“La piedra delante del templo, llamada Sagrada, dicen que es sobre la que un día nueve trecenios purificaron a Orestes por el asesinato de su madre.” (Pausanias. La Descripción de Grecia. Libro II, 31, 4.)
(DESDE EL ASCLEPEION DE EPIDAURO) Se sale del Asclepeion y se toma la carretera en dirección Atenas/Corinto. En un momento dado, un giro a izquierdas en lazo con paso inferior bajo la carretera nos lleva en dirección Ano Epidauros y Koliaki. Antes de llegar a Koliaki nos desviamos a la derecha en dirección Galatás y Methana. Antes de llegar a Galatás un desvío a la derecha nos lleva a la ciudad de Troizina. Obviamos la calle que sale a nuestra derecha y seguimos de frente hasta el paraje denominado Puente del Diablo en donde se encuentra el yacimiento.
El primer rey de Trecén fue Oro y de aquí que la ciudad se llamó Orea. El segundo rey fue Altepo y por eso se llamó luego Altepia. Altepo era hijo de Poseidón y de Leide que era a su vez hija de Oro. Sáron sucedió a Altepo y fundó el santuario de Artemisa Saronide en la playa de Aliki. Sarón murió en el mar persiguiendo a un ciervo por lo que este mar recibió más tarde el nombre de Argosarónico. Famoso rey trecenio fue Piteo, hijo de Pélope y de Hipodamía y, por tanto, hermano de Tiestes y Atreo. Sucedió a Trecén, también hermano suyo, en el trono de la ciudad del mismo nombre. Gozaba de gran reputación por su sabiduría y elocuencia y pasaba por haber sido un excelente adivino. Fue abuelo de Teseo y encargado su educación y de la de Hipólito. Los trecenios participaron, al mando de Diomedes, en la guerra de Troya como cita Homero en el célebre catálogo de las naves del Libro II de la Iliada. Estaban bajo el mandato de Argos y fundaron colonias en Asia Menor. Durante el periodo geométrico, Trecén, Mezana y Kalabria fueron ocupadas por los dorios. Antes de la batalla naval de Salamina los atenienses aceptaron la propuesta de Temístocles de tomar refugio en los barcos y enviar a las mujeres y niños a Trecén en donde fueron recibidos con grandes honores y cuidados por sus habitantes. En las escaleras de la escuela de Τροιζίνα se descubrió, formando parte de ellas, una piedra que contenía el Decreto de Temístocles refiriéndose a la evacuación de Atenas, decreto que es referido también por Plutarco y Demóstenes, aunque extrañamente no por Tucídides ni Heródoto. Hoy en día, una copia del Decreto se guarda en el museo de Poros. En la guerra del Peloponeso los trecenios apoyaron a Esparta.
En Trecén, Egeo, hijo del rey Pandión y rey de Atenas, se une totalmente borracho a la princesa Etra (que también había sido pretendida por Belerofonte), hija del rey Piteo de Trecén engendrando con ella a Teseo. La trama había sido preparada por el propio Piteo que intentaba emparentar así con el futuro heredero del trono de Atenas aprovechándose de que Egeo no había podido tener descendencia con ninguna de sus dos mujeres anteriores. Esa misma noche, a una hora más avanzada, a Etra la gozó también Poseidón. Pues, obedeciendo un sueño que le mandó Atenea, Etra dejó al borracho Egeo y pasó vadeando a la isla de Esfera en donde la dominó el dios. Allí fundó después un templo a Atenea Apaturia en donde todas las muchachas de Trecén tenían que ofrecer un cinturón a la diosa antes de casarse. Cuando a la mañana siguiente Egeo despierta de su embriaguez junto a la princesa, le hace jurar que, en caso de tener descendencia, la criatura no debe ser expuesta sino criada secretamente en la ciudad. A continuación, bajo una roca del camino que parte por el monte hacia Hermíone, entierra cuidadosamente sus sandalias y la espada heredada de su abuelo Cécrope, indicándole a Etra que si algún día el niño consigue levantar la roca, le ordene dirigirse a Atenas portando ante él ambos objetos. Nació pues Teseo en Trecén el cual cuando ya era joven y fuerte no tuvo dificultad para mover la