“Te permitiré que dances en la ruidosa Tegea y que su hermosa llanura midas con cordel de junco.” (Heródoto. Historia. Libro I, 66).

Para ir al yacimiento de Tegea tenemos que salir de la Autopista Corinto – Trípoli en el Enlace 10 “Tegea” y coger la carretera que va a Esparta. De ella sale un desvío a la izquierda que va al pueblo de Episcopí. Sin meterse en el pueblo, girar a la derecha y, continuando la carretera se llega a la ciudad de Alea, en donde se encuentran las ruinas del Templo.

Tegea es fruto de un sinecismo de nueve aldeas que se decía se había producido en el siglo IX a.C. Aunque hoy la fecha del sinecismo tiende a situarse al inicio del siglo V a.C., es irrefutable la datación anterior del santuario, dado que las figurillas votivas y broches señalan la existencia de un culto en este lugar desde el siglo XII a.C. posiblemente a una deidad femenina que se identificó posteriormente con Atenea. En el 575 a.C. los espartanos marcharon contra Tegea a fin de esclavizar a sus habitantes pues la Pitia de Delfos les había dicho: “Te permitiré que dances en la ruidosa Tegea/y que su hermosa llanura midas con cordel de junco.” Marcharon, pues, llevando consigo grillos como si, en efecto, hubieran de esclavizar a los de Tegea. Pero fueron derrotados en el encuentro y todos los que quedaron cautivos cultivaron las llanuras de Tegea atados con los mismos grillos que habían traído, y luego de medirla con cordel. Los grillos con que estuvieron atados se conservaban aún en tiempos de Heródoto en Tegea, colgados alrededor del templo de Atenea Alea. En tiempos de Creso, en torno al 560 a.C., los espartanos volvieron a intentar conquistar Tegea y la Pitia les dijo que lo lograrían si recobraban los huesos de Orestes cuya tumba estaba en Tegea. La tumba la encontró un tal Licas y se llevó los huesos a Esparta. A partir de entonces siempre que venían a las manos las dos ciudades la ventaja era para los lacedemonios. En el 470 a.C. los tegeatas vencieron a los lacedemonios en Dipea. Tras la batalla de Leuctra, en 371 a.C., Arcadia restableció en su tierra los regímenes democráticos y se unificó en un solo Estado aliado, según el tipo beocio, incluyendo en su composición a Tegea, que hacía mucho se había separado de Arcadia. En 362 a.C., tuvo lugar una discordia entre Mantinea y Tegea a causa de unas ofrendas que se habían apropiado los mantineos de los santuarios de Olimpia. Los tegeatas enviaron una embajada a los beocios y los persuadieron de acudir en su ayuda; entonces los beocios nombraron comandante a Epaminondas y acudieron contra los mantineos que se aliaron a su vez con los atenienses y lacedemonios. La batalla final tuvo lugar en las tierras de Mantinea y ambos ejércitos reivindicaron la victoria. En ella encontró la muerte Epaminondas. La ciudad decayó en el siglo IV a.C. debido a la fundación de Megalópolis. Conquistada en el 316 a.C. por Casandro de Macedonia, disfrutó de un periodo de prosperidad.

Parece ser que en este lugar se adoraba a Atenea Alea desde los tiempos micénicos cuando Aleo, nieto del mítico héroe arcadio Arcade, fundó la ciudad de Tegea e inició el sinecismo y la construcción del famoso santuario de Atenea Alea. Su nombre significa “calor” y/o “refugio”, y está vinculado al poder ctónico de la fertilidad detentador de la calidez que fertiliza la tierra y permite el drenaje y cultivo de los terrenos pantanosos de Tegea. Cuando, en una visita a Delfos, el oráculo advirtió a Aleo que los dos hermanos de Neera morirían a manos del hijo de su hija, se apresuró a volver a su casa y designó a Auge sacerdotisa de Atenea, amenazándole con matarla si no se mantenía casta. Si Heracles fue a Tegea en su camino para combatir con el rey Augías o a su regreso de Esparta es motivo de discusión, pero en todo caso Aleo lo recibió hospitalariamente en el templo de Atenea. Allí, enardecido por el vino, Heracles violó a la sacerdotisa virgen junto a una fuente que puede verse todavía al norte del templo; sin embargo, como Auge no gritó, a menudo se ha insinuado que fue allá obedeciendo a una cita. Heracles siguió su viaje y en Estinfalia engendró a Everes con Parténope, la hija de Esfinfalo; pero entretanto la peste y el hambre afligieron a Tegea, y Aleo, informado por la Pitonisa de que se había cometido un delito en el recinto sagrado de Atenea, fue a él y encontró a Auge muy avanzada en su embarazo. Aunque ella lloró y declaró que Heracles la había violado en un ataque de embriaguez, Aleo no la creyó. La arrastró al mercado de Tegea, donde ella se arrodilló en el lugar donde se halla al presente el templo de Ilitía, famoso por su imagen de «Auge de Rodillas». Como le daba vergüenza matar a su hija en público, Aleo encargó al rey Nauplio que la ahogara. Nauplio, en consecuencia, salió con Auge para Nauplia, pero en el monte Partenio empezó a sentir dolores de parto, y alegando alguna excusa se introdujo en un bosque. Allí dio a luz un hijo, al que ocultó en un matorral, y volvió a donde Nauplio la esperaba pacientemente junto al camino. Sin embargo, como no tenía la intención de ahogar a una princesa cuando podía venderla a buen precio en el mercado de esclavos, vendió a Auge a unos comerciantes carios que acababan de llegar a Nauplia, los cuales, a su vez, la vendieron a Teutrante, rey de la Teutrania misia. El nombre da al lugar una connotación protectora y, según la leyenda, este fue usado como refugio por Orestes después de matar a Clitemnestra. Fue aquí donde se enterraron sus restos después de muerto, pero se supone que sus huesos fueron exhumados en secreto y llevados a Esparta. Este mito parece sugerir la histórica rivalidad entre la democrática Tegea y la aristocrática Esparta. En Tegea fue donde los hijos de Alcmeón, Anfótero y Acarnán, dan muerte a los de Fegeo, llevando a cabo así la venganza por el asesinato de su padre.

