“Este santuario se llama Ptoo y pertenece a los tebanos; se encuentra sobre la laguna Kopais, junto a un monte que está muy cerca de la ciudad de Akrefia .” (Heródoto. Historia. Libro VIII, 135)
Desde Akrefnio se toma la carretera que va hacia el este, en dirección Kókkino y Moní Pelagías. Antes de llegar a la intersección que nos llevaría a Kókkino, sale un desvío a la derecha que nos lleva al santuario, situado a unos tres kilómetros de Akrefnio. Los restos se encuentran diseminados a ambos lados de la carretera en varias ubicaciones.
Junto con el templo, funcionaba el oráculo del dios, que estaba caracterizado como “irrefutable” y “políglota” pues emitía sus augurios incluso en lengua no griega. Según la mitología, Apolo tuvo con Zeuxipe dos hijos varones: Ptoon y Akrefeas. El primero dio nombre al monte y el segundo a la ciudad cercana. Otra tradición, sin embargo, dice que a este monte llegó Letó para dar a luz escondidas al hijo que había engendrado con Zeus. De pronto apareció un jabalí y Letó se asustó y se acobardó (επτοήθει), y por eso el monte tomó el nombre de Πτώον. Este oráculo era uno de los más importantes de la antigüedad y uno de los seis que funcionaban en Beocia (Πτώον, Τροφώνιον, Θήβα, Αμφιαράος, Τεγύρα y Αβός). De un cese en su funcionamiento entre los años 335 y 310 a.C., los historiadores han deducido que el templo fue destruido por los macedonios. Después se volvió a reconstruir en el mismo lugar y con las mismas dimensiones que el anterior, en piedra de poros, a partir del año 315 a.C. cuando Tebas fue reconstruida por Casandro. El oráculo dejó de funcionar el último cuarto del siglo II d.C.
Las primeras excavaciones en el lugar se llevaron a cabo por la Escuela Francesa de Arqueología entre 1884 y 1891 y fueron completadas más tarde. Al lado de la actual iglesia de Agía Paraskeví se encuentra el santuario de Apolo Ptοοn. Aquí se encontraron muchos trípodes votivos y unos 120 kouroi (la mayoría en muchos pedazos), muchos de los cuales se exponen en el Museo Arqueológico de Tebas. Los alcmeónidas atenienses fueron responsables de una estatua de Apolo (mediados del siglo VI a.C.) situada, según fuentes, en la plaza frente al templo (aún queda la base en forma de capitel dórico). El complejo urbanístico del santuario ocupa tres terrazas. En la superior se encontraban los templos, el teatro, la cueva y la fuente sagrada. En la segunda terraza se encontraban las dos stoas paralelas que se construyeron a la vez que el templo y un katagogeion rectangular. En la tercera terraza estaba la cisterna y los baños. El templo de Apolo períptero de estilo dórico, se levanta sobre la más alta de las tres terrazas del santuario y se levanta sobre un krepídoma con una vista espectacular hacia el oeste. Los cimientos calizos tienen unas dimensiones de 24,72 x 11,65 m, y parece datar de mediados del siglo V o principios del siglo IV a.C. Quizás se levantaba sobre otro anterior de madera del siglo VII a.C. El suelo estaba pavimentado con grandes placas de superficie algo menor de 1 m2. La cueva, una construcción abovedada de 5 – 6 m de profundidad, de manera que no fuera visible por los que visitaban el oráculo la ceremonia de adivinación. Se encontraba al sur del templo de Apolo y de ella emanaba agua transparente, que era transportada a la misma mediante un colector desde un manantial superior: el agua milagrosa del santuario. Diez metros al este del templo se construyó un pequeño templo de dimensiones 4,3 x 6,7 m en honor a Atenea. Parece que se trataba de una especie de copia del templo de Atenea Pronaia en Delfos. El teatro se encontraba en una plaza situada frente al lado este del templo de Apolo. Los espectadores se sentaban en asientos de madera. Aquí, cada cinco años se celebraban las Πτώïα, juegos de carácter cultural. Comenzaron a organizarse en el 228 – 226 a.C. y daban comienzo a mediados del mes de julio y duraban un mes. Los nombres de los vencedores se grababan en estelas de piedra que se colocaban en el santuario. Más abajo del templo de Apolo había edificios para la estancia de los sacerdotes y baños para sus ritos de purificación antes de entrara en contacto con el dios. Había también estancias para los representantes de las ciudades beocias quienes venían aquí a participar o seguir las Πτώïα o a hacer ofrendas a Apolo. Más abajo todavía estaba una gran cisterna dividida en siete compartimentos y construida con el sistema isodómico de construcción y recibida con un mortero especial. En ella desaguaba el agua de la cueva. A continuación, y más abajo aún, se encontraban los baños.
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