roca, a la que desde entonces se le llama la “Roca de Teseo” y se dirigió por tierra a Atenas. Según Graves, Teseo tuvo que ser originariamente un mellizo, pues su madre se acostó con un dios y un mortal en la misma noche, siendo además él el rey sagrado y no su sucesor. La visita de Etra a Esfera indica que la antigua costumbre de la autoprostitución por muchachas solteras sobrevivió en el templo de Atenea durante algún tiempo después de haber sido implantado el sistema patriarcal. Las sandalias y la espada son antiguos símbolos de la realeza; la extracción de una espada de una roca parece haber formado parte de un ritual de coronación en la Edad de Bronce. Cuando, pasando el tiempo, Teseo se alió con el rey Deucalión de Creta y se casó con su hija Fedra la celosa amazona Antíope, que no era su esposa legal, interrumpió las fiestas nupciales irrumpiendo en ellas completamente armada y amenazando con dar muerte a los invitados. Teseo y sus compañeros la mataron en un horrendo combate, aunque ella le había dado a él un hijo, Hipólito, llamado también Demofonte, y nunca había yacido con otro hombre. Según Graves, la interrupción de la boda de Fedra por Antíope puede haber sido deducida de una ilustración en la que aparecía el conquistador heleno a punto de violar a la suma sacerdotisa después de haber dado muerte a sus compañeras. Antíope no era la esposa legal de Teseo porque pertenecía a una sociedad que se resistía a la monogamia. Después de casarse con Fedra, Teseo envió a su hijo bastardo Hipólito a Piteo, quien lo adoptó como su heredero en el trono de Trecén. Con ello Teseo pretendía evitar que, en un futuro, el joven hubiera de disputarse el trono de Atenas con los hijos nacidos del matrimonio con Fedra, Acamante y Demofonte. Hipólito, que había heredado de su madre Antíope la devoción exclusiva a la casta Ártemis, erigió un nuevo templo a la diosa en Trecén, no lejos del teatro. Inmediatamente Afrodita decidió castigarle por lo que tomó por un insulto a su persona y se encargo de que cuando Hipólito asistiera a los misterios eleusinos, Fedra se enamorase apasionadamente de él. Aprovechando la ausencia de Teseo de Atenas, Fedra erigió en Trecén el templo de Afrodita Katascopía, esto es, “Atisbadora” que dominaba el gimnasio, y desde él observaba diariamente a escondidas a Hipólito. Un antiguo mirto se alzaba en el recinto del templo y Fedra punzaba sus hojas con una horquilla enjoyada, impulsada por su pasión frustrada. Ya de vuelta en Atenas y aconsejada por su nodriza, Fedra hace llegar a Hipólito una ardorosa carta en la que le confiesa abiertamente su amor. Más tarde, cuando el héroe acude para reprochárselo, Fedra finge haber sido violada y se da muerte colgándose del techo, dejando escrita una nota acusando a Hipólito. Enterado Teseo de lo sucedido maldice a Hipólito y le ordena que salga de Atenas. Luego recordó los tres deseos que la había concedido su padre Poseidón y le pidió encarecidamente que Hipólito muriese ese mismo día. Así pues, cuando Hipólito conduce su carro de regreso a Trecén, un toro de Poseidón sale del mar y provoca la muerte del héroe que engancha las riendas en un olivo silvestre y es arrastrado por sus propios caballos. El alma de Hipólito descendió al Tártaro y Ártemis muy indignada pidió a Asclepio que resucitara su cuerpo, cosa que hizo y que le costó la muerte al propio Asclepio. Después de su resurrección, Hipólito residió en compañía de la ninfa Egeria en un bosque de Aricia (Lacio), donde dedicó un importante santuario a Ártemis. Según Graves, el episodio del amor incestuoso de Fedra por Hipólito se basa en la conocida ilustración gráfica en la que aparece el choque del carro al final del reinado del rey sagrado. El mirto simbolizaba el último mes del reinado del rey sagrado, en tanto que el olivo silvestre simbolizaba el primer mes del reinado de su sucesor.