El monumento de mayor interés es el templo erigido en el periodo arcaico y reconstruido en el clásico. Pertenecientes al siglo VIII a.C. son los dos edificios absidales de culto que se han encontrado bajo las ruinas del templo del siglo IV a.C. y constituyen los dos edificios de culto más antiguos de Arcadia. La primera versión del templo de gran tamaño se erigió en mármol en el siglo VII a.C. en honor a Atenea. Era un edificio dórico períptero con 6 x 18 columnas, naos con doble columnata, pronaos, adyton en vez de opistodomo y muros de ladrillo crudo con una estructura de madera y piedras verticales. Era muy parecido al Heraion de Olimpia, al primer Heraion de Argos y al templo de Artemisa Orthia en Esparta. En el año 395 a.C. se destruyó por un incendio y su reconstrucción fue encargada a Escopas de Paros en torno al 340 a.C. El templo se identificó por primera vez en 1819 por E.Dodwell mientras que la primera excavación fue realizada por A. Milchofer en 1879. La investigación se reinició en 1889 por la Escuela Francesa y fue, más tarde, asumida por el Estado griego. El templo es el único lugar que se ha excavado por el momento de toda la inmensa ciudad, que disponía de ágora, teatro y numerosos templos dentro y fuera del ágora. Fue sacado a la luz en 1900 al igual que una cabeza de mármol que probablemente pertenece a la diosa Salud, una cabeza de jabalí y dos cabezas masculinas que se encuentran en el Museo Arqueológico de Atenas. Las últimas excavaciones han sido realizadas por Θ. Σπυρόπουλος entre 1982 y 1995 y han sacado a la luz muchos objetos metálicos y de arcilla. El templo, junto con el de Vases, es el mayor de todo el Peloponeso. Las únicas partes visibles del templo son los cimientos de conglomerado. La sección elevada estaba hecha de bello mármol local. Es el único del Peloponeso que era enteramente de mármol. Entre los restos se conservan partes de los cimientos de la columnata dórica del templo arcaico. Tenía una elegante perístasis dórica de 6 x 14 columnas muy esbeltas, pero sin éntasis. Las dimensiones del estilóbato eran de 47,55 x 19,19 m. La naos tenía siete semicolumnas jónicas con capiteles corintios contra los muros laterales y posterior unidas por una cornisa de hojas de acanto entrelazadas que prácticamente envolvían el espacio en el que se alzaba la estatua de culto. La altura hasta el tejado era de aproximadamente 13 m. La estatua de culto era la de marfil que había en el templo antiguo y que se había salvado del incendio. Era obra del escultor ateniense Endoios y fue llevada a Roma por Augusto en la época romana, tras vencer a Antonio y a sus aliados. En la época de Pausanias había otra estatua de la diosa. Al lado de la imagen de Atenea estaba, a un lado, la de Asclepio, y al otro, la de su hija Higieia, diosa de la salud, ambas en mármol pentélico, obras de Escopas de Paros. La pronaos y el opistodomos exhibían metopas esculpidas de mitos locales, al igual que las decoraciones de los frontones. En el frontón delantero (este) se representaba la caza del jabalí de Calidona. El jabalí estaba en el centro y a su lado estaban Atalanta (que era tegeata), Meleagro, Teseo, Telamón, Peleo, Pideuces, Yolao, Prótoo y Cometes. En el otro lado estaban Époco, sosteniendo a Anceo herido y que había dejado caer su hacha, y junto a él Castor, Anfiaro, Hipótoo y Pirítoo. En el frontón trasero (oeste) la lucha entre Télefo y Aquiles en la llanura del río Caico. Pausanias vio en el templo la piel del jabalí de Calidona, ya sin pelos y podrida por el paso del tiempo. No llegó a ver sus colmillos pues se los había llevado Augusto a Roma después de su victoria sobre Antonio junto, como ya se ha dicho, con la estatua de la diosa. Según Heródoto, los tegeatas fueron los que asaltaron la tienda de Mardonio en la batalla de Platea. Se llevaron, entre otras cosas, el pesebre de los caballos que era todo de bronce y digno de contemplarse. Ese pesebre lo consagraron en el templo de Atenea Alea. El sacerdocio de la diosa lo desempeñaba un niño antes de llegar a la adolescencia. Junto al templo, al norte, se encuentran los restos de la fuente donde se dice que Heracles ebrio se unió con Auge, sacerdotisa de la diosa, e hija del rey Aleo, en quien engendró a Télefo, futuro rey de la Teutrania misia. La construcción es rectangular y hecha de mármol con 14 escalones que se sumergían en el agua considerada sagrada. Frente a la entrada del templo a una distancia de 26 m al este (bajo la calle actual) se encuentran los cimientos del gran altar del templo que fueron descubiertos en 1900. Su origen es tan antiguo que se dice que fue construido por Melampo al cual los dioses concedieron las facultades de la adivinación y la curación. Sus dimensiones eran de 11 m de anchura y 23 m de longitud. Está atribuido a Escopas. En sus costados se representaba uno de los más emblemáticos mitos de este lugar, el nacimiento de Zeus en Arcadia: Rea y la ninfa Enoe que sostiene a Zeus todavía niño. A uno y otro lado había cuatro figuras de ninfas, así como imágenes de las Musas y de Mnemósine. No lejos del templo había un estadio donde se celebraban los juegos llamados aleeos. Los tegeatas tenían también otro santuario, el de Atenea Poliátide (“protectora de la ciudad”) pues dicen que para guardar la ciudad la diosa Atenea cortó cabellos de Medusa y se los dio al rey Cefeo, hijo de Aleo. Del teatro de finales del siglo IV a.C., remodelado dos siglos más tarde mediante financiación de Antíoco IV, y de nuevo en tiempos de Augusto, quedan restos cerca de la iglesia de Επισκοπή. Dice Pausanias que en Tegea había visto la casa de Aleo y el sepulcro de Équemo, y, representada en una estela, la batalla de Équemo contra Hilo.

