las cuales estaban en contacto con los muros de contención de la cávea. Debió de tener unas 25 a 30 gradas. Hoy son visibles 16. Aunque las excavaciones no han terminado, puede que existiera un diázoma después de la décima grada. Desde el centro del diázoma una escalera serviría a la parte superior de la cávea. En la primera fila estaban situadas las proedrías. La orchestra era semicircular de 11,7 m de diámetro. Estaba conformada en tierra y no tenía un colector perimetral para la recogida de aguas, las cuales se evacuaban por un pequeño colector que parte de su extremo sur y que, a través de la muralla, desagua en el exterior. A derecha e izquierda de la torre se añadieron dos habitaciones que constituían los parascenios. Entre los parascenios estaba la columnata del proscenio, constituida por seis semicolumnas y dos pilares. Los párodoi del teatro, de 2,40 m de anchura, estaban limitados en el este por el muro de contención de la cávea y en el oeste por los muros del parascenio. Las entradas de los dos párodoi hacia el teatro disponían de un arco en su parte superior. A causa de su pequeño tamaño, es posible que el teatro se utilizase también como Bouleuterion. No muy lejos del teatro se encuentra una pequeña cisterna. En la acrópolis, situada a una altura de 365 m, podemos distinguir un pequeño templo dedicado a Atenea Arakinthia que se considera la protectora de la ciudad. Del templo sólo se conservan restos de columnas dóricas y trozos de la decoración de su cubierta. Estudios arqueológicos nos hablan de la existencia de otros cultos, como lo demuestran los restos de un templo que se han localizado en Πετροβούνι. Fuera de las murallas, y a lo largo de las calles principales de salida de la ciudad, se encontraban las necrópolis. Es visible la que se encuentra a poca distancia al SE de la puerta A, constituida por tumbas excavadas en la roca y por tumbas de cámara construidas de tipo macedónico que estaban rodeadas por recintos funerarios en forma de Π. Nueva Plevrón disponía también de un puerto localizado en el lugar llamado “Σκαλί” de Mesolongui, que estaba protegido por un tramo de muralla que bajaba desde la acrópolis a la albufera.
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