La ciudad estaba rodeada de murallas (6) construidas de ladrillo. Al final del periodo helenístico se construyó una muralla divisoria que separaba la ciudad principal de los suburbios y aseguraba la defensa de la acrópolis. Sólo dos torres cuadradas (4) y (7) permanecen de esta muralla. Al noroeste, y fuera de la antigua ciudad, estaba dedicado a Hipólito un recinto sagrado (2) muy famoso dentro del cual hubo también un Asclepeion, erigido por los trecenios en honor al dios por haber resucitado a Hipólito, que ya no existía en la época de Pausanias. El templo de Hipólito (3) fue destruido por los terremotos que siguieron a la erupción del volcán de Mezana (s. III a.C.) El templo era períptero y tenía once columnas en la parte más ancha y seis en la más estrecha. Las dimensiones del estilóbato eran de 15 x 29,5 m y tenía cella y pronaos. Fue construido en el periodo 350 – 300 a.C. La entrada al área del templo y al Asclepeion se realizaba por una puerta central en el lado este. Una entrada lateral daba al sur mientras que cerca de la pared izquierda de la puerta central había un pequeño templo. El templo de Hipólito, fundado por Diomedes, que además fue el primero que hizo sacrificios a Hipólito, es el santuario más antiguo de Trecén por lo que se cree que Hipólito ya existía como una deidad y más tarde se identificó a esta deidad con el hijo de Teseo. Se dice que la tumba de Hipólito estaba en este templo. El Asclepeion (5) se construyó hacia el siglo III a.C. Es un edificio rectangular con un patio interior rodeado de habitaciones por tres lados en donde se han encontrado restos de camas, mesas y chimeneas por lo que se cree que eran las habitaciones de los enfermos. Dentro del recinto sagrado estaba el templo de Apolo Epìbaterio, ofrenda de Diómedes por haber escapado de la tempestad que sobrevino a los griegos a su regreso de Ilión. Al este del templo de Hipólito hubo un estadio. Un poco más allá estaba el templo de Afrodita Kataskopeia (1) (“vigilante”), (hoy se encuentran en este lugar las ruinas de la antigua iglesia de Episcopí) pues dicen que desde allí, cuando Hipólito hacía sus ejercicios, lo miraba Fedra enamorada. Estaban también el sepulcro de Fedra y una efigie de Hipólito. Posiblemente había también estatuas de Selene y Helios. Según Pausanias, cerca de allí estaba la fuente de Hércules, un manantial con agua mineral curativa, lo que explicaría la atribución de los poderes curativos a Hipólito. Al este de la actual iglesia de Episcopí estaba el antiguo ágora donde se levantaba el templo de Artemisa Soteira fundado por Teseo cuando regresó de Creta después de vencer al Minotauro. Estaba construido con piedra porosa de Égina. En el templo había altares a dioses del mundo subterráneo. Detrás del templo estaba el sepulcro de Piteo y sobre él había tres tronos en donde Piteo y dos jueces más se sentaban formando la corte. Al sur del templo estaba el santuario de las Musas ocupado hoy en día por un edificio romano con arcos. Sin embargo, otros sostienen que en este punto estaban los baños. En el ágora estaba también el templo de Zeus Soter fundado por Aetio cuando fue rey de Trecén. Cerca del ágora estaba el teatro de Trecén y a su lado el templo de Artemisa Licea que, según la tradición, había eliminado a los lobos del territorio. Más allá estaba el templo de Apolo Theario (de θεαρός, “embajador”) fundado, según la leyenda por Piteo, y en su interior estaba la estatua de Apolo del escultor trecenio Hermón. Según Pausanias era el más antiguo de todos los que él conocía. Entre estos templos estaba la roca sagrada en donde se llevó a cabo la purificación de Orestes después del asesinato de su madre Clitemnestra. Al final del ágora, en el pórtico, había unas mujeres esculpidas en piedra con sus hijos. Eran las estatuas de familias prominentes que habían encontrado refugio en Trecén antes de la batalla de Salamina. También refiere Pausanias la famosa estatua de Hermes Poligio y este mito: Una vez Heracles se paró ahí para descansar y colocó su clava por error sobre la estatua. De pronto a la clava le crecieron hojas, prendió en la tierra y se convirtió de nuevo en una rama de olivo salvaje. La acrópolis estaba en la cima del monte vecino. Estaba fortificada separadamente y en ella estaba el templo de Atenea Scenias en cuyo interior había una estatua de la diosa creación del escultor egineta Kallón. En la ladera de esta montaña estaba el santuario de Pan Lyterios (“liberador”), el templo de Afrodita Akrea de estilo arcaico, parte del cual se mantiene, y el templo de Isis. Más allá de las murallas de la ciudad estaba el santuario de Poseidón Fitalmio (de φιτά “planta” y άλμε “agua de mar“), cuyo nombre proviene de que una vez se enfadó con los trecenios y mandó agua salada del mar a los cultivos. Sólo después de muchas oraciones y sacrificios al dios se levanto la maldición. El mito se explica porque en esta área existían depósitos de agua salada que causaban daño a la agricultura y enfermedades a los hombres. Cerca del templo de Poseidón estaba el santuario de Deméter Thesmoforos (“la portadora de la ley”) decían que fundado por Altepo. Las figuras de arcilla encontradas en esta área están en el museo de Poros. Más allá, en el nacimiento del río Ilikos, Teseo había fundado el santuario de Afrodita Ninfia (“novia”). Hoy aquí hay una capilla. También informa Pausanias que la roca que Teseo levantó para encontrar la espada y las sandalias de su padre estaba en esta área.
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