El Museo Arqueológico de Tegea se edificó entre los años 1907 – 1908. Se encuentra situado a escasa distancia de los restos del templo de Atenea Alea. Es un edificio de una sólo planta en forma de L que dispone de una superficie expositiva de 232 m2. Está dividido en cuatro salas. El visitante entra directamente en la PRIMERA SALA, en la que destacan dos impresionantes tronos de mármol que proceden del antiguo teatro de Tegea, destinados a importantes personas públicas y datados del 175 – 164 a.C. La SALA DE LA IZQUIERDA de la entrada contiene las piezas más importantes del museo y está dedicada a las destacadas creaciones del siglo IV a.C. que provienen del templo de Atenea Alea, obras de Escopas y su escuela. Los críticos estiman que las esculturas de Tegea suponen la cumbre de su arte. Entre las obras que provienen de la decoración escultórica de los frontones del templo están: Una cabeza de un maduro y barbado Heracles, datada del 350 – 300 a.C. Una cabeza de un guerrero con casco que se ha identificado como perteneciente al héroe local Télefo. 350 – 330 a.C. Un trozo de torso de mujer datado del 350 – 300 a.C. Del resto de la decoración escultórica del templo destaca: Los dos vigorosos torsos de Nikes que se han atribuido a los extremos del monumento y están datados como pertenecientes al periodo 350 – 330 a.C. Los trozos de la decoración vegetal de la superestructura del templo, el canalón con cabeza de león y un trozo del friso jónico con una rica decoración en relieve del 350 – 330 a.C. Perteneciente al santuario también puede verse en esta sala el altar con relieve de bucráneos del 350 – 300 a.C. La SALA DE LA DERECHA contiene tres importantes hallazgos: La cabeza de tamaño superior al natural de un Asclepio barbado datada de la época helenística (175 – 164 a.C.). Relieve proveniente de una iglesia de Stadio con un león atacando (400 – 300 a.C.). Relieve proveniente del lugar llamado “Mármara” con un león atacando (400 – 300 a.C.). La ÚLTIMA SALA contiene dos vitrinas con ofrendas del templo de Atenea Alea y del santuario de Agios Sostis. Destacan, además, las siguientes piezas: Cabeza de Gorgona del 600 a.C. de una casa de Alea. Relieve dedálico de mármol del santuario de Atenea Sotiras y Posidón del 625 – 600 a.C. Herma múltiple con cabezas de Asclepio en mármol de la iglesia de Agios Nikólaos de Alea (400 – 300 a.C.).

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